De mayor quiero ser eur¨®crata

Forman una legi¨®n; un ej¨¦rcito de miles de j¨®venes euroentusiastas que cada a?o desembarcan en Bruselas para trabajar en las instituciones comunitarias. Vienen de los 27 pa¨ªses de la UE y tienen fe ciega en un proyecto europeo que ellos mismos encarnan: sus conversaciones discurren en tres o cuatro idiomas y lo de su nacionalidad es casi una an¨¦cdota. Se sienten europeos y se mueven a sus anchas por el continente. Constituyen una suerte de vanguardia de la integraci¨®n, que los l¨ªderes europeos miman, conscientes de que los que hoy nutren la cantera, alg¨²n d¨ªa se convertir¨¢n en titulares.

Se sienten europeos. Sus conversaciones discurren en tres o cuatro idiomas

Los viernes por la tarde acuden en manada a las puertas del Parlamento Europeo, en la plaza de Luxemburgo, para socializar. El fest¨ªn de feromonas transnacionales da fe de la estrecha convivencia entre los aspirantes a eur¨®cratas. En uno de los caf¨¦s de la plaza, los j¨®venes charlan sobre su visi¨®n de la UE. Petronela Burceag es rumana y tiene 25 a?os; ha trabajado en pr¨¢cticas en la Comisi¨®n Europa y mientras prepara oposiciones comunitarias ha pasado a engrosar las listas de las decenas de think tanks que tratan de influir en las pol¨ªticas de la UE. Su europe¨ªsmo no conoce l¨ªmites. "Los j¨®venes no se dan cuenta de lo que Europa ha hecho por ellos. La paz, la democracia, lo dan todo por sentado. Aqu¨ª te das cuenta de los beneficios reales que las pol¨ªticas europeas tienen sobre la gente". Se siente "europea" y dice que el a?o que curs¨® de Erasmus en Par¨ªs fue "el primer paso hacia el sue?o europeo. Conoces a gente de otros pa¨ªses y te das cuenta de que todos somos iguales. Aqu¨ª, ser rumana no es un estigma".

A su lado se sienta Potr Turkowski, un polaco de 30 a?os especialista en derecho fiscal. ?l elige el franc¨¦s para hablar. Lamenta que los j¨®venes europeos no sepan casi nada de Europa y dice que en su pa¨ªs, el largo proceso de adhesi¨®n ha contribuido a que se conozca un poco m¨¢s "esto de la UE". Le averg¨¹enza que su pa¨ªs se haya convertido en la china en el zapato de los socios de la Uni¨®n, al boicotear importantes acuerdos como el energ¨¦tico con Rusia, pero considera que las andanadas antieuropeas del Gobierno de los gemelos Kaczynski son "un accidente pol¨ªtico" que pasar¨¢. Enfrente suyo, Crist¨®bal Parla, a sus 25 a?os, es el triunfador del grupo. Ha conseguido hacerse con uno de los codiciad¨ªsimos puestos de trabajo de la Comisi¨®n Europea en la DG fisheries, es decir, la direcci¨®n general de pesca. El a?o pasado, el Ejecutivo comunitario reclut¨® 873 nuevos funcionarios, pero Parla, tambi¨¦n ex Erasmus y con un m¨¢ster en su haber, no entrar¨¢ directamente como funcionario, aunque piensa dedicar su vida a conseguirlo. El tiempo depender¨¢ en parte de los contactos que tenga.

"El lobby empieza con el proceso de selecci¨®n durante el periodo de pr¨¢cticas. Hay que conocer a alguien, enviarle un e-mail... ?sta es la capital de los enchufes, donde se trata de conocer a la persona adecuada en el momento correcto. De eso te das cuenta nada m¨¢s aterrizar en Bruselas", cuenta Lara Fernandes, portuguesa y antigua trabajadora en pr¨¢cticas de la Comisi¨®n Europea, que ahora se encarga de organizar la acogida de los reci¨¦n llegados. Participa en la organizaci¨®n de las fiestas nacionales -megaeventos nocturnos de los j¨®venes eur¨®cratas conocidos en toda la ciudad-, conferencias, viajes de fin de semana, encuentros con los comisarios y con el presidente del Ejecutivo comunitario, foto incluida... todo para que el periodo de pr¨¢cticas funcione como una verdadera f¨¢brica de europe¨ªstas, como una m¨¢quina de vender la UE al mundo y de mostrar que la convivencia en una Europa a Veintisiete es posible.

De la crisis de una UE que avanza desde que franceses y holandeses sepultaran hace dos a?os el Tratado Constitucional no quieren ni o¨ªr hablar. "S¨®lo han pasado 50 a?os, no se puede pedir tanto. La UE crece y cada vez somos m¨¢s pa¨ªses, eso es s¨ªntoma de que no estamos en crisis", opina Santiago Bar¨®n, tambi¨¦n espa?ol, que trabaja en el lobby de los fabricantes de l¨¢mparas europeos, ocupados en los ¨²ltimos tiempos por los planes de la Comisi¨®n de cambiar las bombillas en Europa para combatir el cambio clim¨¢tico.