Unas aguas en disputa desde 1937
Los b¨ªblicos Tigris y ?ufrates discurren tranquilos a trav¨¦s de Irak hasta que llegan a Qurna. All¨ª se unen en lo que los iraqu¨ªes llaman Chatt el Arab (Costa de los ?rabes) y en Ir¨¢n se conoce como Arvandrud (R¨ªo Arvand), y discurren entre ambos pa¨ªses hasta desembocar en el golfo P¨¦rsico. La leyenda sit¨²a en esa confluencia el Jard¨ªn del Ed¨¦n. Cuesta imaginarlo, pero el inter¨¦s de los dos vecinos por controlar la v¨ªa de agua viene siendo motivo de disputa desde principios del siglo pasado.
En 1937, un tratado dio el control de la mayor¨ªa del Chatt el Arab a Irak, que no tiene ninguna otra salida al mar, y fij¨® la frontera en la orilla iran¨ª del r¨ªo. Pero el acuerdo fue el resultado de la presi¨®n brit¨¢nica, algo que Teher¨¢n s¨®lo acept¨® a rega?adientes hasta 1969 cuando lo denunci¨®, abriendo una etapa de incidentes fronterizos que a punto estuvieron de provocar un conflicto. La mediaci¨®n argelina permiti¨® concluir un nuevo pacto en 1975 que fij¨® la demarcaci¨®n de la frontera en el punto medio del canal m¨¢s profundo.
Un lustro m¨¢s tarde, Sadam Husein lo ignor¨® e invadi¨® Ir¨¢n, desatando una guerra de ocho a?os. El armisticio no estableci¨® un nuevo arreglo fronterizo y se entendi¨® que ambos contendientes aceptaban el pacto de Argel. Sin embargo, tampoco eso ayuda demasiado. Adem¨¢s, la captura de los brit¨¢nicos se produjo en la desembocadura, una zona en la que ambos pa¨ªses jam¨¢s se han puesto de acuerdo. La legislaci¨®n internacional establece que en ese caso no se extiendan las aguas territoriales m¨¢s all¨¢ de la l¨ªnea media de los vecinos, pero formaciones rocosas, barreras de arena e islotes convierten en misi¨®n imposible la tarea de fijar hasta d¨®nde llega la jurisdicci¨®n de cada uno.
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