Las mujeres y sus derechos, ?m¨¦rito o cuota?
?Deben las mujeres acceder al empleo o a puestos de responsabilidad y decisi¨®n por sus m¨¦ritos o por cuotas? Se trata de un debate bien interesante, que provoca pasiones y que tiene una indudable actualidad ante la aprobaci¨®n parlamentaria de la Ley de Igualdad efectiva entre mujeres y hombres, que el Gobierno socialista de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, en cumplimiento de una promesa electoral, ha promovido.
Veamos. Un puesto de trabajo o de responsabilidad debe estar ocupado por quien tenga el m¨¦rito y la capacidad suficiente para ejercerlo, con independencia de su sexo. Parece una afirmaci¨®n incontestable, pero ?es lo que est¨¢ ocurriendo?
El pasado curso acad¨¦mico, salieron de nuestras universidades un 60,5% de licenciadas mujeres frente a un 39,5% de hombres. En t¨¦rminos generales, el expediente acad¨¦mico de ellas es m¨¢s brillante y superan en mayor n¨²mero las pruebas de acceso al empleo p¨²blico. El m¨¦rito y la capacidad existe entre la poblaci¨®n femenina, incluso en mayor cantidad.
?Est¨¢n las mujeres presentes en el empleo o en puestos de responsabilidad de manera igualitaria y en funci¨®n de sus criterios?
La tasa de ocupaci¨®n femenina es del 42,52%, frente al 65,29% masculina (datos EPA); de cada 10 contratos temporales, ocho son ocupados por mujeres; el 78% de los contratos a tiempo parcial es de mujeres; las empresas del Ibex 35 s¨®lo tienen un 2,5% de mujeres en sus consejos de administraci¨®n; las mujeres representan el 13,7% del total de catedr¨¢ticos de universidad y el 3% de los doctorados honoris causa; el 70,8% de los empresarios son hombres, frente al 29,2% de mujeres; s¨®lo el 6,6% de mujeres gana m¨¢s que sus parejas.
Eso s¨ª, el 83% de las personas que cuidan a un dependiente son mujeres; por cada hombre que abandona su puesto de trabajo por razones familiares, lo hacen 27 mujeres, que emplean diariamente una media de cinco horas en el trabajo dom¨¦stico, frente a una hora y 37 minutos de los hombres.
Para ocupar un puesto de trabajo o de responsabilidad, a las mujeres no les basta con esgrimir el pasaporte de su preparaci¨®n. S¨®lo caben dos alternativas:
- O ellas a¨²n no tienen m¨¦rito y capacidad suficientes, como parece sostener el PP cuando argumenta contra las cuotas, y habremos de esperar pacientemente a que los adquieran, cual cae la fruta madura, eso s¨ª, dentro de algunos siglos.
- O ellas s¨ª tienen m¨¦rito y capacidad, como sostenemos desde el PSOE y adem¨¢s, y lo m¨¢s importante, derechos, pero hay razones que explican este curioso diferencial de oportunidades, no menos curioso aunque haya acompa?ado siempre a la historia de la humanidad.
A simple vista, parece que las mujeres se dedican a sostener diariamente la pr¨¢ctica totalidad de las necesidades de atenci¨®n que, como conjunto de la sociedad, mujeres y hombres tenemos. Esta circunstancia, que se enmarca en un modelo social patriarcal, que reparte desigualmente roles y poder, se alza como un techo, no s¨¦ si de cristal, desde luego de un material dif¨ªcil de romper.
?Es necesario intervenir desde los poderes p¨²blicos para equilibrar esta desigualdad y por tanto ampliar el disfrute de sus derechos a las mujeres? S¨ª. No s¨®lo es necesario sino que la Constituci¨®n espa?ola nos mandata en su art¨ªculo 9.2, a promover las condiciones, remover los obst¨¢culos y facilitar la participaci¨®n. Parece dif¨ªcil encontrar una mejor fundamentaci¨®n jur¨ªdica a las pol¨ªticas de acci¨®n positiva.
El sistema de cuotas no s¨®lo es legal, es leg¨ªtimo. Usamos cuotas para todo, de manera natural, sin que hasta ahora nadie las haya cuestionado.
Las usamos en los partidos pol¨ªticos, en las empresas, en las propias familias. Cuando por ejemplo, un partido pol¨ªtico elabora una lista electoral suele cambiar algunos de sus miembros (cuota de renovaci¨®n), suele presentar personas de distintas edades (cuota de edad), cuenta con personas que representen diversos lugares del territorio (cuota de territorialidad), y as¨ª sucesivamente. Y nadie se ha preguntado si los entrantes tienen m¨¢s m¨¦rito y capacidad para acceder a esos puestos que los salientes. Simplemente, se han hecho las sustituciones y renovaciones en el mundo de la pol¨ªtica, de la empresa, de los sindicatos, de las asociaciones, de las instituciones y organizaciones, en general.
Pero cuando las mujeres esgrimen su condici¨®n de mitad de la poblaci¨®n, entonces el sistema que antes funcionaba deja de valer, y aparece un nuevo requisito, un pasaporte expedido especialmente para ellas: el famoso m¨¦rito y la no menos famosa capacidad.
La Ley de Igualdad efectiva entre mujeres y hombres deja atr¨¢s los ex¨¢menes a las mujeres para acceder a sus derechos, y establece no una cuota, sino dos: la cuota de los hombres y la cuota de las mujeres, la doble cuota natural de la demograf¨ªa, que por cierto, es una palabra que se parece mucho a democracia, quiz¨¢ no por casualidad.
La Ley de Igualdad Efectiva entre mujeres y hombres, fundamenta y legitima el derecho de los hombres a disfrutar del 50% del empleo, de los cuidados familiares y del poder. El resto es todo nuestro.
Maribel Monta?o es secretaria de Igualdad de la CEF-PSOE.
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