Plan B
La decena de personas detenidas en el Pa¨ªs Vasco y Navarra estaban, seg¨²n la polic¨ªa, a la espera de ¨®rdenes para cometer atentados. No s¨®lo contra instalaciones, sino personales, como se deduce del tipo de informaci¨®n que hab¨ªan recopilado y de que contasen con material para confeccionar bombas lapa. Entre las personas objeto de seguimientos figura el fil¨®sofo y articulista Fernando Savater, miembro de la Iniciativa Ciudadana Basta Ya, as¨ª como polic¨ªas y pol¨ªticos del PP y del PSOE cuyos nombres no han trascendido.
Las Fuerzas de Seguridad han conseguido desmantelar la red terrorista antes de que llegase a actuar, como ven¨ªa ocurriendo en los a?os que precedieron al alto el fuego. Todo parece indicar, por tanto, que ten¨ªa raz¨®n la polic¨ªa francesa cuando insist¨ªa en que durante la tregua ETA no se hab¨ªa parado, y que tambi¨¦n la ten¨ªan los responsables de Interior cuando afirmaban que tampoco la investigaci¨®n policial se hab¨ªa detenido. La hip¨®tesis de un fin dialogado de ETA se hac¨ªa depender de la aparici¨®n de datos indicativos de una voluntad de poner fin a la violencia. Evidenciado que tal voluntad no existe, la eficacia policial vuelve a ser un eje central de la pol¨ªtica antiterrorista.
?se es el aut¨¦ntico plan B que todo Estado de derecho debe tener dispuesto en procesos de paz como el ensayado. Eso no significa que no deber¨ªa haberse intentado. Las razones que determinaron la debilidad de ETA se mantienen. Es significativo que el aparato de propaganda estuviera en San Sebasti¨¢n. El santuario franc¨¦s ya no sirve ni para editar el Zutabe, y quiz¨¢ tampoco para grabar en v¨ªdeo los mensajes y comunicados de los encapuchados de turno, a juzgar por las piezas de vestuario encontradas en el mismo piso.
Las encuestas indican que es ya muy mayoritaria entre las bases de Batasuna la convicci¨®n de que el tiempo de la violencia ha pasado. Por muchos pretextos que sus dirigentes busquen para atrasar las decisiones, saben que el abandono de las armas por parte de ETA es inevitable, y tambi¨¦n que sin esa condici¨®n, o la ruptura clara con la banda, no recobrar¨¢n ellos la legalidad, ni podr¨¢n ser candidatos en las elecciones. Ayer, todo lo que se les ocurri¨® decir a algunos portavoces de la izquierda abertzale fue que las detenciones s¨®lo sirven para "alargar el conflicto". De donde se deduce que la forma de acortarlo habr¨ªa sido que la polic¨ªa permitiera al comando Donosti cometer los atentados que preparaba.
La lista de posibles objetivos indica que la ETA de Txeroki vuelve a la estrategia de establecer una frontera entre amenazados y libres de amenaza en cada ¨¢mbito profesional; para verse libre de amenaza basta con callarse y disimular. A comienzos de los ochenta, Mario Onaindia sali¨® una noche por televisi¨®n, tras el asesinato de un militante de la UCD en Guip¨²zcoa, y dijo: "matar a alguien por sus ideas es fascismo". ?Habr¨¢ alguien en la Batasuna de Otegi capaz de decir algo parecido ante las intenciones del comando desarticulado?
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