Mazazo
Sabemos que es la tolerancia y la capacidad de di¨¢logo lo que hace que un pa¨ªs avance. No es cierto que lo que divide a los ciudadanos sea la distancia ideol¨®gica sino, sobre todo, el talante y la forma de afrontar la vida y los problemas que conlleva. Hay foros donde la forma de pensar y las preferencias pol¨ªticas permanecen en segundo plano porque lo que importa es la visi¨®n profesional y c¨ªvica.
A media ma?ana la llamada atenta y puntual de Ram¨®n Y¨¢nez, el hombre de la intendencia y la log¨ªstica en el departamento de comunicaci¨®n en el Consejo Superior de C¨¢maras de Comercio de Espa?a. Un aviso: esta es una de esas noticias que preferir¨ªamos no tener que dar. Luis ?ngel Laredo ha muerto de un infarto la pasada noche. Era el director de comunicaci¨®n de la C¨¢mara de Valladolid. Con ese cometido le conoc¨ª hace m¨¢s de veinte a?os, junto a unos compa?eros que intentamos insuflar el esp¨ªritu abierto de la comunicaci¨®n a las instituciones camerales que emerg¨ªan de un desierto de libertades y merec¨ªan el gran esfuerzo de ponerse al d¨ªa e incluso, en el pelot¨®n de cabeza de las entidades empresariales espa?olas.
El papel de las C¨¢maras de Comercio en aquella etapa fue influyente en el contexto de unas corporaciones de derecho p¨²blico que algunos present¨ªamos que se hallaban pr¨®ximas a su gran desaf¨ªo de perdurar o sucumbir despu¨¦s de m¨¢s de cien a?os de vida dedicada a la defensa de los intereses empresariales y de la actividad econ¨®mica.
La contestaci¨®n que se agit¨® contra las C¨¢maras de Comercio y especialmente para eliminar la pertenencia obligada de las empresas a estas instituciones. Despu¨¦s se sumaron multinacionales como Ford-Espa?a que ten¨ªa su factor¨ªa en Almussafes. De ah¨ª vinieron los recursos en un gesto de consecuencias imprevisibles, que se acab¨® con la sentencia del Tribunal Constitucional de 1996.
Laredo fue uno de los art¨ªfices en aquel dif¨ªcil equilibrio para luchar contra el anquilosamiento sin perder los papeles. Luis ?ngel, uno de los asistentes a las reuniones fundacionales en el monasterio del Paular, al pie de Navacerrada, contribuy¨® con su firmeza y sosiego a la creaci¨®n del Equipo T¨¦cnico de Estrategias de Comunicaci¨®n (ETEC) en la d¨¦cada de los 90. Las C¨¢maras hasta entonces apenas sab¨ªan de comunicaci¨®n y tampoco ten¨ªan pistas suficientes para saber lo que se les venia encima. Junto a Luis ?ngel, Paloma Arias -directora de comunicaci¨®n del Consejo- y Javier Esparza, que era su hom¨®logo en la C¨¢mara de Madrid, fueron dos excelentes correas de transmisi¨®n para coordinar a los excelentes profesionales que ven¨ªan de la periferia: Marta Ros¨¦s de Barcelona; Pilar Fern¨¢ndez de Cantabria, Ram¨®n Clivill¨¦ de Sabadell, Palmira Caba?ero de Tarrasa o Javier Mond¨¦jar, en Alicante.
No fue f¨¢cil la etapa en la que Luis ?ngel Laredo contribuy¨® a invent¨¢rselo todo, desde la perspectiva de una profesionalidad period¨ªstica, que distaba y mucho de una ¨¦poca distendida y confiada. Las resistencias proven¨ªan de cualquier sitio. Las C¨¢maras pretend¨ªan marcar su territorio y buscan su lugar al sol. Los lenguajes eran novedosos y las principales desconfianzas proven¨ªan de dentro. El presidente del consejo, Adri¨¢n Piera primero y m¨¢s adelante Guillermo de la Dehesa, Carlos Ferrer Salat -anta?o cr¨ªtico encarnizado desde la tribuna de CEOE-, para dar paso a dos personajes de corte pol¨ªtico y capacidad de gesti¨®n: Fern¨¢ndez Norniella y el actual Javier G¨®mez Navarro -otro convertido a la convicci¨®n cameral-. Tan cerca como el 20 de febrero pasado compart¨ª con Luis ?ngel Laredo los ¨²ltimos momentos de la clausura de la Asamblea de las C¨¢maras de Comercio en Madrid con la presencia, por la ma?ana, del Rey y por la tarde del presidente del gobierno, Rodr¨ªguez Zapatero. Nada permit¨ªa sospechar que ser¨ªa la ¨²ltima vez que nos ¨ªbamos a ver despu¨¦s de compartir tantos momentos para recordar, desde la alegr¨ªa y algunos con el sabor agridulce de la amargura y la injusticia. Luis ?ngel Laredo, periodista de raza, de talante conservador, columnista del ABC para Castilla-Le¨®n, se ha llevado con ¨¦l una forma de ser y de estar que nunca podremos olvidar y que otros no se merecen por su entrega y ecuanimidad.
A sus cuarenta y ocho a?os ha sido el primer ca¨ªdo de una escuela cameral de comunicaci¨®n que luego ha proseguido, desde el Consejo. Los momentos cumbre y los logros redondos se construyen sobre los cimientos y el buen hacer de quienes pusieron las primeras piedras. Es ley de vida. Nadie podr¨ªa pensar que Luis ?ngel Laredo iniciar¨ªa las ausencias de este modo. Algunos dejaron sus puestos por razones diversas.
Luis ?ngel ha sido una excepci¨®n y como muestra de que los valencianos no nos miramos ¨²nicamente nuestro ombligo, quiero reconocer la trayectoria de un periodista que dedic¨® una parte sustancial de su vida, probablemente la mejor y la m¨¢s fecunda, en favor y provecho de las C¨¢maras de Comercio
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