"Esto es peor que una estafa, juegan con tus sentimientos"
Mientras unos padrinos de Intervida se muestran indignados y ven confirmados sus temores, otros prefieren darle el beneficio de la duda
Los reclamos utilizados por la ONG Intervida no dejaban claro si el dinero aportado por los particulares va exclusivamente a los ni?os apadrinados de los pa¨ªses pobres o se utiliza para proyectos para toda su comunidad, seg¨²n las auditor¨ªas hechas por la Fundaci¨®n Lealtad. Y estas dudas (dibujos que no les parec¨ªan hechos por los ni?os, dificultades para conocerles y comunicarse directamente con ellos) son la raz¨®n de que muchos padrinos y madrinas dejaran de pagar entre 18 y 21 euros al mes a la ONG.
As¨ª se desprende de los testimonios recogidos ayer por este peri¨®dico, buena parte de ellos, llegados por Internet a elpais.com. Tambi¨¦n hay personas que se declaran perfectamente conscientes de que su ayuda no era s¨®lo para el ni?o, como se dice en la p¨¢gina web de Intervida. Pero a la supuesta publicidad enga?osa se suma ahora la investigaci¨®n de un presunto desv¨ªo de fondos de los apadrinamientos a otras empresas. La indignaci¨®n predomina entre los colaboradores de la ONG, aunque muchos reclaman el beneficio de la duda hasta que no se demuestren las sospechas. Otros, sin embargo, ven confirmados sus "temores". Estos son algunos de los testimonios reunidos:
ISABEL GONZ?LEZ "Me extra?¨® que la ni?a se apellidara igual que la calle"
"Si a ustedes les da igual, yo prefiero amadrinar a una ni?a". A Isabel Gonz¨¢lez no le pusieron pega alguna cuando manifest¨® sus preferencias de g¨¦nero a Intervida, organizaci¨®n a la que llam¨® en 1996 tras ver un anuncio en el peri¨®dico. En muy pocos d¨ªas la llamaron para comunicarle que su prohijada se llamaba Elvira, que era boliviana y que pronto recibir¨ªa su foto y direcci¨®n. "Me extra?¨® que la ni?a se apellidara Calle y el segundo apellido coincidiera con la direcci¨®n a la que ten¨ªa que enviar las cartas", dice Isabel, pero no desconfi¨®. Envi¨® su cuota mensual bancaria, mas el extra por navidad durante nueve a?os. Tambi¨¦n le extra?aron las instrucciones de que nunca, bajo ning¨²n concepto, le remitiera nada personal a la ni?a. Ni dinero, ni ropa, ni juguetes. "Se lo van a quedar los intermediarios" y "la familia de la menor acabar¨¢ por chantajearla" le aseguraron.
Ayer, al conocer la investigaci¨®n de la Fiscal¨ªa, orden¨® al banco la cancelaci¨®n de su donativo. Esta profesional de clase acomodada no puede estar m¨¢s indignada, un sentimiento que comparte con su marido, que hace tres semanas se dio de baja como socio de Anesvad despu¨¦s de una colaboraci¨®n de 12 a?os, tras el encarcelamiento del presidente por presunta malversaci¨®n. Ambos se sienten timados. Pero el enfado de Isabel va m¨¢s all¨¢: "Esto es peor que una estafa, porque si alguien te vende relojes sin maquinaria te ha estafado y ya est¨¢. Pero esto es peor, porque juegan con los sentimientos de la gente y, lo que es peor, con el futuro de los ni?os". Ninguno de los dos piensa colaborar nunca m¨¢s con una ONG.
EVA RUIZ "El ni?o se fue del programa y nadie me dijo nada"
Eva Ruiz, de Sevilla, apadrin¨® un ni?o de Guatemala durante mucho tiempo. "Dos veces al a?o, una sobre el verano y otra en Navidades, recib¨ªa un dibujo del chico y una carta de agradecimiento por mi colaboraci¨®n", cuenta Eva, que se qued¨® sorprendida cuando dej¨® de tener noticias durante un a?o. "Llam¨¦ por si hab¨ªa habido alg¨²n problema, ya que pagaba mis 18 euros mensuales. Me contestaron de Intervida que no sab¨ªan nada de ¨¦l, que entonces contaba ya con 14 a?os, la edad l¨ªmite de abandono de apadrinamiento", explica. "?A qui¨¦n hab¨ªa estado yo pagando todo el a?o?", se pregunt¨®, sin que, por otro lado, le brindaran motivos. Como toda respuesta, le enviaron a las tres semanas la foto de otra ni?a, esta vez peruana, y unos DVD "para que mi conciencia no decayera", comenta algo dolida. "Al a?o decid¨ª borrarme sin avisarles".
MAR?A RODR?GUEZ "Conoc¨ª a mi amadrinada"
Mar¨ªa Olimpia Rodr¨ªguez (52 a?os) es salvadore?a, pero actualmente vive en La Rioja, donde naci¨® su marido. Hace tres a?os decidi¨® amadrinar a trav¨¦s de intervida a una ni?a de El Salvador. Coincidiendo con una visita a sus familiares en el pa¨ªs centroamericano, Rodr¨ªguez le comunic¨® a la ONG que quer¨ªa conocer a la ni?a. No le dejaron ir sola; la acompa?aron tres miembros de la organizaci¨®n, pero la conoci¨®. Estuvo con ella dos horas, aunque hablaron apenas: "Era muy t¨ªmida, y de la fundaci¨®n no me dijo nada", dice. Tambi¨¦n habl¨® con la madre, vio las escuelas que hab¨ªa construido la ONG y volvi¨® a casa "muy satisfecha", asegura.
ELENA IBAR "No me dejaban contactar directamente con la ni?a"
Elena Ibar (32 a?os), abogada en Huesca, ha sido voluntaria en distintas ONG. Amadrin¨® en 2003 a una ni?a peruana, pero enseguida se sinti¨® molesta. "No me dejaban contactar directamente con ella" y los dibujos que recib¨ªa le generaban "desconfianza". "Cuando haces un apadrinamiento, la filosof¨ªa de tu acci¨®n es bastante distinta de cuando donas dinero sin m¨¢s a una ONG, son cosas diferentes", insiste. As¨ª que un a?os despu¨¦s se dio de baja. Durante meses recibi¨® llamadas de Intervida inst¨¢ndole a que no lo dejara. "Te tocan la fibra sensible, me dec¨ªan que la ni?a lo tendr¨ªa mucho m¨¢s dif¨ªcil para ir a la escuela o comer".
SUSO NAVARRETE "Me dijeron que el dinero no iba directamente al ni?o"
Suso Navarrete, de Valencia, lleva "siete u ocho a?os" colaborando con Intervida. "La noticia ha sido un golpe para m¨ª", afirma. "Me dejaron siempre claro que mi dinero no iba directamente al ni?o, sino a proyectos en su pueblo que beneficiaban a toda la comunidad, y que el apadrinamiento era, por decirlo as¨ª, para ponerle una cara a mi donaci¨®n", explica. Siempre le pareci¨® raro que no pudiera enviar regalos ni ponerse en contacto con el ni?o, aunque acat¨® las reglas. Ahora desconf¨ªa, pero prefiere esperar a tener pruebas antes de hacer acusaciones: "De demostrarse que el dinero de los padrinos ha contribuido al enriquecimiento de los directivos, la justicia deber¨ªa caer sobre ellos con el m¨¢ximo rigor". Si no se demuestra, dice, "se les habr¨¢ hecho un da?o irreparable".
Esta informaci¨®n ha sido elaborada por Juan A. Auni¨®n, Alberto del Campo, Davide Mattei y Joaquina Prades.
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