Hamilton cierra el c¨ªrculo
El brit¨¢nico une su nombre a los de Ashe o Woods, negros pioneros en el tenis y el golf, y culmina un duro camino labrado por los pilotos de EE UU
Tampoco para el brit¨¢nico Lewis Hamilton el camino hacia la f¨®rmula 1 result¨® f¨¢cil. Sin embargo, su lucha fue mucho menos feroz que la de la mayor¨ªa de pilotos negros, que labraron un tortuoso camino para hacerse un hueco en las carreras, especialmente en Estados Unidos. Lograr el reconocimiento, la igualdad, conseguir el respeto de los organizadores y los aficionados, fue una batalla muy dura, en la que muchos pilotos acabaron sucumbiendo. Ahora, la entrada de Hamilton en el mundo de la F-1 y el podio que logr¨® ayer en su debut cuadra finalmente un c¨ªrculo que se mantuvo durante demasiado tiempo abierto.
No hay que mirar tan lejos. Basta hurgar un poco en la historia de los a?os sesenta para encontrar todav¨ªa una situaci¨®n tan inveros¨ªmil como la que vivi¨® el piloto negro Wendell Scott, que marc¨® un hito al imponerse en la carrera Grand National en Jacksonville el 1 de diciembre de 1963. Scott estaba siguiendo el camino que le hab¨ªa abierto Carlie Scott en los a?os 40, cuando se convirti¨® en el primer negro que compet¨ªa en la Nascar. Wendell Scott concluy¨® su andadura tras haber competido en 495 carreras. En ninguna afront¨® una pesadilla semejante. Cuando Wendell cruz¨® la meta como ganador, aquel 1 de diciembre, el director de carrera se neg¨® a levantar la bandera a cuadros y esper¨® a que apareciera el segundo clasificado. Eso no fue todo. Los organizadores no se atrevieron a darle el trofeo de campe¨®n hasta que los aficionados abandonaron el circuito.
Cuando Scott gan¨® la Grand National en 1963, el director no levant¨® la bandera a cuadros
Sin embargo, aquella conquista supuso un aut¨¦ntico hito para los pilotos negros en Estados Unidos, puesto que durante muchos a?os -desde los veinte- campeones californianos como Mel Leighton, Bill Pallattola Scott y otros de Indiana, como Red Oliver o Charlie Dinamita Smith, ten¨ªan prohibido el acceso a las carreras oficiales de los blancos. S¨®lo pod¨ªan competir en las que se les abr¨ªan las puertas como favor especial. La m¨¢s famosa de ellas era la Gold and Glory Seepstakes, en Indiana, en la que participaban 15 coches, cedidos por propietarios blancos, sin medidas de seguridad y con un premio de 1.000 d¨®lares para el ganador.
La tuerca comenz¨® a moverse s¨®lo cuando apareci¨® Leonard Miller, en los cincuenta. Miller hab¨ªa recibido una educaci¨®n exquisita y consigui¨® un cierto respeto de los organizadores. En 1972 fund¨® la Black American Racers (pilotos americanos negros) y algunos a?os m¨¢s tarde escribi¨® el libro Silent Thunder, una autobiograf¨ªa que supone un compendio de la historia del otro automovilismo en EE UU. S¨®lo gracias a estas reivindicaciones pudo llegarse al triunfo de Scott en 1963 y a lograr que en 1973 el propio Miller fuera el primer copropietario de color que inscrib¨ªa un equipo, el Vanguard, en las 500 Millas de Indian¨¢polis. Algo se estaba moviendo.
La pen¨²ltima barrera la destruy¨® Willy T. Ribbs, piloto en la Nascar, cuando en 1991 pudo participar en las 500 Millas de Indian¨¢polis. El propio Ribbs se convirti¨® en el precursor de Hamilton en 1985, porque, gracias al apoyo del actor Bill Cosby, se subi¨® a un Brabham de F-1 y pudo probarlo en el circuito de Estoril, con permiso de Bernie Ecclestone, entonces propietario del equipo. Probablemente, el primer piloto negro en la F-1 hubiera sido el jamaicano Jason Watt, tras sus ¨¦xitos en la F-3000 europea. En 1999 gan¨® las dos ¨²ltimas carreras, en Spa y en Nurburgring, y concluy¨® segundo s¨®lo por detr¨¢s de Nick Heidfeld, ahora piloto de Sauber. Pero sufri¨® un accidente en moto mientras filmaba un anuncio: qued¨® parapl¨¦jico.
As¨ª que este honor se lo asegur¨® ayer el brit¨¢nico Hamilton, que uni¨® de esta forma su nombre a los de Arthur Ashe en el tenis y Tiger Woods en el golf, en su batalla reivindicativa de que no existen deportes s¨®lo para blancos. Y lo hizo muy bien. Acab¨® subi¨¦ndose al ¨²ltimo pelda?o del podio en su debut, todo un hito. "Es mucho m¨¢s de lo que hubiera podido so?ar", confes¨®. Tal vez alg¨²n d¨ªa pueda cruzar otra barrera: la de convertirse en el primer campe¨®n del mundo negro de F-1. Supondr¨ªa la cuadratura definitiva del c¨ªrculo.
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