La memoria del arzobispo
La carta semanal del pasado domingo del arzobispo de Valencia, Agust¨ªn Garc¨ªa-Gasco, es todo un modelo de c¨®mo entienden algunos sectores de la Iglesia el adoctrinamiento. La misiva, que lleva por t¨ªtulo Reconciliaci¨®n (http://www.archivalencia.org/) es una cr¨ªtica a las iniciativas para la recuperaci¨®n de la memoria hist¨®rica que se est¨¢n poniendo en marcha desde el Gobierno y desde distintas instancias ciudadanas. "Ante las propuestas que se han presentado como recuperadoras de la llamada memoria hist¨®rica -se?ala el prelado- todos hemos de evitar reavivar sentimientos de odio y de destrucci¨®n". Y a?ade "la experiencia muestra c¨®mo en los contextos de violencia, las razones se pierden, las divisiones se profundizan y los rencores y resentimientos aumentan y desbordan cualquier pretensi¨®n de paz".
Las advertencias de Garc¨ªa-Gasco no dejan de ser llamativas viniendo de un obispo que en los a?os que lleva al frente de la di¨®cesis de Valencia ha promovido la beatificaci¨®n de 226 sacerdotes y laicos de Acci¨®n Cat¨®lica muertos durante la Guerra Civil. Asimismo, el Arzobispado tiene previsto erigir una nueva parroquia, dedicada a los M¨¢rtires Valencianos, que ser¨¢ construida en un solar de la avenida de Francia cedido por la Generalitat y que, seg¨²n se?al¨® el prelado en una entrevista, "quedar¨¢ para el futuro como el lugar de la memoria, como un santuario en el que se venerar¨¢n las reliquias de los m¨¢rtires y se perpetuar¨¢ el culto en su honor, seg¨²n la costumbre de la Iglesia desde los primeros siglos del cristianismo".
Y para que nadie se olvide, la citada p¨¢gina web del arzobispado tiene un apartado, que lleva por t¨ªtulo M¨¢rtires valencianos, en el que se relacionan y se da entrada, una a una, a las 226 personas cuyas causas se iniciaron en la curia eclesi¨¢stica de Valencia y fueron beatificados el 11 de marzo de 2001 por Juan Pablo II en la plaza de San Pedro de Roma. Fue el mayor acto de beatificaci¨®n de la historia y en primera fila se encontraban el entonces presidente de la Comunidad Valenciana, Eduardo Zaplana, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barber¨¢, "de negro riguroso y con mantilla", seg¨²n las cr¨®nicas del d¨ªa.
Pero hay memorias y memorias. Porque el arzobispo considera en su carta que "cuando la Iglesia ha ido promoviendo las causas de beatificaci¨®n y de canonizaci¨®n de los m¨¢rtires de la persecuci¨®n religiosa ha hecho memoria verdadera, justa y agradecida de inmensos perdonadores". As¨ª las cosas, seg¨²n el arzobispo, habr¨ªa dos tipos de memoria. Una, la que defiende la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica, que identifica con la Iglesia, y que ser¨ªa "memoria, verdadera, justa y agradecida". Y habr¨ªa otra peligrosa memoria hist¨®rica que, seg¨²n la doctrina del prelado, reavivar¨ªa "sentimientos de odio y de destrucci¨®n" al "condenar a quienes ya no se pueden defender ni explicarse".
Ese dualismo es una constante en los ¨²ltimos planteamientos de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica. El pasado 17 de julio -setenta a?os despu¨¦s del alzamiento de Franco en Melilla, ?ay la memoria!- el presidente del PP, Mariano Rajoy, particip¨® en un curso de verano que dirig¨ªa el cardenal Antonio Ca?izares. Ambos coincidieron en se?alar que la nueva asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa abre la puerta al adoctrinamiento. Una asignatura en la que se explicar¨¢ a los alumnos cuestiones ¨¦tico c¨ªvicas, conocimientos sobre la paz, los reg¨ªmenes democr¨¢ticos, la multiculturalidad, las diversas religiones y las diferentes formas de familia que configuran la sociedad actual. La jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica y la c¨²pula del PP est¨¢n en contra de que se imparta la asignatura de forma obligatoria. El planteamiento es el mismo: habr¨ªa una doctrina verdadera que ser¨ªa la de la Iglesia y otra rechazable que ser¨ªa el adoctrinamiento "impuesto" por el Estado. Y a¨²n as¨ª habr¨ªa que matizar la doctrina verdadera, pues de ella quedar¨ªa fuera la que defiende la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n, como ha quedado patente estos d¨ªas con la prohibici¨®n de ense?ar y escribir como parte de la Iglesia impuesta por la Santa Sede al te¨®logo jesuita Jon Sobrino.
El exceso se completaba la pasada semana con la acusaci¨®n de los obispos al Gobierno de alentar la promiscuidad y despreciar la vida, arremetiendo contra el derecho al aborto, el divorcio, la eutanasia y la reproducci¨®n asistida. Poco espacio queda para la libertad cuando se pretende tener el monopolio de la doctrina, el monopolio de la verdad, el monopolio de la memoria y tambi¨¦n, como cu¨¢ndo Rajoy habla de "los espa?oles de bien", el monopolio de la ¨¦tica.
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