El hogar del 'Homo antecessor'
Un recorrido por Atapuerca, del pleistoceno a la edad del bronce
A las afueras del pueblo de Atapuerca (Burgos), al borde del Camino de Santiago y a tan s¨®lo 25 kil¨®metros de la capital, una gran parcela vallada encierra un pedazo del pasado, un fotograma f¨®sil: el parque arqueol¨®gico de Atapuerca. Nada m¨¢s traspasar la puerta de entrada, el visitante es lanzado a un viaje en el tiempo... ?800.000 a?os atr¨¢s! O lo que es lo mismo, un recorrido guiado por la fauna del pleistoceno, las caba?as que habitaban los hombres del paleol¨ªtico, los poblados de la edad del bronce.
Mientras el grupo se va internando en este peque?o retazo del pasado m¨¢s remoto de la humanidad, la gu¨ªa va explicando c¨®mo era el clima en aquella remota ¨¦poca, c¨®mo ha cambiado el entorno f¨ªsico, d¨®nde y c¨®mo viv¨ªan los homos de entonces.
La visita es enriquecedora, sobre todo si antes se ha recorrido el cercano y mundialmente conocido yacimiento, situado junto a la localidad de Ibeas de Juarros, donde los arque¨®logos sacaron a Elvis, una cadera de homo datada hace 400.000 a?os; la bifaz Excalibur, el primer tributo funerario atribuido a manos humanas; Homo antecessor, el primer europeo, al que se le suponen 700.000 a?os de antig¨¹edad... Los revolucionarios descubrimientos sacados a la luz por paleont¨®logos y arque¨®logos en la llamada Trinchera del Ferrocarril -antiguo trazado ferroviario minero Monterrubio de la Demanda-Villafr¨ªa, tendido para el transporte de carb¨®n a Vizcaya- sirvieron para que estos yacimientos fueran declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco hace cinco a?os.
Los restos encontrados, las excavaciones, la labor de los arque¨®logos... todo eso se encuentra en profundas cavidades, al final de estrechas galer¨ªas a las que es dif¨ªcil acceder.
Cuando, despu¨¦s de comer, el visitante se acerca al pueblo de Atapuerca y completa un recorrido por el complejo did¨¢ctico all¨ª instalado, todas y cada una de las piezas de conocimiento adquiridas en las horas matutinas encuentran su lugar en el puzzle.
Esa ma?ana, el turno ha sido del yacimiento. Hasta ¨¦l se parte, en autob¨²s, desde los centros de recepci¨®n de visitantes situados en los pueblos de Atapuerca e Ibeas de Juarros. El recorrido completo incluye los yacimientos de la Trinchera del Ferrocarril, adem¨¢s de la visita al Aula Arqueol¨®gica Emiliano Aguirre, y dura unas dos horas.
En un momento determinado, el monitor re¨²ne al grupo en torno a un mont¨®n de piedras de diferentes tama?os y formas. ?Para qu¨¦? Muy pronto se descubre. Las preguntas hacia los m¨¢s peque?os les animan a que elijan el material m¨¢s adecuado para hacer un hacha o un cuchillo, decidir c¨®mo pueden aprovechar el guijarro para que corte mejor.
Dudas, preguntas y respuestas
Deducci¨®n a deducci¨®n, ni?os y mayores van cayendo en la cuenta de que los cantos calizos pueden ser f¨¢cilmente convertidos en hachas; que, al principio de los tiempos, las r¨²sticas herramientas eran abandonadas una vez usadas; que luego, cuando deciden llevarlas con ellos, los cazadores aprenden la manera de tallar instrumentos ligeros y vers¨¢tiles... Las dudas, las preguntas y las respuestas se suceden. ?Pod¨ªa el peque?o homo derrotar al poderoso mamut? ?Pod¨ªa aqu¨¦l cazar sin tener que acercarse a su pieza?
Primero se empieza con una lanza poco elaborada, con la que se obtienen escasos resultados. Sin embargo, tan r¨¢pido como el arma pierde peso y se estiliza, los resultados mejoran y los aprendices de Homo antecessor mejoran sus ¨ªndices de aciertos. Con la pieza abatida y troceada, llega el momento de cocinarla. Es la ocasi¨®n de asistir a una demostraci¨®n de c¨®mo obtener fuego, tanto por el frotamiento de dos maderas como con el tradicional sistema de yesca y pedernal. El viaje termina al calor de la hoguera, aunque, si apetece, se puede proseguir ruta. Para ello no hay m¨¢s que coger all¨ª mismo un autob¨²s rumbo a las excavaciones del yacimiento de Atapuerca. All¨ª se puede ver trabajar a los arque¨®logos y recorrer parte de las excavaciones.
Y en torno al 21 de marzo, fecha del equinoccio de primavera, tiene lugar en el cercano santuario de San Juan de Ortega, a 10 kil¨®metros de Atapuerca, el fen¨®meno de la luz equinoccial, uno de los m¨¢s renombrados prodigios de la Ruta Jacobea. A las cinco de la tarde (hora solar), un rayo de sol atraviesa un ventanuco de la fachada del templo y se posa sobre el vientre de la Virgen, tallada en un capitel, tal y como se representaba la Anunciaci¨®n en las pinturas medievales. Los asistentes observan el fen¨®meno envueltos en un silencio sobrecogedor.
GU?A PR?CTICA
C¨®mo ir y qu¨¦ visitar- Desde la autov¨ªa N-I o la AOP-1 hay que tomar la salida de Olmos de Atapuerca (26 kil¨®metros) y seguir hasta Atapuerca.- Parque arqueol¨®gico de Atapuerca (www.visitasatapuerca.com; 902 02 42 46). Se recorre en visitas guiadas. Precio: 4 euros (menores de 5 a?os, gratis). Hasta el 1 de julio, s¨®lo fines de semana y festivos, salvo en Semana Santa, que abre a diario.Dormir y comer- Centro de turismo rural Papasol (947 43 03 20). Atapuerca. Habitaci¨®n doble, 55 euros.- Restaurante Sierra de Atapuerca (947 10 69 12).En Santovenia de Oca.M¨¢s informaci¨®n- Turismo de Castilla y Le¨®n (902 20 30 30; www.turismocastillayleon.com).
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