Nosotros ense?amos a sanar
La Universidad Cat¨®lica formar¨¢ m¨¦dicos que nunca "piensen en matar", aseguraba el diario EL PA?S en su edici¨®n del martes. Nada m¨¢s lejos de mi intenci¨®n que polemizar con la Iglesia, pero, cuando alguno de sus representantes alza el tono y recurre a la descalificaci¨®n, no queda m¨¢s remedio que romper el silencio y hacer unas puntualizaciones en aras de la dignidad de la ciencia y de la Universidad, de la Universitat de Val¨¨ncia. El pasado lunes, al t¨¦rmino de la misa con motivo de la solemnidad de San Jos¨¦, el arzobispo de Valencia, monse?or Agust¨ªn Garc¨ªa-Gasco, firm¨® en la catedral metropolitana el decreto por el que erige la Facultad de Medicina en la Universidad Cat¨®lica de Valencia "San Vicente M¨¢rtir". El martes el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana publicaba el decreto de autorizaci¨®n aprobado por el Gobierno valenciano en colisi¨®n con preceptos establecidos en la legislaci¨®n estatal y auton¨®mica. Rectores de las universidades valencianas hemos manifestado p¨²blica y reiteradamente nuestro malestar, especialmente por la forma con la que el Gobierno Valenciano ha autorizado a esa universidad privada a impartir dichos estudios. No se trata ahora de valorar el trasfondo ideol¨®gico y pol¨ªtico que supone crear plazas para estudiar medicina en una universidad privada, mientras se mantiene una fuerte restricci¨®n en el n¨²mero de plazas que puede ofertar la universidad p¨²blica.
El decreto de la Generalitat puede ser contestado pol¨ªtica y jur¨ªdicamente. Sin embargo, el decreto arzobispal, aunque carece de relevancia jur¨ªdica, en la medida que contiene juicios de valor sobre los estudios y la pr¨¢ctica de la medicina, s¨®lo puede ser contestado en el terreno del debate p¨²blico, en el que, como rector de una universidad con estudios de medicina desde hace m¨¢s de cinco siglos, creo que tengo la obligaci¨®n de entrar. El decreto del arzobispo asegura que la facultad de medicina de la Universidad Cat¨®lica de Valencia ser¨¢ un centro "en defensa de la vida humana y de la aut¨¦ntica dignidad de la medicina que hunde sus ra¨ªces en el mismo juramento hipocr¨¢tico". Seg¨²n la nota distribuida por Avan (la agencia de noticias del Arzobispado de Valencia) el prelado se?ala en el decreto que "todos queremos m¨¦dicos que solo piensen en curar, nunca en matar".
A lo largo de esta semana son muchos los profesores de la Universitat de Val¨¨ncia que han le¨ªdo consternados las afirmaciones del arzobispo y con los que he compartido el malestar por estos alegatos que parecen esconder una descalificaci¨®n sibilina. ?Cree el se?or arzobispo que existen facultades de medicina en las que no se defiende la vida humana? ?Piensa el se?or arzobispo que hay facultades que no preservan la aut¨¦ntica dignidad de la medicina? ?Sugiere que hay m¨¦dicos perjuros a sus compromisos con la ¨¦tica profesional? ?Apunta el se?or arzobispo a que hay m¨¦dicos que no piensan en curar? ?Insin¨²a que algunos m¨¦dicos piensan en matar y que acaso en las actuales facultades de medicina a sus estudiantes se les instruye en ello?
La formaci¨®n de los m¨¦dicos en la que siempre ha prevalecido la consideraci¨®n de la vida como bien supremo, pero tambi¨¦n la supresi¨®n o mitigaci¨®n del dolor y el sufrimiento de los enfermos, y la dignidad de los mismos, a quienes siempre se considera el centro y la ¨²nica referencia de la acci¨®n sanitaria, ha sido y es nuestra responsabilidad y nuestro orgullo. Investigar, conocer y desarrollar nuevas terapias es nuestra obligaci¨®n. La Universitat de Val¨¨ncia lleva m¨¢s de cinco siglos trabajando por el conocimiento, por el avance de la ciencia, luchando por la salud, por la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos, por el progreso material y espiritual, al servicio de la sociedad. Los estudios de medicina son anteriores a la fundaci¨®n de la misma Universitat de Val¨¨ncia y desde su creaci¨®n dieron fama en toda Europa a nuestra instituci¨®n acad¨¦mica. Bastar¨ªa un simple repaso al callejero de la ciudad de Valencia para ir recogiendo un sinn¨²mero de referencias a ciudadanos ilustres que son recordados por su dedicaci¨®n y val¨ªa en el ejercicio de la Medicina, desde el Dr. Collado en el Siglo XVI al Dr. Barcia en el siglo XX, y que fueron alumnos y/o profesores de la Facultad de Medicina de la Universitat de Val¨¨ncia. Incluso muchas de las personalidades m¨¦dicas que han expresado p¨²blicamente su apoyo a la Facultad de Medicina de la Universidad Cat¨®lica se formaron en nuestra universidad. Nadie pondr¨¢ en duda en todos ellos su af¨¢n por preservar la vida, la salud y la dignidad de los seres humanos en su acci¨®n m¨¦dica.
A la salvaci¨®n de vidas humanas han dedicado su esfuerzo generaciones y generaciones de m¨¦dicos formados en la Universitat de Val¨¨ncia. Como su primer catedr¨¢tico de medicina y cirug¨ªa, el m¨¦dico Llu¨ªs Alcany¨ªs, cuyo tratado sobre la peste tantas vidas contribuy¨® a preservar de la epidemia y de la ignorancia que multiplicaba los efectos mortales de aquella enfermedad. Una epidemia tan terrible como el sida, que hoy causa estragos en ?frica y Asia. La profilaxis era entonces y es ahora la primera barrera contra las pandemias. En noviembre pasado se cumplieron quinientos a?os de la ejecuci¨®n en la hoguera del m¨¦dico Llu¨ªs Alcany¨ªs, condenado a muerte por la Inquisici¨®n. Triste recompensa para una gran persona dedicada a sanar, y que a la vez compuso una de las poes¨ªas que se recoge en el libro Trobes i loors a la Verge Mar¨ªa, primer libro impreso en Valencia y en Espa?a.
Es posible que junto a sus muchos logros, la Universitat de Val¨¨ncia, y su facultad de Medicina, tenga tambi¨¦n defectos y, tal vez, mal que nos pese, algunas veces la "paja" del d¨ªa a d¨ªa nubla nuestra visi¨®n, pero, con el debido respeto se?or arzobispo, una cosa puedo asegurarle, nosotros no matamos, no ense?amos a matar.
Francisco Tom¨¢s es rector de la Universitat de Val¨¨ncia.
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