Desencadenando melod¨ªas

Los frutos art¨ªsticos de la pol¨ªtica musical francesa aplicada al barroco fuera de las grandes poblaciones se han podido comprobar durante este mes de marzo en Madrid. Con obras de Monteverdi, Bach y H?ndel han actuado en la capital Les Arts Florissants, Les Musiciens du Louvre y, anteayer en el Real, Les Talens Lyriques. La calidad de todos ellos est¨¢ fuera de dudas, y m¨¢s si vienen con sus directores titulares. Justifica la tendencia actual de interpretar el barroco con grupos especializados e instrumentos de ¨¦poca. Rousset es quiz¨¢s el director m¨¢s franc¨¦s de los tres, o el m¨¢s racionalista. Se apoya sobre todo en el sonido de la magn¨ªfica secci¨®n de cuerda de su orquesta. No se desmelena, tiene sentido de la organizaci¨®n. Un grupo como Les Talens Lyriques, a sus ¨®rdenes, garantiza una atm¨®sfera adecuada en el acercamiento h?ndeliano. As¨ª fue.

El Real present¨® una ¨®pera en versi¨®n de concierto, es decir, sin escena. Se pod¨ªa haber intensificado la dimensi¨®n teatral, pero s¨®lo en el tercer acto se intent¨®, y fue el que mejor sali¨®. Al concierto le falt¨® un poco de chispa hasta entonces. Los cantantes estaban bien en su dimensi¨®n musical, aunque excesivamente contenidos. La m¨²sica de H?ndel es un r¨ªo mel¨®dico que hay que navegar con una entrega emocional sin red. Los aplausos de reconocimiento surg¨ªan m¨¢s cuando la emoci¨®n aparec¨ªa que como resultado de la mayor perfecci¨®n t¨¦cnica. Hab¨ªa tres sustituciones sobre el programa inicialmente anunciado y eso pudo influir (en una semana han cancelado en el Real dos figuras de primer orden como Angelika Kirchschlager, anteayer, y Christine Schaefer, el s¨¢bado). La interpretaci¨®n fue a m¨¢s y en su resultado global se impusieron el empuje de Caitlin Hulcup como Ronaldo, el voluntarismo y entrega de Sabina Pu¨¦rtolas como Ginebra, el empaque y la clase de Vivica Genaux como Polinesso o la frescura de Topi Lehtipuu como Lurcanio. H?ndel volvi¨® a imponer la ley del placer.