La Complutense despide a su reactor...

Un reactor nuclear es como un gigantesco horno con un n¨²cleo que produce un inmenso calor por la fisi¨®n (divisi¨®n del n¨²cleo) de ¨¢tomos. Eso es lo que hay en medio de la Ciudad Universitaria desde 1951, desde que se fundara la llamada Junta de Energ¨ªa Nuclear (JEN). Y eso, que a vista de un profano es como la m¨¢quina del tiempo de Regreso al futuro en gigante, es lo que est¨¢n desmantelando actualmente, y desde diciembre del a?o pasado, los expertos de Enresa, la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos. Eso y otros tres antiguos edificios de investigaci¨®n nuclear. Parados e in¨²tiles suponen un coste de m¨¢s de 20 millones al a?o para el mantenimiento de su seguridad.

La tarea, al tratarse de residuos nucleares, no pod¨ªa estar exenta de pol¨¦mica, menos a¨²n desde que se produjo un vertido de 60 litros de l¨ªquido radiactivo en 1970. No en vano hay una resoluci¨®n judicial pendiente, que determinar¨¢ si las tareas se realizan con las medidas apropiadas.

Ayer, para acabar con las especulaciones y temores de los vecinos de tres kil¨®metros a la redonda, el Ciemat, el centro de investigaciones energ¨¦ticas donde se ubican los edificios y el reactor, abri¨® sus puertas a la prensa para explicar el proceso y sus objetivos. Un proceso llamado PMIC (Plan Integrado de Mejora de las Instalaciones del Ciemat), que costar¨¢ 60 millones de euros y que pretende dejar aquello libre en 2009 para la construcci¨®n de nuevas plantas de investigaci¨®n. Y, a la espera de que los vecinos se manifestaran a sus puertas, el director de seguridad del centro, Jos¨¦ Luis D¨ªaz, hizo de "gu¨ªa tur¨ªstico" y dio garant¨ªas: "No hay residuos de alta actividad. Aqu¨ª [en el sitio donde se produjo el vertido] podr¨ªamos merendar. El Consejo de Seguridad Nuclear hace 12 inspecciones al mes. Y nunca ha vuelto a haber ning¨²n escape ni problema digno de menci¨®n".