Expulsado cuatro veces

No es la primera vez que le echan. En su prolija e intensa vida pol¨ªtica, Pedro Pacheco (Jerez de la Frontera, 1949) ha sido expulsado en cuatro ocasiones: dos de su anterior formaci¨®n, el Partido Andalucista, y otras dos de los gobiernos de coalici¨®n sucesivos que ha formado para la alcald¨ªa jerezana con PP y PSOE. Hijo de un guarda de la f¨¢brica de botellas de Jerez y licenciado en Derecho en Sevilla -cuando Felipe Gonz¨¢lez daba clase y Manuel Chaves era delegado-, Pacheco ha sido siempre un polemista de los que causan estruendo, y sus relaciones con compa?eros y socios han estado sometidas de forma inexorable a las fuertes convulsiones que desprende su car¨¢cter.

Alcalde de Jerez desde los inicios de la democracia, perdi¨® en 2003 el bast¨®n de mando por unos cuantos votos (igual¨® al PSOE en n¨²mero de concejales: nueve) tras gobernar 24 a?os consecutivos. Pact¨® con el PP para aupar a la alcald¨ªa a Mar¨ªa Jos¨¦ Garc¨ªa Pelayo, quien le destituy¨® a los dos a?os de sobresaltos y una convivencia imposible. Firm¨® despu¨¦s una moci¨®n de censura con el PSOE en apoyo de Pilar S¨¢nchez. Ayer la socialista dio por finalizada la alianza por los mismos motivos. En ambos equipos, Pedro Pacheco se qued¨® con el ¨¢rea de urbanismo, la condici¨®n que hab¨ªa puesto para sellar los acuerdos.

Su vida partidaria ha sido a¨²n m¨¢s agitada. Miembro del equipo fundador del PA, en 1993 fue expulsado tras un congreso muy avinagrado por la rivalidad legendaria que mantuvo siempre con Alejandro Rojas-Marcos, a quien durante 20 a?os le disput¨® el liderazgo de esta formaci¨®n. Creo entonces el Partido Andaluz de Progreso (PAP), que le sirvi¨® de soporte en la alcald¨ªa, pero poco m¨¢s. Al PA tampoco le fue bien sin Pacheco, y la reconciliaci¨®n lleg¨® un a?o m¨¢s tarde, en las elecciones andaluzas de 1994.

Cuando los andalucistas formaron el primer gobierno de coalici¨®n con el PSOE en la Junta en 1996, Pedro Pacheco se arrog¨® el papel de Pepito Grillo como portavoz parlamentario. Los almuerzos de los comit¨¦s de enlace y sus eternas sobremesas fueron parcheando los espasmos que provocaban un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n las declaraciones estridentes del andalucista. En el flanco interno, la guerra hab¨ªa explotado ya. Rojas-Marcos se ali¨® con Antonio Ortega en el congreso andalucista de 2000 para acabar con el predicamento del jerezano. Lo consiguieron, aunque pr¨¢cticamente se llevaron por delante tambi¨¦n al partido. Pacheco se revolvi¨®. De Rojas-Marcos -al que se refer¨ªa como el "dirigente sexagenario"- dijo que era un "malversador", le imput¨® "intereses especulativos", y se?al¨® que el lema del congreso, en lugar de La fuerza de los hechos deber¨ªa haber sido "la fuerza de los cohechos y las comisiones". Sobre Ortega afirm¨® que era un "monaguillo" que "besa el calzado del sexagenario". Fue expulsado y recuper¨® las siglas del PSA (Partido Socialista de Andaluc¨ªa), bajo las que sigue.

Con 58 a?os -y un rosario de rupturas con todos los partidos (PSOE, PP, IU y PA) en sus alforjas- Pedro Pacheco tiene el prop¨®sito de optar a la alcald¨ªa. Las encuestas coinciden en que cuenta con posibilidades de ser otra vez la llave del gobierno.