Trastornos mentales y medicina de familia

La reciente noticia titulada La psiquiatr¨ªa llegar¨¢ al ambulatorio (EL PA?S, 21-3-2007), sobre la "estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud", no ha tardado en ser respondida con "prudente escepticismo" por el catedr¨¢tico de Psicopatolog¨ªa de la Universidad Complutense Carmelo V¨¢zquez en una carta al director (Vidas medicalizadas, el 25-3-2007).

Advierte de "c¨®mo a veces el infierno puede estar empedrado de buenas intenciones". Avisa del riesgo de medicalizar la vida, al ser tratados los pacientes con trastornos mentales menores por los m¨¦dicos de familia, ya que nuestra formaci¨®n, apenas 11 a?os, y condiciones de trabajo, nos llevar¨¢n fundamentalmente a manejarlos mediante la prescripci¨®n de psicof¨¢rmacos, en detrimento de las psicoterapias.

?Claro que nuestro consumo de psicof¨¢rmacos y f¨¢rmacos en general es excesivo! Pero no somos los m¨¦dicos de familia los ¨²nicos ni mayores responsables; los psiquiatras, otros especialistas, los pacientes, la industria farmac¨¦utica y la sociedad, tambi¨¦n tienen su cuota de responsabilidad. Y tampoco se trata de "psicoterapia para todos". Ni f¨¢rmacos mal indicados ni psicoterapias mal llevadas o innecesarias. Ni "medicalizar", ni "psicologizar". Nos critica el tiempo escaso en consulta. ?Pero, cu¨¢nto da la suma de los muchos tiempos que un m¨¦dico dedica durante a?os a un paciente y su familia? ?Cu¨¢nta informaci¨®n ¨²til se deriva de esto para comprender y ayudar?

Los trastornos mentales menores llegan a diario en masa a nuestras consultas, y esos pacientes no entran con una etiqueta en la frente que los identifique. Entran contando palpitaciones, falta de aire, cansancio, opresi¨®n precordial, dolores, mareos y otros s¨ªntomas de enfermedades org¨¢nicas de las que hay que diferenciarlos. Una vez diagnosticados, ya hemos hecho algo, a veces dif¨ªcil, a veces arriesgado. Y ah¨ª no acabamos. Tambi¨¦n tratamos, y no de cualquier manera. Tenemos un compromiso con nuestros pacientes y sus vidas.