Pedagog¨ªa del sufrimiento
Comprender Auschwitz, como dec¨ªa Primo Levi, es imposible pues ser¨ªa tanto como justificarlo, pero podemos y debemos conocerlo por dos razones: para hacernos cargo de la injusticia que se hizo a las v¨ªctimas y para que la historia no se repita. Lo que a los ojos del autor da actualidad a esta mirada sobre el pasado es la vigencia de la barbarie: "Un soldado se acerca a una mujer y le pregunta por qu¨¦ llora su hijo. Responde que porque tiene hambre. El soldado lo deg¨¹ella diciendo: 'Ya no tendr¨¢ hambre". Casos as¨ª hubo muchos en los campos nazis, pero este relato se refiere a Bosnia y tuvo lugar en 1992.
Jean Fran?ois Forges expone en los dos primeros cap¨ªtulos los aspectos que inevitablemente uno se tropieza cuando se adentra por estos parajes. En primer lugar, la singularidad de este genocidio porque en ¨¦l la humanidad alcanza un grado de deshumanizaci¨®n desconocido, de ah¨ª que hubiera que inventarse la figura jur¨ªdica de "crimen contra la humanidad". Pero eso no significa ni desentenderse, ni minusvalorar otros cr¨ªmenes contra el hombre. Al contrario: Auschwitz, seg¨²n Forges, aumenta la sensibilidad para captar y combatir genocidios pasados, como la colonizaci¨®n, y presentes, como los que tuvieron lugar en los noventa.
EDUCAR CONTRA AUSCHWITZ
Jean Fran?ois Forges
Traducci¨®n de J. Carlos Moreno
Anthropos. Barcelona, 2007 288 p¨¢ginas. 14 euros
En segundo lugar, el negacio
nismo, una tentaci¨®n persistente. Le preocupan las imprecisiones o exageraciones lanzadas desde el campo filosemita que acaban llevando el agua al molino negacionista. Para muchos parece que lo que ocurri¨® no fue suficiente y exageran sin razones. Forges exige una informaci¨®n precisa que pueda probarse. La cr¨ªtica que dirige al c¨¦lebre episodio sobre los ahorcados que narra Elie Wiesel, en La noche, es buen ejemplo del rigor que predica. "No logro creer en su realidad factual", dice.
En tercer lugar, hay que saber distinguir entre g¨¦neros. La literatura tiene unas licencias sobre los hechos que no puede permitirse un relato de memoria. Una cosa es el relato Si esto es un hombre y otra la novela El largo viaje.
Finalmente, la importancia de la presencia de los testigos vivos en las escuelas y de los escolares en los lugares de la memoria. El autor da informaci¨®n precisa de c¨®mo preparar un viaje por los campos de exterminio y de c¨®mo manejar el testimonio de los supervivientes.
Auschwitz es no s¨®lo hechos, tambi¨¦n es una reserva de sentido. A ello se dirige la segunda parte. Para desentra?ar ese sentido convoca al arte, centr¨¢ndose en dos obras excepcionales porque re¨²nen el rigor de la historia y la creatividad de una obra de arte. Se refiere a Si esto es un hombre y Los hundidos y los salvados, de Levi, y al filme Shoah de Lanzmann. La lectura de Levi es ya todo un proyecto pedag¨®gico. Y Shoah es el lugar privilegiado para una experiencia que nos acerque al mundo del campo. Sobre uno y otro, el autor es un especialista consumado.
El recorrido pedag¨®gico por los campos s¨®lo tiene un objetivo: "evitar la m¨¢s peque?a humillaci¨®n del ni?o m¨¢s peque?o". Auschwitz es un proyecto demencial concebido por mentes enloquecidas, pero fue posible por la complicidad de muchas peque?as actitudes violentas. Contra ellas -contra el mito de la seguridad que genera actitudes de sometimiento al m¨¢s fuerte, contra el prestigio educativo de la dureza y la indiferencia ante el sufrimiento, contra la man¨ªa de dar m¨¢s importancia a las cosas que a las personas y contra las novatadas humillantes- se dirige esta evocaci¨®n pedag¨®gica de Auschwitz.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.