La voz en espa?ol de los encarcelados
El equipo de 24 int¨¦rpretes que coordina el hombre de la foto comenz¨® a formarse en julio. Entonces, la Oficina de Interpretaci¨®n de Lenguas (OIL) del Ministerio de Asuntos Exteriores encomend¨® a su int¨¦rprete traductor de ¨¢rabe, Abderrahim Abkari, ciudadano espa?ol de origen marroqu¨ª, que reuniese a los profesionales necesarios para que los encausados por el atentado del 11 de marzo que no hablaran espa?ol tuviesen voz y o¨ªdos.
Abkari, que adem¨¢s de ?rabe cl¨¢sico o fusha, habla y entiende cuatro variantes dialectales del ¨¢rabe, m¨¢s franc¨¦s, ingl¨¦s y espa?ol, se puso en marcha. El resultado lo oyen cada d¨ªa a trav¨¦s de cascos los ocho procesados que no hablan castellano. Y toda la sala cuando son ellos mismos los que declaran.
No s¨®lo eso. 18 de los int¨¦rpretes son denominados de enlace: sirven para que se entiendan los abogados defensores con estos defendidos que no hablan espa?ol cuando los visitan en los calabozos del edificio a la hora de comer.
O los d¨ªas de fiesta: el abogado Endika Zulueta, visit¨® a su defendido, Rabei Osman, El Egipcio, acusado de ser uno de los cerebros del grupo, un fin de semana en la c¨¢rcel.
Hubo fallos: el primer d¨ªa del juicio, en el que declaraba, precisamente, El Egipcio, los int¨¦rpretes que operaban en ese momento en la cabina, entre ellos Abkari, se o¨ªan a s¨ª mismos a trav¨¦s del micr¨®fono del declarante, con lo que les era imposible llevar a cabo una traducci¨®n simult¨¢nea.
El segundo d¨ªa problem¨¢tico para el equipo de Abkari fue el 12 de marzo: testificaba el cu?ado y la segunda esposa de Mouhannad Almallah, acusado de pertenecer a la organizaci¨®n terrorista. Ni el cu?ado, ni la esposa, ambos muertos de miedo, pudieron declarar en su lengua materna, sino en un espa?ol rudimentario y medroso. No hab¨ªa en la sala nadie que entendiera y que pudiera traducir la lengua bereber que hablan.
"Nadie nos avis¨® de que iban a intervenir testigos de lengua bereber ese d¨ªa", explica Abkari sonriendo. Desde entonces, hay siempre un int¨¦rprete de bereber en el edificio.
Ser traductor de ¨¢rabe no es sencillo. Para empezar, el ¨¢rabe cl¨¢sico o fusha, la lingua franca del mundo ¨¢rabe, no se habla en la calle. Se emplea en la literatura, en la televisi¨®n y en las escuelas y universidades. S¨®lo la gente culta o con educaci¨®n es capaz de manejarse en ella. En el mundo ¨¢rabe, en cambio, se hablan varios dialectos derivados del fusha y varias lenguas, como el bereber, que no tienen nada que ver con ella.
Valga un ejemplo: 11 de marzo se dice Ihdaashar mares en una parte del mundo ¨¢rabe y Ihdaashar adar en otra parte. "Toda esta variedad la tuvimos en cuenta al formar el equipo", dice Abkari, que a?ade: "Ajustamos los perfiles ling¨¹¨ªsticos de cada procesado, teniendo en cuenta el dialecto que hablan, antes de que empezara el juicio".
Desde aquel d¨ªa del cu?ado y la esposa nada ha vuelto a fallar. "Eso es lo malo: que traducimos 500 minutos bien al d¨ªa, pero nadie se da cuenta", comenta el coordinador del equipo que explica que lo peor "es cuando se leen folios del sumario, con muchos n¨²meros y referencias, y sobre todo muy deprisa".
Una curiosidad: uno de los pocos que habla ¨¢rabe culto de los procesados es Rabei Osman, el considerado l¨ªder del grupo e inductor. El que sigue el juicio sin moverse, sin sonre¨ªr, siempre con cascos.
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