Vallecas en la Academia
Homenaje a Benjam¨ªn Palencia y a su escuela madrile?a hasta el 20 de mayo en la Academia de Bellas Artes de San Fernando
Tuvo Madrid un movimiento pict¨®rico propio, nombrado por muchos Escuela de Vallecas a cuyo cofundador, Benjam¨ªn Palencia (1894-1980) dedica desde hoy una singular muestra la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la que fuera acad¨¦mico de n¨²mero. Rinde as¨ª homenaje a uno de los pintores espa?oles de m¨¢s entidad y versatilidad en la historia contempor¨¢nea, tributo que ci?e a la fase m¨¢s innovadora y generatriz de su rica vida art¨ªstica, la primera.
La exposici¨®n, muestra m¨¢s de 40 de sus mejores obras. Nacido en 1894 en Barrax, Albacete, Benjam¨ªn Palencia se afinc¨® en Madrid en 1909. Gracias a un aprendizaje incesante cuajado de creatividad y, tambi¨¦n, a la fortuna de haber accedido a la gran biblioteca gr¨¢fica de Rafael L¨®pez Eg¨®?ez, se dota de una erudici¨®n pict¨®rica cosechada de las vanguardias europeas. Comienza a relacionarse con los c¨ªrculos intelectuales que se anillaban en torno la Residencia de Estudiantes. Entabla amistad con Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, quien le adentra en las plataformas literarias que a la saz¨®n m¨¢s bull¨ªan. Su potencia perceptiva le hace asimilar con aplicaci¨®n los latidos m¨¢s intensos de las pulsiones pict¨®ricas que llegaban a Espa?a, desde el cubismo al surrealismo, el primitivismo rupestre e ic¨®nico, siempre desde una lealtad -nunca en ¨¦l marchita- hacia los espacios y vol¨²menes henchidos de horizonte de las planicies manchegas. Su paleta se ti?e de colores ¨¢ridos y terrosos, arcillas y arenas, que no dudar¨ªa en incorporar, tambi¨¦n como sustancias mat¨¦ricas, a sus obras abstractas. Las visitas al Museo del Prado le hacen emular a El Greco, cuya influencia impregn¨® sus primeros retratos, g¨¦nero del cual se exponen tres lienzos, dos concernientes a oficios, El Encuadernador y El Grabador, y un autorretrato de 1920, con t¨¦cnica facetada, en sinton¨ªa con las que despuntaban en Francia. Tras viajar a Par¨ªs y residir all¨ª entre 1927 y 1928, sintoniza con las tensiones que gravitaban en torno a la revista Cahiers d'Art. Pero Palencia se incomoda ante la competitividad reinante y regresa a Madrid. Su amistad con el panadero Alberto S¨¢nchez, que llegar¨ªa a erigirse en emblema de la escultura posfigurativa hispana, comienza aqu¨ª a dar sus frutos. Con ¨¦l acostumbra pasear por las v¨ªas del tren, desde Atocha al Cerro Almod¨®var, que bautizan como Cerro Testigo. Ser¨¢ ¨¦ste el mirador elegido para otear las llanuras y colinas doradas que singularizan a la Escuela de Vallecas, movimiento plural con vocaci¨®n madrile?a al que se adherir¨ªan Moreno Villa, D¨ªaz Caneja, Francisco Mateos, Enrique Climent, el enigm¨¢tico Luis Castellanos, Pancho Lasso, Nicol¨¢s de Lekuona, Rodr¨ªguez Luna y Maruja Mallo. La Guerra Civil dispers¨® a muchos hacia el exilio. Empero esta exposici¨®n, impulsada por La Caja de Castilla La Mancha, los rescata y exhibe algunas de sus mejores obras. La Escuela se ver¨ªa renacer tras la contienda y los destellos de sus horizontes a¨²reos cobrar¨ªan soberbia pr¨®rroga, hasta hoy, en artistas de la estatura de Cirilo Mart¨ªnez Novillo.
Benjam¨ªn Palencia y el origen de la po¨¦tica de Vallecas. Martes a viernes, de 10.00 a 14.00 y 17.00 a 20.00. Los dem¨¢s d¨ªas y festivos, horario matutino. Hasta el 20 de mayo. Academia de Bellas Artes de San Fernando. Alcal¨¢, 13.
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