Jon Sobrino se niega a rectificar y acusa al Vaticano de falta de honradez
El jesuita reprocha a Ratzinger ¨¢nimo de perseguir a todos los te¨®logos de la liberaci¨®n
"El modo de proceder de las curias vaticanas no siempre se distingui¨® por ser honrado y muy evang¨¦lico. No me siento representado en absoluto en el juicio global de la notificatio sobre mis libros. No me parece honrado suscribirla". ?sta es la respuesta del te¨®logo Jon Sobrino a la condena hecha p¨²blica la semana pasada por la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio de la Inquisici¨®n). Sobrino, que no firmar¨¢ el acta de acusaci¨®n ni rectificar¨¢ los libros censurados, acusa a los cardenales Joseph Ratzinger, hoy papa, y Alfonso L¨®pez Trujillo de manipular los textos y, sobre todo, de ¨¢nimo de perseguir sin motivo a los te¨®logos de la liberaci¨®n desde hace d¨¦cadas.
"Mi experiencia viene de lejos. Usted conoce lo que ha ocurrido en los a?os de su generalato", escribe el te¨®logo vasco a su superior, el prep¨®sito general de la Compa?¨ªa de Jes¨²s, Peter Hans Kovenbach, animoso intermediario entre la inquisici¨®n romana y el jesuita vasco. Residente en San Salvador desde hace d¨¦cadas y uno de los l¨ªderes de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, Jon Sobrino se refiere a las tribulaciones que ¨¦l y muchos de sus colegas han tenido que padecer "desde 1975" a manos de la polic¨ªa de la fe vaticana. Escribe: "He tenido que contestar a la Congregaci¨®n para la Educaci¨®n cat¨®lica, bajo el cardenal Garrone, en 1976, y a la Congregaci¨®n de la Fe, primero bajo el cardenal Seper y despu¨¦s, varias veces, bajo el cardenal Ratzinger. [Mis superiores] siempre me animaron a responder con honradez, fidelidad y humildad. Me agradecieron mi buena disposici¨®n y me daban a entender que el modo de proceder en las curias vaticanas no siempre se distingu¨ªa por ser honrado o evang¨¦lico". Jon Sobrino pone por testigo, entre otros, a Pedro Arrupe, el m¨ªtico papa negro (general de los jesuitas), tambi¨¦n vasco, durante el Concilio Vaticano II.
La Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe hizo p¨²blica la semana pasada una Notificaci¨®n condenando varios puntos de la teolog¨ªa de Sobrino, tras examinar sus obras Jesucristo liberador. Lectura hist¨®rico-teol¨®gica de Jes¨²s de Nazaret y La fe en Jesucristo. Ensayo desde las v¨ªctimas. El primer libro se public¨® hace 15 a?os y est¨¢ traducido al portugu¨¦s, ingl¨¦s, alem¨¢n e italiano. La versi¨®n portuguesa obtuvo el imprimatur (autorizaci¨®n) del cardenal brasile?o Paulo Evaristo Arns, una de las figuras con mayor peso hist¨®rico de la Iglesia cat¨®lica. El segundo libro se public¨® en 1999 y est¨¢ traducido al portugu¨¦s, ingl¨¦s e italiano. Los dos fueron examinados "muy cuidadosamente, antes de su publicaci¨®n, por varios te¨®logos", dice Sobrino. "Ninguna recensi¨®n o comentario teol¨®gico oral cuestion¨® mi doctrina", a?ade.
Pese a todo, la Notificaci¨®n inquisitorial hace relaci¨®n de un "elenco de proposiciones err¨®neas o peligrosas encontradas en los libros citados" con la intenci¨®n de "ofrecer a los fieles un criterio de juicio seguro, fundado en la doctrina de la Iglesia, acerca de las afirmaciones de los libros citados o de otras publicaciones del autor". Las "proposiciones que no est¨¢n en conformidad con la doctrina", seg¨²n el ex Santo Oficio, se refieren a los "presupuestos metodol¨®gicos" en los que el autor funda su reflexi¨®n y a sus tesis sobre la divinidad de Jesucristo, entre otras.
Jon Sobrino responde: "Desde muy pronto se cre¨® un ambiente en el Vaticano, en varias curias diocesanas y entre varios obispos, en contra de mi teolog¨ªa -y en general, contra la teolog¨ªa de la liberaci¨®n-, a priori, sin necesidad de leer muchas veces mis escritos. Son 30 largos a?os de historia". El hoy papa Ratzinger y el cardenal colombiano Alfonso L¨®pez Trujillo son se?alados como los principales instigadores de la persecuci¨®n, en una relaci¨®n demoledora de "hechos significativos" y de textos.
El te¨®logo Jon Sobrino hace esa relaci¨®n "no porque sea una raz¨®n fundamental para suscribir la notificatio, sino para comprender la situaci¨®n en que estamos y qu¨¦ dif¨ªcil es, al menos para m¨ª, aun poniendo lo mejor de mi parte, tratar honrada, humana y evang¨¦licamente, el problema". Dice: "Siento que no es ¨¦tico aprobar o apoyar con mi firma un modo de proceder poco evang¨¦lico, que tiene dimensiones estructurales y est¨¢ bastante extendido. Avalar esos procedimientos para nada ayuda a la Iglesia de Jes¨²s, ni a presentar el rostro de Dios en el mundo, ni a animar al seguimiento de Jes¨²s, ni a la lucha crucial de nuestro tiempo, la fe y la justicia".
Condenado a la soledad
"En lo personal, estoy en paz. Tampoco s¨¦ mucho qu¨¦ es lo que va a pasar. Quiz¨¢s lo sepa pronto. Parte del mal de la curia (gobierno vaticano) es el secretismo. Es como estar condenado a la soledad. La verdad que es lo que m¨¢s de quicio me saca. Me parece lo m¨¢s inhumano. Por eso, tu e-mail me confort¨®. No es s¨®lo que me des la raz¨®n -o no-, sino saber que hay personas que nos tratan como personas. Las curias no saben de eso", escribe Jon Sobrino desde San Salvador, a un compa?ero de Bilbao, en carta a la que ha tenido acceso EL PA?S con la condici¨®n de omitir nombres. Sobrino concluye: "Me creer¨¢s si te digo que m¨¢s que Roma, o la historia, me preocupa y me anima lo que piense la cocinera: si han visto en nosotros gente de bien".
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