B¨²squeda angustiada de la verdad
AMIGO DE Paul Verlaine, querido por Kafka y por Borges, L¨¦on Bloy tuvo una vida inquieta y miserable. Su padre era un ingeniero mas¨®n y su madre una devota creyente de ascendencia espa?ola. Gran apasionado, abandon¨® un ate¨ªsmo furioso por un no menos furioso catolicismo. Tras una apasionada relaci¨®n con una prostituta, Bloy ensaya la vida mon¨¢stica, se llena de Biblia y misticismo, pero pronto vuelve al "siglo", si es que lo fue de alguno. Al XX lo llamar¨¢ "siglo de la carro?a", y en esto como en otras cosas ser¨ªa prof¨¦tico. En tinieblas (El Cobre Ediciones), escrito en el ¨²ltimo a?o de su vida, retrata la descomposici¨®n de las conciencias en la Europa devastada, a la vez que proclama la persistencia del milagro ("el rostro de Dios en las tinieblas") y la piedad. Inc¨®modo fustigador y poco pr¨¢ctico, no lleg¨® a conseguir un verdadero prestigio como escritor, pese a su aguda intuici¨®n y su talento innato para las im¨¢genes y la palabra. En 1889 se casa con Jeane Molbeck. De sus cuatro hijos s¨®lo sobrevivir¨¢n las dos ni?as.
Sobre La mujer pobre, considerada su mejor obra, dir¨¢ Maeterlinck que es la ¨²nica novela de su tiempo donde brilla el genio. A Bloy no le interesaba la filosof¨ªa y puede que tampoco la poes¨ªa, lo suyo era la b¨²squeda angustiada de la verdad. En este sentido se le puede emparentar con Melville, Dostoiesvki y Nietzsche, peregrinos, como ¨¦l mismo se defini¨®, del Absoluto. Su verdad era la necesidad del sufrimiento, el ¨²nico fin real e ideal de la vida. El rostro de Cristo crucificado iluminaba su verbo ardiente, le sum¨ªa en ¨¦xtasis. Contra los antisemitas escribi¨® La salvaci¨®n por los jud¨ªos, donde afirma que ellos tienen la llave de la Redenci¨®n y que cuando se conviertan la historia tendr¨¢ fin.
Bloy muri¨® a los 71 a?os sin haber llegado a ser de veras un santo, la ¨²nica meta digna para alguien como ¨¦l. ?Acaso no es la santidad lo m¨¢s opuesto a los lugares comunes del Burgu¨¦s?
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