La portada eterna
Hoy hace 40 a?os que los Beatles posaron para el ¨¢lbum 'Sgt. Pepper's', cubierta que sirvi¨® como confluencia entre el rock y el arte
Fue toda una novedad: un artista reconocido trabajaba para un grupo pop de primera l¨ªnea. Adem¨¢s, Peter Blake no era admirador de los Beatles: prefer¨ªa el jazz y voces genuinamente estadounidenses como los Four Freshmen o los Everly Brothers. Pero el Londres de los sesenta se pretend¨ªa una reedici¨®n de la Florencia renacentista y la aristocracia pop ten¨ªa ¨ªnfulas de Medici: Paul McCartney hab¨ªa encargado un cuadro a Blake en 1966.
A pesar del t¨®pico que atribuye a John Lennon el papel del "Beatle intelectual", quien se introdujo en los c¨ªrculos vanguardistas fue McCartney. Su cicerone, Robert Fraser, dirig¨ªa una galer¨ªa donde Paul conect¨® con Blake, Warhol, Antonioni, Claes Oldenburg o Richard Hamilton (que dise?ar¨ªa otra funda revolucionaria, la del doble blanco que los Beatles sacaron al a?o siguiente). Fraser y McCartney concibieron la portada de Sgt. Pepper's lonely Hearts Club Band como un santoral de figuras definitorias del siglo XX (m¨¢s algunas del XIX). Con su disco m¨¢s complejo, los Beatles se hac¨ªan un nicho en la historia: se reconoc¨ªan herederos de actores, escritores, pol¨ªticos, deportistas, c¨®micos. Trascend¨ªan la categor¨ªa de m¨²sicos: su pasado como ¨ªdolos juveniles estaba representado por sus figuras del museo de Madame Tussaud; los ¨²nicos cantantes seleccionados eran Bob Dylan y Dion.
Sobre la envoltura ya trabajaba The Fool, un flipado colectivo holand¨¦s que hab¨ªa conquistado el favor de los Beatles: aparte de la funda doble, Sgt. Pepper deb¨ªa incluir un recortable y -gran novedad- las letras. Fraser sugiri¨® que necesitaban alguien capaz de ir m¨¢s all¨¢ de una portada a la moda. Alguien como su representado, Peter Blake. Tambi¨¦n entr¨® en el proyecto la entonces esposa de Blake, Jann Haworth. Michael Cooper, otro colega de los Stones, se encargar¨ªa de fotografiar el resultado.
Blake acept¨® el reto: "No hab¨ªa mucha inventiva en aquel campo. Estaba el dibujo de Klaus Voormann para Revolver, pero la mayor¨ªa de las portadas no eran interesantes, los Everly Brothers sentados en una Lambretta y mirando hacia atr¨¢s". Blake nunca hab¨ªa hecho portadas de discos profesionalmente. Admiraba los estilizados dise?os del sello Blue Note y se sent¨ªa ajeno a la psicodelia: rechazaba el LSD y dem¨¢s drogas del momento.
Se pidi¨® a cada Beatle una lista de 10 personajes. Ringo Starr ni se molest¨® en responder. George Harrison apunt¨® varios gur¨²s hind¨²es. John Lennon solicit¨® im¨¢genes de Hitler, Jesucristo y Ghandi... que fueron vetadas por la discogr¨¢fica; s¨ª se le admiti¨® Karl Marx, el perverso Aleister Crowley y varios escritores desdichados como Wilde y Poe. McCartney exhibi¨® eclecticismo: de Stockhausen a Fred Astaire, pasando por William Burroughs.
Quedaba mucho hueco; Blake, Haworth y Fraser a?adieron sus favoritos. Eso explica la abundancia de artistas visuales y celebridades estadounidenses, como el humorista W. C. Fields. No faltaban pin ups de Vargas y Petty. Fraser hasta introdujo a un amigo, el novelista Terry Southern.
El 30 de marzo de 1967, los Beatles y asociados se juntaron en Londres para materializar la foto. Se vistieron como una banda del Ej¨¦rcito de Salvaci¨®n, con fantasiosos uniformes confeccionados por Manuel Cuevas, sastre de Nashville. Frente a las fotos ampliadas y silueteadas, destacaban los maniqu¨ªes y nueve estatuas de cera, incluyendo la de Sonny Liston, ex campe¨®n de los pesos pesados; la selecci¨®n ten¨ªa cierta inclinaci¨®n por los perdedores. Todo se desarroll¨® con rapidez y los Beatles pudieron volver a Abbey Road, donde remataban With a little help from my friends. Un inconveniente: varios personajes fotografiados no hab¨ªan dado su aprobaci¨®n.
Todos se consideraron honrados, aunque Mae West protest¨® levemente: todav¨ªa se cre¨ªa una bomba sexual y no se imaginaba relacionada con un "club de corazones solitarios". Leo Gorcey, actor infantil en los a?os treinta, exigi¨® 400 d¨®lares de compensaci¨®n y se le borr¨® de la portada: EMI controlaba la bolsa y no se distingu¨ªa por su generosidad.
Peter Blake siempre se ha quejado de la taca?er¨ªa con que fue pagado su trabajo m¨¢s celebrado. De hecho, ha llegado a exigir dinero por hablar sobre Sgt. Pepper. Moralmente, s¨ª hubo recompensas: la portada recibir¨ªa un grammy, uno de los pocos premios que la Academia otorg¨® a obras de los Beatles. Su impacto fue inmenso: en 1968, ya era parodiada por Frank Zappa, para un corrosivo disco de Mothers of Invention, We're only in it for the money. Lo firmaba Jerry Schatzberg, fot¨®grafo neoyorquino que hab¨ªa travestido a los Rolling Stones para una car¨¢tula. Luego, el diluvio. Son centenares los collages -para discos, libros, revistas, murales- que han recurrido a variaciones sobre Sgt. Pepper.
Tambi¨¦n late la pol¨¦mica sobre c¨®mo repartir la autor¨ªa entre Blake y su ex mujer. L¨¢stima que no podamos contar con la versi¨®n de Robert Fraser: el galerista, que conoci¨® la vida peligrosa con los Stones, muri¨® de sida en 1986.
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