"Francia es el hombre enfermo de Europa"
Todos los dem¨¢s signatarios del Tratado de Roma han muerto. S¨®lo ¨¦l, Maurice Faure, sigue con vida para contar c¨®mo fue aquel 25 de marzo de 1957; el d¨ªa en el que, a las 18.46, Francia, Alemania, Italia, B¨¦lgica, Holanda y Luxemburgo firmaron el texto que dio origen a la actual Uni¨®n Europea.
"Cumplimos un sue?o", dice al referirse a la firma del texto que dio origen a la UE
"Esperaba mucho m¨¢s. Europa est¨¢ en crisis y ya no avanza", dice tras criticar el 'no' franc¨¦s
Hoy, 50 a?os m¨¢s tarde, al entonces secretario de Estado de Exteriores de Francia -posteriormente varias veces ministro- todav¨ªa le brillan los ojos y se le escapa una media sonrisa cuando lo recuerda. "Cumplimos un sue?o". Eran aquellos tiempos de guerras, en los que la idea de una paz duradera en Europa era para muchos m¨¢s que un sue?o. Medio siglo despu¨¦s, la paz reina en una Uni¨®n que, a ojos de Faure -nacido en 1922, en Azerat, un pueblo de Aquitania, en el centro del pa¨ªs-, atraviesa, sin embargo, una crisis sin precedentes. Francia, "el hombre enfermo de Europa", ha contribuido en buena medida a esta crisis al decir no al Tratado constitucional que pretend¨ªa, entre otras cuestiones, adaptar el sistema de toma de decisiones por unanimidad a una Europa en la que ya conviven 27 pa¨ªses. "Hacen falta l¨ªderes en Europa. Cuando hablaba De Gaulle, Adenauer... ten¨ªan autoridad. Hoy ya no es as¨ª", se lamenta este hombre de ampl¨ªsima carrera pol¨ªtica.
Aquella tarde de 1957 ca¨ªan chuzos de punta a las puertas del Capitolio romano, lo que no impidi¨® que grupos de j¨®venes aguardaran la salida de los mandatarios tras la firma. "Reinaba un ambiente de entusiasmo. Hab¨ªa grupos de italianos que ven¨ªan a felicitarnos, quer¨ªan darnos la mano. La exaltaci¨®n era enorme", cuenta este hombre de 85 a?os, en su casa de Par¨ªs, poco antes de partir hacia Roma y Berl¨ªn, donde las autoridades europeas celebrar¨¢n este fin de semana por todo lo alto el medio siglo de vida de la Uni¨®n. Pero m¨¢s all¨¢ de los euroentusiastas romanos, la firma del Tratado apenas suscit¨® inter¨¦s entre los europeos, seg¨²n Faure. "A los franceses no les preocupaba mucho este tema, lo que de verdad les importaba era Argelia. El Mercado Com¨²n ocupaba m¨¢s espacio en los peri¨®dicos de Italia, Alemania o el Benelux, pero en general era un proyecto del que se ocupaban las ¨¦lites; la gente no entend¨ªa muy bien qu¨¦ era aquello".
Aquello fueron dos tratados que crear¨ªan la Comunidad Econ¨®mica Europea y la Comunidad de la Energ¨ªa At¨®mica (Euratom). La idea era que, en 12 a?os, las personas y las mercanc¨ªas circularan libremente y sin aranceles por los pa¨ªses firmantes. La agricultura fue ya entonces uno de los principales obst¨¢culos de la negociaci¨®n. Las presiones francesas hicieron que se incluyeran adem¨¢s importantes ayudas a la agricultura. "El texto fue una gran concesi¨®n para los agricultores", dice Faure, quien ha desarrollado parte de su carrera como pol¨ªtico socialista en la regi¨®n agr¨ªcola de Lot, en el sur de Francia. "Durante toda la negociaci¨®n hab¨ªa que mantener al corriente a los agricultores, que finalmente enviaron un telegrama a los diputados y los senadores de los seis pa¨ªses para que votaran a favor del Tratado", dice el hombre al que el entonces ministro de Exteriores Christian Pineau encarg¨® pilotar la negociaci¨®n del Tratado. En estos 50 a?os, la econom¨ªa europea ha sufrido una transformaci¨®n radical, pero el peso de la agricultura en las pol¨ªticas comunitarias -el 40% del presupuesto europeo se dedica al campo- sigue siendo important¨ªsimo.
Faure, ferviente europe¨ªsta, no oculta su decepci¨®n con el devenir del proyecto europeo. "Esperaba mucho m¨¢s. Europa est¨¢ en crisis y ya no avanza". Parte de esa crisis la achaca este doctor en Historia a lo que considera la mal digerida ampliaci¨®n de 2004 a los pa¨ªses del Este. Considera que hubiera hecho falta una fase intermedia antes de que los 10 nuevos socios se incorporasen definitivamente en la UE, adem¨¢s de los dos incorporados este a?o.
Para insuflar ¨¢nimos a una Europa alica¨ªda, los l¨ªderes de los Veintisiete firmar¨¢n este fin de semana la llamada Declaraci¨®n de Berl¨ªn, un breve texto con el que pretenden explicar al mundo los valores sobre los que se asienta la Uni¨®n.
Faure entiende que Angela Merkel, la canciller alemana que preside este semestre la UE, quiera despertar a Europa de su letargo, pero piensa que los grandes fastos deber¨ªan ser en Roma. "Que se celebre en Berl¨ªn es una aberraci¨®n", ha dicho Faure, quien, sin embargo, muestra con orgullo la carta en la que Merkel le invita a viajar a la capital alemana este fin de semana. "No s¨¦, espero que traduzcan la ceremonia al franc¨¦s. El Tratado de Roma se negoci¨® todo en franc¨¦s, pero todo esto ha cambiado, el franc¨¦s ha perdido mucho".
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