A buenas horas mangas verdes
"Nos tenemos que mover en este asunto s¨®lo sobre la base de los hechos y al d¨ªa de hoy no est¨¢ acreditada la relaci¨®n ETA-islamistas en la comisi¨®n del atentado. Lo que no hay que hacer es especular", declar¨® ayer Ignacio Astarloa, ex secretario de Estado de Seguridad, tras afirmar que el entonces director general de la Polic¨ªa, Agust¨ªn D¨ªaz de Mera, est¨¢ diciendo la verdad sobre el presunto informe policial en el que se habr¨ªan manipulado datos sobre la participaci¨®n de ETA. ?Insin¨²a elegantemente Astarloa que D¨ªaz de Mera no est¨¢ hablando de hechos sino de especulaciones?
La carta dirigida por D¨ªaz de Mera al presidente de la Sala de lo Penal, Javier G¨®mez Berm¨²dez, es una nueva versi¨®n de los hechos. Difiere tanto de la que ofreci¨® en septiembre pasado a los medios afines a la teor¨ªa de la conspiraci¨®n como de su propia declaraci¨®n como testigo el pasado 28 de marzo en el juicio oral. Una de las principales consecuencias de su carta podr¨ªa ser su nueva comparecencia para someter a prueba sus novedosas afirmaciones, aparte de la de aquellos polic¨ªas a los que cita en su misiva.
Muchos altos cargos policiales han alimentado todo tipo de cotilleos y rumores
D¨ªaz de Mera sostiene ahora que su fuente de informaci¨®n, el comisario Enrique Garc¨ªa Casta?o, le ha aclarado que el informe que el eurodiputado daba por escamoteado al juez Juan del Olmo fue entregado al magistrado... despu¨¦s de ser previamente manipulado.
Sostiene D¨ªaz de Mera que el documento fue elaborado primero por el entonces jefe de la Unidad Central de Inteligencia (UCI) de la polic¨ªa, con carn¨¦ profesional 18.684, que su manipulaci¨®n corri¨® a cargo de "otro funcionario policial llamado 13.610". Y que finalmente este "informe as¨ª modificado, pas¨® por otras dos manos, las de dos funcionarios, un hombre y una mujer, que dieron la redacci¨®n final al documento".
Todo esto afirma saberlo D¨ªaz de Mera, seg¨²n su carta, por boca de Enrique Garc¨ªa Casta?o. El informe que obra en el sumario comenz¨® a ser elaborado por Domingo P¨¦rez Casta?o (carn¨¦ profesional 18.684), quien, seg¨²n su propia versi¨®n, fue sustituido en la UCI por asuntos que nada ten¨ªan que ver con dicho trabajo. Su sucesor, el comisario Jos¨¦ Cavanillas (carn¨¦ profesional 13.610), continu¨® el informe y dos polic¨ªas de dicho departamento, un hombre y una mujer, lo redactaron con su firma.
El amplio informe sobre hipot¨¦ticas relaciones entre ETA e islamistas -inexistentes- en el atentado del 11-M fue enviado al juzgado en febrero de 2006. Los tres comisarios implicados en el montaje por D¨ªaz de Mera -el antiguo comisario general de Informaci¨®n, Tel¨¦sforo Rubio; P¨¦rez Casta?o y Cavanillas- niegan tajantemente esta versi¨®n de los hechos. Y el cuarto comisario, Enrique Garc¨ªa Casta?o, que D¨ªaz de Mera acaba de revelar como su fuente informativa, tambi¨¦n.
Garc¨ªa Casta?o ha mantenido una relaci¨®n fraternal con D¨ªaz de Mera. Han hablado por tel¨¦fono y se han reunido a comer. La versi¨®n de Garc¨ªa Casta?o es inequ¨ªvoca: siempre le aconsej¨® a D¨ªaz de Mera alejarse de la teor¨ªa de la conspiraci¨®n seg¨²n la cual ETA tuvo participaci¨®n en el atentado del 11-M. Por una raz¨®n sencilla, dicen personas pr¨®ximas al comisario: fue Enrique Garc¨ªa Casta?o quien desde la misma ma?ana del 12 de marzo de 2004 investig¨® en directo los hechos y pudo apreciar lo que ya era una evidente obra del terrorismo islamista.
Es posible, seg¨²n fuentes policiales, que toda esta historia no sea m¨¢s que una comedia de enredo. Muchos altos cargos policiales que se han sentido agraviados por el cambio de Gobierno han alimentado todo tipo de rumores, utilizando con ¨¢nimo de vendetta comportamientos poco profesionales, cuando no chapuceros, de la c¨²pula policial designada por los socialistas. La explotaci¨®n de este ambiente por el periodismo hur¨®n interesado en desgastar al Gobierno fue ¨®ptima. Si D¨ªaz de Mera consideraba su informaci¨®n relevante, ?por qu¨¦ no acudi¨® al juez y present¨® una denuncia para que se investigasen los hechos? Respuesta: porque entonces no estaba en juego, como ahora, su pellejo pol¨ªtico y judicial.
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