Dolor sin edad

En una escena de Las v¨ªrgenes suicidas, un m¨¦dico inquiere a una ni?a con las venas abiertas: "?Qu¨¦ haces aqu¨ª? ?A¨²n no puedes saber lo mala que es la vida!". "Se nota que nunca ha sido una chica de 13 a?os, doctor", responde la cr¨ªa. Tampoco de un chaval de ocho, un adulto de 42 o incluso un jubilado de 66, podr¨ªan haber a?adido Santiago Roncagliolo y los hermanos Ulloa, escritor y adaptadores de Pudor, demoledor drama de personajes unidos por el dolor.

Tremendamente ambiciosa, la historia abarca un muy amplio arco de edades y estados de ¨¢nimo, adem¨¢s de tocar multitud de temas sociales de actualidad (de la homosexualidad a la anorexia pasando por la soledad y el sexo furtivo), pero de todos ellos sale airosa con convicci¨®n a pesar de rondar peligrosamente el tremendismo. En cuanto a la puesta en escena, el an¨¢lisis de la interminable cuesta arriba en la que a veces se convierte la vida est¨¢ filmado por los directores debutantes con una modernidad no exenta de elegancia: para entendernos, m¨¢s cercana a Paul Thomas Anderson y a Michael Mann que al habitual cine social europeo.