Italia pide a la ONU un c¨®digo de conducta para negociar secuestros en zonas de guerra

Afganist¨¢n sigue amargando la vida de Romano Prodi. La nueva crisis gira en torno a las confusas gestiones para la liberaci¨®n del periodista Daniele Mastrogiacomo, secuestrado por un grupo talib¨¢n e intercambiado por cinco talibanes presos. El Gobierno italiano cedi¨® a una ONG, Emergency, las negociaciones con los secuestradores, y presion¨® al presidente, Hamid Karzai, para que excarcelara a los acusados de terrorismo, lo que empeor¨® las relaciones entre Roma y Kabul. La oposici¨®n dijo ayer que Prodi lleg¨® a amenazar a Karzai con retirar sus tropas de Afganist¨¢n. El Gobierno neg¨® las acusaciones y pidi¨® a la ONU y a la OTAN que establecieran un "c¨®digo de comportamiento" para enfrentarse a secuestros como ¨¦ste.

El ministro de Asuntos Exteriores, Massimo d'Alema, compareci¨® ante la C¨¢mara de los Diputados para dar explicaciones sobre la confusa peripecia del secuestro del periodista. D'Alema asegur¨® que la actuaci¨®n gubernamental hab¨ªa sido regida "por criterios humanitarios" y plante¨® la necesidad de unas normas comunes para todos los pa¨ªses occidentales en caso de secuestro. "Ha llegado el momento", dijo, "de pensar en unas l¨ªneas generales compartidas a nivel internacional, un c¨®digo de conducta com¨²n", y a?adi¨® que correspond¨ªa a la OTAN y a la ONU la elaboraci¨®n de ese "manual" para la gesti¨®n de secuestros en situaciones de guerra.

Daniele Mastrogiacomo, enviado especial de La Repubblica, sali¨® con vida de Afganist¨¢n. Pero sus dos acompa?antes afganos, el ch¨®fer Sayed Agha, y el int¨¦rprete, un periodista local llamado Adjmal Naqshbandi, fueron asesinados. Los secuestradores degollaron a Agha en presencia de los otros dos rehenes y filmaron la matanza, decapitaci¨®n incluida. El periodista Naqshbandi lleg¨® a ser liberado junto a Mastrogiacomo, pero fue apresado inmediatamente despu¨¦s y asesinado unos d¨ªas m¨¢s tarde.

Colaborar con los talibanes

La muerte de los dos afganos no favoreci¨® la popularidad italiana en Afganist¨¢n. Muchos consideraron que el Gobierno de Roma se hab¨ªa desinteresado de las vidas del ch¨®fer y del int¨¦rprete. Un posterior acontecimiento complic¨® todav¨ªa m¨¢s la posici¨®n de Prodi: Rahmatullah Hanefi, el empleado afgano de Emergency que negoci¨® con los talibanes la liberaci¨®n de Mastrogiacomo, fue detenido por las autoridades de Kabul y encarcelado, bajo la acusaci¨®n de colaborar con el enemigo. Emergency, una ONG italiana que manten¨ªa cuatro hospitales en Afganist¨¢n, fue acusada tambi¨¦n de colaborar con los talibanes y Al Qaeda. Los 38 cooperantes extranjeros de la ONG abandonaron el pa¨ªs el pasado mi¨¦rcoles.

Hamid Karzai, el presidente afgano, no quiso callar su descontento con Romano Prodi. En una nota emitida el 6 de abril revel¨® que el Gobierno italiano le hab¨ªa expresado el temor a un "colapso" de su mayor¨ªa parlamentaria si no se consegu¨ªa la liberaci¨®n de Mastrogiacomo, con consecuencias imprevisibles para la permanencia de las tropas italianas en Afganist¨¢n. Karzai asegur¨® tambi¨¦n que "nunca m¨¢s" intercambiar¨ªa terroristas por rehenes. El intercambio ya hab¨ªa sido criticado, de forma m¨¢s o menos directa, por Estados Unidos, Reino Unido y Holanda, los pa¨ªses m¨¢s comprometidos en los combates contra los talibanes.

Gianfranco Fini, presidente de Alianza Nacional, acus¨® al Gobierno de amenazar a Karzai con la retirada y de "omitir informaci¨®n" en la explicaci¨®n de D'Alema. Otros parlamentarios de la oposici¨®n coincidieron en que no era lo mismo pagar a los secuestradores, como hab¨ªa hecho el Gobierno de Silvio Berlusconi varias veces en Irak y el mismo Gobierno de Prodi, en octubre pasado, para resolver el secuestro en Afganist¨¢n del fot¨®grafo Gabriele Torsello (el rescate fue de dos millones de d¨®lares), que acceder a intercambios.

D'Alema replic¨® que los talibanes liberados a cambio de Mastrogiacomo "eran portavoces, no combatientes, y por tanto de peligrosidad limitada".