El castillo
Estoy mirando la foto de una recreaci¨®n del edificio que la Junta de Andaluc¨ªa proyecta construir en C¨®rdoba para sus oficinas. La Torre Poniente ser¨¢ la m¨¢s alta de la ciudad, con 56 metros, uno m¨¢s que la torre de la catedral, seg¨²n informaba el viernes Manuel Planelles en estas p¨¢ginas. Estas cosas son simb¨®licas, importantes y elementales, y en Roma me contaban la convulsi¨®n que, hacia 1900, provocaron los arquitectos de la nueva sinagoga, Costa y Armanni, porque pensaban alcanzar la altura de la Bas¨ªlica de San Pedro, en el Vaticano, en la orilla opuesta del r¨ªo T¨ªber. No s¨¦ si la historia ser¨ªa verdadera.
El impulso de altura puede obedecer al instinto de jerarqu¨ªa y preeminencia, o simplemente ce?irse a exigencias pr¨¢cticas derivadas del precio del suelo o las necesidades del constructor. Pero ha producido f¨¢bulas espl¨¦ndidas, como la de la torre de Babel, esa historia en torno a la man¨ªa de fabricar ladrillos y levantar ciudades y torres con la c¨²spide en los cielos. El castigo divino a los enloquecidos por la construcci¨®n fue la confusi¨®n de las lenguas, casi anticipando lo que ocurre ahora mismo aqu¨ª, en la costa. Yo, sin embargo, siempre he cre¨ªdo que no se castigaba el ansia de altura, es decir, la soberbia, sino la unidad de los humanos en el trabajo, la organizaci¨®n, el trabajo organizado.
Estoy mirando el proyecto de edificio, Torre Poniente, en C¨®rdoba, de Guillermo V¨¢zquez Consuegra, Premio Nacional de Arquitectura. Parece una caja irregular forrada de tela met¨¢lica. Tendr¨¢ paredes de vidrio para que entre la luz, dentro de la l¨®gica de un buen edificio de oficinas, y una envoltura met¨¢lica de "paneles perforados deslizantes", que, a simple vista, es una tela met¨¢lica inmensa. El edificio, institucional, es grande como la instituci¨®n que lo patrocina, la Administraci¨®n p¨²blica. La ret¨ªcula de metal sugiere transparencia (el Estado moderno deber¨ªa ser transparente), pero una transparencia de jaula, de instituci¨®n encerrada en s¨ª misma, protegi¨¦ndose, defendi¨¦ndose. Las aberturas parecen visores, observatorios o puestos de vigilancia, o tribunas para saludar a las masas.
Las instituciones estatales del futuro se forran de tela met¨¢lica como un puesto militar. Me acuerdo de cuando se pusieron de moda los edificios met¨¢licos, el museo Guggenheim de Bilbao, de Frank Gehry, hangares blindados sacudidos por la contusi¨®n y la deformaci¨®n de un bombardeo. Fueron el fruto de los a?os noventa, al inicio de la guerra internacional latente, en el momento de la primera guerra del golfo P¨¦rsico. El intuitivo Gehry hab¨ªa empotrado ya un avi¨®n de combate en la fachada de una exposici¨®n aeron¨¢utica de 1982, en Los ?ngeles, un presagio de lo que iba a ocurrir casi veinte a?os despu¨¦s. En Praga, hace diez d¨ªas, comprob¨¦ hasta d¨®nde llega el sentido de trauma del arquitecto Gehry. Al edificio pragu¨¦s de Frank Gehry, en colaboraci¨®n con Vlado Milunic, le llaman la Casa Danzante porque su silueta invita a pensar en Ginger Rogers y Fred Astaire en pleno baile, aunque, apuntalada con vigas de cemento armado, la casa, doblada en dos, m¨¢s bien parezca haber sufrido el impacto de un ob¨²s.
Viajando hacia M¨¢laga, desde el este, por la costa de Nerja, descubro otro aspecto del futuro, un nuevo tipo de viviendas: una especie de bloques en horizontal, arquitectura en bancales, de tortuoso aspecto medieval, casas acumuladas sin orden en la falda del monte, a m¨¢s de medio mill¨®n de euros por unidad, ci?¨¦ndose estrictamente a lo que el terreno ofrece. Aunque ser¨¢ dif¨ªcil el paso del aire y de la luz por esta mara?a de cemento trepador, veo casas muy adornadas con chimeneas y torrecillas, y recuerdo inmediatamente el reportaje de Lola Huete Machado en El Pa¨ªs Semanal del pasado domingo, sobre las mansiones de los gitanos rumanos, que, construidas seg¨²n los modelos arquitect¨®nicos que abastecen las teleseries de Hollywood, forman un "gigantesco campamento gitano en piedra, m¨¢rmol, cristal, aluminio, terrazos...", donde el n¨²mero de torres y chimeneas marca la importancia del due?o de la casa.
La fortaleza vertical del edificio de oficinas de la Junta en C¨®rdoba quiz¨¢ complemente el panorama horizontal de la aglomeraci¨®n medieval costera: la aldea y el castillo. La arquitectura tiene poderes premonitorios.
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