Doble poder
La secci¨®n cuarta de la Audiencia Nacional opt¨® por un golpe de autoridad al defender contra viento y marea la fecha del juicio contra Arnaldo Otegi. Dio otra vuelta de tuerca de autoridad al enviar a la Guardia Civil a buscarle a su domicilio de Mondrag¨®n y traerle a Madrid en avi¨®n, sin apercibimiento previo, como suele ser norma, y sin dar antes traslado a las partes. La sala ten¨ªa, pues, necesidad de establecer qui¨¦n mandaba y si para ello era necesario montar un show, por los magistrados no iba a quedar.
Hubo una ¨¦poca en la que estos espect¨¢culos corr¨ªan a cargo de algunos jueces de instrucci¨®n de la Audiencia Nacional. El m¨¢s c¨¦lebre quiz¨¢ ocurri¨® aquella tarde de octubre de 1995 en la que el juez Miguel Moreiras envi¨® a la polic¨ªa judicial a casa de Mario Conde para notificarle un presunto auto de prisi¨®n que no llevaban. Le trasladaron a la Audiencia Nacional, Moreiras le tom¨® declaraci¨®n y le dej¨® en libertad. Conde sali¨® triunfante esa noche por la escalinata de la madrile?a calle de Garc¨ªa Guti¨¦rrez, abri¨¦ndose paso entre c¨¢maras y periodistas.
En el caso de Olaia Castresana -que el juez instructor inadmiti¨® al comienzo y que s¨®lo progres¨® por la insistencia del entonces fiscal general del Estado, Jes¨²s Cardenal- el primero en ser absuelto por el Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco (TSJPV) fue Jon Salaberr¨ªa. La otra acusada, Araitz Zubimendi, ex parlamentaria vasca que tambi¨¦n particip¨® en el entierro de la etarra muerta, fue juzgada en julio de 2005. La Fiscal¨ªa de San Sebasti¨¢n, sobre la base del antecedente de Salaberr¨ªa, retir¨® la acusaci¨®n contra ella. La Sala Civil y Penal del TSJPV, que la juzg¨®, resolvi¨® su absoluci¨®n.
En aquella ¨¦poca no hab¨ªa alto el fuego permanente ni precio a pagar. Aunque claro que siempre se podr¨¢ arguir que ¨¦sa, precisamente ¨¦sa, era la cuota anticipada, una de tantas, que pag¨® el Gobierno de Zapatero por la tregua en estado de gestaci¨®n. La Fiscal¨ªa de la Audiencia Nacional contaba con estos antecedentes. Su valoraci¨®n de las palabras de Otegi en el funeral, adem¨¢s, es que no rebasaban el ¨¢mbito de una ceremonia familiar. Fue la querella la que, mira por d¨®nde, actu¨® de altavoz.
En estas condiciones, ?por qu¨¦ no ir al juicio se?alado para el pasado 21 y, a la vista de las pruebas en el plenario, retirar la acusaci¨®n como hizo el fiscal de San Sebasti¨¢n en 2005? La Fiscal¨ªa opt¨® por una batalla procesal para clarificar el ¨¢mbito del juicio. La secci¨®n cuarta interpret¨® que la Fiscal¨ªa estaba ganando tiempo en un momento delicado como es la recta final hacia una eventual legalizaci¨®n de la izquierda abertzale en la que se ha entrado. Y opt¨® por el golpe de autoridad.
La sala forz¨® la situaci¨®n, seg¨²n ha reconocido un magistrado conservador a este peri¨®dico. Hubiera sido mejor para el fiscal ,como dijo un magistrado progresista, ponerse rojo una vez en el juicio oral retirando la acusaci¨®n, a volverse colorado muchas veces.
En cuanto al PP, intenta volver a capitalizarse con su ejercicio del doble poder o poder popular, otra vez contra la justicia, porque la Fiscal¨ªa del Estado forma parte de la Administraci¨®n de justicia.
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