C¨®mo tardar tres d¨¦cadas en estrenar un cl¨¢sico
El retrato de Burnett sobre las barriadas negras llega al p¨²blico
Un suburbio de Los ?ngeles habitado por negros de clase trabajadora. Un padre de familia alienado por su rutina laboral en un matadero. J¨®venes que roban televisores sin pistolas en el bolsillo. Ni?os que juegan en descampados sucios, pero a¨²n inocentes. Camarader¨ªa entre vecinos sin recursos. Tentaciones de saltar al otro lado de la ley. Un mundo de realidades tristes con ventanas a la ternura po¨¦tica en el que a¨²n no exist¨ªa, en toda su crudeza, ese universo que alimenta las letras del hip-hop. Era 1977 y Charles Burnett, estudiante de raza negra de la University of California Los Angeles (UCLA), capturaba con su c¨¢mara de 16 mil¨ªmetros y un pu?ado de actores principiantes la vida en el suburbio de Watts.
Heller: "Ha costado siete a?os y 112.000 euros conseguir los derechos de la m¨²sica"
Su pel¨ªcula Killer of sheep, de ficci¨®n, pero con elementos robados al documental, era su tesis doctoral, pero, en plena era de la blackxploitation, cuando apenas hab¨ªa negros detr¨¢s de las c¨¢maras dispuestos a hacer denuncia social, se convirti¨® en un filme de culto que comenz¨® a ser mostrado en universidades y festivales. En 1990, un a?o despu¨¦s de que la Biblioteca del Congreso creara el National Film Registry, Killer of sheep entr¨® entre las primeras 50 pel¨ªculas seleccionadas, junto a El Padrino y Eva al desnudo.
Pero su poderosa banda sonora, cargada de la melancol¨ªa de cl¨¢sicos de Dinah Washington, George Gershwin o Louis Armstrong, se convirti¨® en un pesado ladrillo que mantuvo el filme alejado de las taquillas durante 30 a?os. Hasta la pasada semana, cuando la peque?a distribuidora Milestone, especializada en cl¨¢sicos y cine independiente, consigui¨® estrenarla en el IFC Center de Nueva York, pariente del Sundance Institute, provocando una aut¨¦ntica peregrinaci¨®n de cin¨¦filos ¨¢vidos por ver el cl¨¢sico restaurado e hinchado a 35 mil¨ªmetros. "Burnett era todav¨ªa un estudiante, pero su pel¨ªcula demuestra que ya entonces ten¨ªa la visi¨®n de un artista maduro. Retrata la realidad de una comunidad empobrecida pero tambi¨¦n sabe encontrar en ella belleza y ternura", explic¨® Ross Lipman, encargado de restaurar el filme en el UCLA Film and Television Archive.
Este especialista, por cuyas manos han pasado entre otras Shadows y Faces de Cassavettes, puso especial cuidado en preservar "ese aire algo sucio y callejero de una pel¨ªcula de bajo presupuesto, para que no parezca La guerra de las galaxias". Lipman trabaj¨® con Burnett en el hinchado a 35 mil¨ªmetros y aprovech¨® para sugerirle que volviera al barrio de Watts e hiciera una segunda parte. "Pero Burnett no quiere. Asegura que ahora esa comunidad ya no existe. Todo ha sido barrido por el crack y la violencia. Ser¨ªa demasiado deprimente".
Lipman fue quien avis¨® a Dennis Doros, fundador junto a Amy Heller de Milestone, de que la pel¨ªcula estaba siendo restaurada en UCLA. "Dennis la hab¨ªa visto hac¨ªa 20 a?os en la universidad y sab¨ªa que era una joya. Nos ha costado siete a?os y 112.000 euros conseguir los derechos sobre la m¨²sica [han tenido que eliminar una canci¨®n, Unforgettable, de Dinah Washington], pero es una pel¨ªcula que hab¨ªa que distribuir", manifest¨® Heller. El director y productor Steven Soderbergh tambi¨¦n ayud¨®. "Nos dio un cheque cargado de ceros para pagar por la m¨²sica", dice Heller. "Es otro amante del buen cine".
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