Pulso digital entre Industria y Cultura

Moncloa tendr¨¢ la ¨²ltima palabra. Los ministerios de Industria y Cultura

llevan tres meses discutiendo cu¨¢nto pagaremos por los dispositivos que permiten copiar obras culturales; el primero defiende los intereses de la industria tecnol¨®gica que fabrica esos dispositivos, y el segundo, los de los autores cuyas obras son copiadas. Ambos ministerios deber¨ªan llegar a un acuerdo antes del 25 de marzo, pero fuentes cercanas a la negociaci¨®n creen que ¨¦sta se alargar¨¢ porque las posiciones est¨¢n muy enfrentadas. Adem¨¢s, despu¨¦s del acuerdo, las partes abrir¨¢n un periodo de consulta con los consumidores y tienen que remitir la orden al Ministerio de Econom¨ªa, as¨ª que puede que la decisi¨®n se posponga hasta despu¨¦s de las pr¨®ximas elecciones de mayo. Y es que es posible que la medida que tomen sea muy impopular.

?sta es una nueva batalla en una guerra muy vieja. Desde 1992, los fabricantes de dispositivos tecnol¨®gicos tienen que pagar una cantidad fija (denominada canon) a las entidades de gesti¨®n de los derechos de autor. Los fabricantes pagan (y despu¨¦s repercuten ese precio a los usuarios) por los dispositivos electr¨®nicos que se pueden utilizar para copiar obras sujetas a derechos de autor, como fotocopiadoras, grabadoras de v¨ªdeo o CD v¨ªrgenes. Se trata de compensar a los autores por los ingresos que, te¨®ricamente, dejan de percibir cuando un consumidor copia una obra y no la compra. En Espa?a, la copia para uso privado es legal.

Las partes (patronales tecnol¨®gicas y entidades gestoras de derechos) negocian el precio del canon cada dos a?os. En 2005 ya fue muy complicado llegar a un acuerdo, hasta el punto de que algunos fabricantes de CD acabaron en los tribunales. Despu¨¦s del pacto, los CD grabables pagan 16 c¨¦ntimos euros, y los DVD, 60 c¨¦ntimos, lo que supone m¨¢s de la mitad del precio total de los soportes, seg¨²n los fabricantes tecnol¨®gicos.

Pero la batalla de 2007 est¨¢ siendo especialmente compleja. Los ministerios, de hecho, han tenido que empezar a negociar ante el fracaso de las partes en ponerse de acuerdo. Y es que, en el viejo mundo anal¨®gico, hab¨ªa un limitado n¨²mero de dispositivos que copiaban obras, y era relativamente f¨¢cil controlar el uso que se hac¨ªa de ellos. La digitalizaci¨®n de esas obras provoca que se pueda copiar de forma ilimitada sin degradarse, y que se pueda disfrutar de ellas en distintos dispositivos. Por eso, ahora no s¨®lo se discute cu¨¢nto hay que pagar; se discute por qu¨¦ dispositivos hay que hacerlo.

Los CD pueden usarse para grabar m¨²sica, pero tambi¨¦n datos personales de los usuarios o la declaraci¨®n de la renta. Un tel¨¦fono m¨®vil puede reproducir m¨²sica pero ?hasta qu¨¦ punto lo utilizan los usuarios para este fin? ?Y una c¨¢mara digital? ?Se usa para copiar obras, o para guardar recuerdos? Las entidades gestoras reclaman que los fabricantes paguen canon por pr¨¢cticamente todos los productos que podr¨ªan contener y transmitir obras culturales, excepto las l¨ªneas ADSL.

Los dos contendientes llevan meses calentando la negociaci¨®n entre Industria y Cultura. Han realizado ruedas de prensa y publicado informes propios donde se afirma que los usuarios pr¨¢cticamente no utilizan los dispositivos para copiar, los unos, y que la copia es indiscriminada, los otros.

Seg¨²n la patronal tecnol¨®gica AETIC, la imposici¨®n del canon encarecer¨¢ los productos una media del 25%, lo que, adem¨¢s, incentiva el fraude y castiga a las empresas del sector: el 40% de las ventas de productos sometidos al canon son piratas, asegura. En el mismo bando, la patronal de empresas electr¨®nicas ASIMELEC asegura que el 93% de los usuarios de equipos multifuncionales (impresora y esc¨¢ner) no copia nunca libros.

Precios m¨¢s bajos

En el otro lado, CEDRO (Centro Espa?ol de Derechos Reprogr¨¢ficos) asegura que el 11% de la poblaci¨®n reproduce libros y revistas. Y la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) explica que quien est¨¢ obligado legalmente a pagar el canon es el fabricante y no el usuario, y que el precio de productos de CD v¨ªrgenes ha bajado en los ¨²ltimos a?os.

?De cu¨¢nto dinero se est¨¢ hablando? Ahora mismo, las entidades cobran 120 millones de euros, de los cuales 80 corresponden a audiovisual y 40 a reprograf¨ªa. De las reuniones entre Industria y Cultura no se ha filtrado informaci¨®n alguna. La patronal tecnol¨®gica AETIC asegur¨® en febrero que las entidades de derechos estaban reclamando 2.000 millones, aunque unos d¨ªas despu¨¦s asegur¨® que eran 1.200. Las entidades niegan "categ¨®ricamente" que la cifra que reclaman se acerque a ¨¦sta, aunque tampoco hacen p¨²blica la cifra que exigen. Fuentes de la negociaci¨®n aseguran que la cifra podr¨ªa rondar los 500 millones lo que, en todo caso, multiplicar¨ªa por cinco la que se cobra ahora.

Los consumidores y usuarios, mientras, se han puesto masivamente del lado de los fabricantes.

La Plataforma Todos Contra el Canon, que incluye a consumidores y empresas tecnol¨®gicas, presentar¨¢ ma?ana al Ministerio de Industria un mill¨®n de firmas contra el nuevo canon.