Una plaza con nombre de coche
Barcelona dedica una plaza al Hispano-Suiza en la Sagrera, el barrio donde se fabricaba el lujoso autom¨®vil
La Sagrera cuenta desde ayer con una plaza dedicada a la antigua empresa Hispano-Suiza, que en tiempos estuvo ubicada en el barrio. Al acto inaugural asistieron el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, y la nieta del fundador de la marca, Carmen Mateu. Este nuevo espacio es fruto de la reciente reforma de las calles de Mart¨ª Molins, Moss¨¨n Juliana y Monlau, que tambi¨¦n ha generado la apertura de la calle de Clara Zetkin. La plaza est¨¢ situada en la confluencia de las calles de Costa Rica y Sant Antoni Maria Claret -en su tramo final por debajo de la avenida Meridiana- con la de Garcilaso, cerca del solar, hoy vac¨ªo, que ocup¨® durante a?os el Instituto Gutmann.
Pero, por un exceso de prurito ling¨¹¨ªstico, las placas del nombre la plaza dicen: Pla?a de Hispano-Su?ssa, un exquisito y pulcro catal¨¢n, pero que debe de designar otra cosa, mas no la marca de coches, que siempre se llam¨® Hispano-Suiza.
La urbanizaci¨®n de la plaza ha generado dos zonas verdes a los lados y en medio una pavimentada; comprende una zona de juegos infantiles y otra de descanso con bancos y sillas que aprovecha el escalonado del terreno. Se complementa con nuevas columnas de luz y unos curiosos pilones para evitar el paso de veh¨ªculos.
La fiesta de inauguraci¨®n cont¨® con un desfile de coches de ¨¦poca Hispano-Suiza. La comitiva era m¨¢s bien reducida, pero sobresaliente en calidad: dos Tipo 16, dos H6 y un J12, todos ellos perfectamente restaurados; sin embargo, la estrella de la tarde -que ya lo fue en el reciente rally Barcelona-Sitges- fue un excepcional Tipo 15/45 de 1912, m¨¢s conocido como Hispano Alfonso XIII, nombre del abuelo del actual Monarca espa?ol. Se fabricaron 650 ejemplares del modelo, y esta unidad, que se conserva en muy buen estado, es una de las 21 que han sobrevivido.
La caravana de coches sali¨® del centro c¨ªvico de la Sagrera, en la calle de Mart¨ª Molins, donde se puede visitar una exposici¨®n titulada La Hispano-Suiza, Imatges d'un prodigi, que puede verse hasta el 2 de abril. La exhibici¨®n ha sido organizada por la Associaci¨® d'Estudis Hist¨°rics de l'Automoci¨® Sant Andreu-La Sagrera, y ofrece un recorrido visual a trav¨¦s de im¨¢genes y objetos por la historia de la entonces prestigiosa marca.
Establecida en el barrio desde 1911, la Hispano-Suiza hab¨ªa sido fundada en 1904 por el empresario barcelon¨¦s Dami¨¤ Mateu -el popularmente conocido como Mateu dels ferros- y el ingeniero suizo Marc Birkigt (de ah¨ª el nombre) y tuvo su primera ubicaci¨®n en la calle de Floridablanca. Con la compra de las antiguas naves de la Farinera Gran, la empresa se traslad¨® a la Sagrera y puso en marcha una de las f¨¢bricas m¨¢s modernas de su tiempo, en la que empleaba a centenares de personas; incluso dispon¨ªa de una secci¨®n de forja en Ripoll (La Farga Casanova). La Hispano empez¨® fabricando coches, camiones y autobuses, pero gracias al genio de Birkigt, uno de los ingenieros m¨¢s brillantes de la historia, no tard¨® en lanzarse a construir propulsores aeron¨¢uticos y tambi¨¦n grandes motores marinos. Pronto abri¨® una factor¨ªa en Par¨ªs, de donde saldr¨ªan sus modelos m¨¢s prestigiosos. As¨ª, el Hispano-Suiza se convirti¨® en favorito de arist¨®cratas, pol¨ªticos, industriales y artistas. Francesc Camb¨®, Andr¨¦ Dubonnet, Carlos Gardel y Pablo Picasso fueron algunos de sus entusiastas.
Durante su ¨¦poca de esplendor, la marca catalana fue el s¨²mmum del refinamiento, la potencia y la elegancia automovil¨ªstica: lo que hoy se conoce en t¨¦rminos de mercadotecnia como la excelencia. Su prestigio, especialmente durante el periodo de entreguerras, no tuvo rival. Bugatti era el m¨¢ximo exponente deportivo, Rolls-Royce sobresal¨ªa como ep¨ªtome del lujo, pero s¨®lo el Hispano ofrec¨ªa la suavidad de funcionamiento mec¨¢nico caracter¨ªstica e inigualable que, junto a las equilibradas proporciones de sus chasis y carrocer¨ªas, hizo de ¨¦l un mito y lleg¨® a merecer la consideraci¨®n de mejor coche del mundo. Adem¨¢s, sus motores de aviaci¨®n dieron a las potencias aliadas la supremac¨ªa a¨¦rea definitiva en la I Guerra Mundial: la victoria qued¨® garantizada desde el momento en que sus escuadrillas dispusieron de un propulsor capaz de funcionar con total eficiencia a gran altitud, un propulsor fabricado en el barrio de la Sagrera, no muy lejos de la plaza inaugurada ayer.
En la Sagrera se respira gasolina, pero de la que despide efluvios que evocan la cultura, la historia, la competici¨®n y el amor por la t¨¦cnica, una pasi¨®n que uno s¨®lo llega a apreciar en su justa medida cuando la descubre. No es s¨®lo el pasado de muchos de sus habitantes, tan estrechamente ligado a la f¨¢brica Hispano, despu¨¦s reconvertida en Pegaso. Al otro lado de la plaza, en la calle de Oliva esquina con la de Monlau, est¨¢ el centro de estudios Monlau, dedicado desde hace m¨¢s de una d¨¦cada a formar mec¨¢nicos de competici¨®n, con un equipo que dirige el ex campe¨®n del mundo de 125cc Emilio Alzamora.
Siguiendo por la calle de Monlau se llega a la recoleta plaza de Masadas, donde cada primer domingo de mes se re¨²nen grupos de aficionados a temas del motor, coleccionistas de coches en miniatura y de slot (el popular Scalextric), y tambi¨¦n los miembros de la Agrupaci¨® Masadas, dedicados a recopilar la historia gr¨¢fica del transporte en este pa¨ªs. Dejando atr¨¢s la plaza y siguiendo por Monlau hasta la esquina con Pac¨ªfic, en el n¨²mero 19 de esta calle se radica la sede del Club Andr¨¦ Citro?n, una din¨¢mica entidad que agrupa a los amantes de los veh¨ªculos del doble gal¨®n, del 2CV al GS, pasando por el Traction Avant y el legendario DS o Tibur¨®n.
El regreso de la cig¨¹e?a
Aunque dejara de fabricar coches despu¨¦s de la II Guerra Mundial, Hispano-Suiza sigui¨® activa en otros campos. Tras un par¨¦ntesis de m¨¢s de medio siglo, los herederos de Mateu dels ferros se presentaron en el Sal¨®n del Autom¨®vil de Barcelona de 2001 con dos propuestas de futuro: los concept cars HS 21 y K8, presentados poco antes en el Sal¨®n de Ginebra.
El primero era un cup¨¦ biplaza, dise?ado y construido en Barcelona por Mazel Ingenieros, con motor V10 de cinco litros, puertas de tipo semigaviota, inspiradas en las alas de la famosa cig¨¹e?a emblema de la marca, interior de piel y una rejilla frontal que evocaba la imagen cl¨¢sica de la Hispano. El K8, tambi¨¦n de Mazel, era una berlina de grandes dimensiones, en la l¨ªnea de los m¨¢s recientes concept cars, con una luneta trasera en t¨²nel de reducidas dimensiones que evocaba las de los antiguos Hispano vestidos por Binder, Kellner, Van Vooren y otros especialistas de la ¨¦poca. En cuanto a la motorizaci¨®n, el K8 llevaba un V8 de 4,2 litros en posici¨®n delantera longitudinal con cambio secuencial de seis relaciones.
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