Bancos con principios ¨¦ticos
Don Francisco Gonz¨¢lez, presidente del BBVA, declara en EL PA?S (17-3-2007) percibir entre salario, plan de pensiones y alguna que otra minucia colateral, unos 19,73 millones de euros al a?o (3.275 millones de pesetas), 275 millones de pesetas al mes y unos 9 millones al d¨ªa. Si partimos de un sueldo medio para el ciudadano espa?ol de 175.000 pesetas por mes y 5.835 al d¨ªa, que ya es partir, el sueldo del presidente ser¨ªa unas 155 veces mayor: frente a las 5.835 pesetas diarias del ciudadano, los 9 millones diarios suyos.
El presidente nos dice que el BBVA, am¨¦n de "tener un m¨²sculo financiero muy fuerte", ¨¦l y sus socios se atienen a la legalidad y, como nota que los diferencia, presenta la de los "principios ¨¦ticos".
Me he quedado, m¨¢s que perplejo, chafado. El presidente asegura que lo dicho es legal. En mis conocimientos de ¨¦tica, s¨¦ que lo legal trata de coincidir con lo ¨¦tico, porque toda ley en principio contiene algo de verdad, de justicia, de otros valores y, por eso, es obedecible. Pero, puede haber cosas legales o establecidas como tales que no tengan m¨¢s fundamento que la arbitraria e interesada voluntad de quienes las establecen.
Me permito, entonces, preguntar por la legalidad de esa pr¨¢ctica. Cualquier principiante sabe que la fuente de la moral -lo que es bueno o lo que es malo- no depende de la voluntad de nadie (despotismo), sino del respeto a los valores y derechos de la "realidad" (de las personas y de la comunidad) que es anterior a toda voluntad.
Por otra parte, el presidente debiera explicar c¨®mo logra compaginar sus 9 millones diarios con el honor de afirmar que su nota diferenciadora son los principios ¨¦ticos. En el mundo de la econom¨ªa, algunos principios ¨¦ticos son: no apropiarse del capital ajeno, dar a cada uno lo que es suyo, justo reparto, beneficios justamente proporcionados para todos, etc¨¦tera. El sistema, nos dir¨¢ a lo mejor el se?or Gonz¨¢lez, es as¨ª. Que es as¨ª, no cabe duda. Que la gente lo admita, mentira. La gente no quiere que le roben el dinero para engrosar sueldos como ¨¦sos. El Estado en una sociedad democr¨¢tica debiera controlar esas fortunas acumuladas "legalmente" y, en todo caso, con la solidaridad ¨¦tica, que a todos se nos exige, recabar los indebidos beneficios apropiados para cubrir las necesidades b¨¢sicas de tanta gente necesitada.
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