Xavier Albert¨ª reflexiona sobre la teatralidad musical con la zarzuela 'El d¨²o de la africana'
El espect¨¢culo, que se estrena el jueves en el Teatre Lliure, revisita libremente el g¨¦nero
La m¨²sica es vital para Xavier Albert¨ª, a la que recurre en sus espect¨¢culos teatrales. Ahora revisita la zarzuela, g¨¦nero a¨²n hoy denostado, para especular qu¨¦ hubiera pasado si la Guerra Civil no hubiese truncado el humor que exist¨ªa en el teatro de principios del XX. Humor e iron¨ªa de los que bebe la otrora c¨¦lebre zarzuela El d¨²o de la africana (1893), del compositor Manuel Fern¨¢ndez Caballero y el libretista Miguel de Echegaray, elegida por Albert¨ª y la dramaturga Llu?sa Cunill¨¦ para su nuevo espect¨¢culo, que se estrena el jueves en el Teatre Lliure de Barcelona.
"Quien acuda al Teatre Lliure a ver zarzuela no la encontrar¨¢", advierte la soprano Mar¨ªa Hinojosa, integrante del reparto. Y por si quedan dudas, Albert¨ª informa de que la primera nota musical no suena hasta el minuto 45 de un espect¨¢culo que dura 100. Pese a ello, el director teatral ha conservado para su relectura de la zarzuela el t¨ªtulo de la pieza de Fern¨¢ndez Caballero. "Es un espect¨¢culo de espejos internos que reflexiona sobre la zarzuela a partir de una obra del g¨¦nero que reflexiona a su vez sobre la ¨®pera", aclara el director.
Explica Albert¨ª que quer¨ªa abordar el mundo de la zarzuela para ofrecer una mirada diferente del g¨¦nero desde el teatro y para ello busc¨® el concurso de Cunill¨¦ para crear un "contenedor teatral" en el que ubicar la obra de Fern¨¢ndez Caballero y Echegaray, ingeniosa s¨¢tira que narra los avatares de una compa?¨ªa de ¨®pera que prepara La Africana, de Meyerbeer, cuyos cantantes, todos espa?oles y con escasa preparaci¨®n, est¨¢n tiranizados por el gusto por lo italiano que imperaba en el XIX.
En la versi¨®n Albert¨ª-Cunill¨¦, la acci¨®n se sit¨²a en 1930 en una rep¨²blica bananera de Centroam¨¦rica, Nueva Pe?aranda, adonde ha llegado una compa?¨ªa de ¨®pera catalana, La Santa Espina, que quiere representar La Africana. El recelo que se siente por lo espa?ol les obliga a pedir un permiso del gobernador, que cada noche dimite para llevar una vida libertina mientras su esposa le suplanta en el cargo. A su vez, el Movimiento de Liberaci¨®n de Nueva Pe?aranda prepara la revoluci¨®n.
Cunill¨¦ ha partido del libreto de Echegaray, hermano del Nobel Jos¨¦ de Echegaray, para construir un nuevo marco teatral para El d¨²o de la africana a partir de retazos de obras de Miguel Miura, Enrique Jardiel Poncela, Ram¨®n G¨®mez de la Serna y del Tirano Banderas de Ram¨®n Mar¨ªa del Valle-Incl¨¢n. "A partir de fragmentos de estos autores, Cunill¨¦ ha creado la pieza en la que se respetan cinco de los seis n¨²meros musicales de la zarzuela. El ¨²ltimo se ha reinventado", desvela Albert¨ª, quien ha ambientado la trama en la II Rep¨²blica porque le interesaba explorar el gusto de entonces por la zarzuela. "Es un homenaje a la iron¨ªa y el sentido del humor de la ¨¦poca. Adem¨¢s, quer¨ªa revisitar t¨¦cnicas teatrales ya en desuso".
El reparto mezcla actores y cantantes, como la soprano Mar¨ªa Hinojosa (La Antonelli) el tenor Miquel Cobos (Giussepini) y el coro de c¨¢mara F¨°rum Vocal, que asumen las principales partes cantadas, que se ejecutan con acompa?amiento pian¨ªstico del propio Albert¨ª, quien interpreta al maestro de la compa?¨ªa.
Pere Arquillu¨¦, en su ¨²ltimo papel como miembro de la compa?¨ªa del Lliure, que ?lex Rigola quiere suprimir la pr¨®xima temporada, asume el papel de empresario; mientras que Chantal Aim¨¦e es la gobernadora y Joan Carreras es greguerer¨ªo, personaje inventado en honor de G¨®mez de la Serna y que s¨®lo se expresa con juegos de palabras.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.