La recta final de la campa?a francesa arranca con el rechazo a las alianzas
Royal descarta un pacto con Bayrou, mientras Le Pen califica de "basura" a Sarkozy
El ultraderechista Jean-Marie Le Pen aprovech¨® el ¨²ltimo domingo de campa?a antes de la cita con las urnas para subir un grado m¨¢s el tono de su curiosa relaci¨®n de amor y odio con el candidato conservador Nicolas Sarkozy; le calific¨® de "racaille" (basura, escoria, chusma), el famoso ep¨ªteto utilizado por el ex ministro del Interior para referirse a los j¨®venes delincuentes de los suburbios. La socialista S¨¦gol¨¨ne Royal, por su parte, se vio de nuevo obligada a rechazar los cantos de sirena que le llegan desde el ala m¨¢s socialdem¨®crata de su partido para que pacte con el centrista Fran?ois Bayrou.
"Usted no percibe la formidable c¨®lera de los franceses, robados, arruinados y desesperados contra la racaille pol¨ªtica de la que usted es uno de sus jefes, uno de sus emblemas", bram¨® Le Pen contra Sarkozy en el palacio de deportes de la Puerta de Versalles, en Par¨ªs, lleno hasta los topes, frente a un auditorio entregado. E insistiendo sobre uno de sus temas favoritos, el de la identidad y la emigraci¨®n, record¨® de nuevo a Sarkozy su condici¨®n de hijo de inmigrantes. "Usted no tiene m¨¢s que una nacionalidad se?or Sarkozy; la nacionalidad sarkozista", le dijo.
"El mundo no da vueltas en torno a su peque?a persona", a?adi¨® Le Pen, "mucho antes de que sus parientes llegaran de Hungr¨ªa y de Grecia
[el padre de Sarkozy es h¨²ngaro y su abuelo materno viene de una familia jud¨ªa de Sal¨®nica], siempre hubo en el seno del pueblo franc¨¦s una corriente nacional m¨¢s preocupada del futuro y del inter¨¦s del pa¨ªs, que de sus dirigentes".
M¨¢s de 5.000 personas, el m¨¢ximo de capacidad del recinto, acogieron al candidato del Frente Nacional, que a sus 79 a?os se presenta por quinta vez a las elecciones presidenciales. Un p¨²blico entre el que se solapaban muy veteranos ex combatientes de la guerra de Argelia o de Indochina, con sus blazer azul marino y sus condecoraciones; j¨®venes forzudos con cara de malas pulgas y el pelo cortado a cepillo; familias de clase media perfectamente anodinas que hab¨ªan llegado de provincias a pasar el espl¨¦ndido d¨ªa de primavera en la capital y tipos absolutamente banales.
Salpicadas aqu¨ª y all¨¢, pod¨ªan detectarse algunas caras de color m¨¢s oscuro, una novedad que responde a la proyecci¨®n del partido que, para el futuro, est¨¢ dise?ando la hija del l¨ªder del Frente Nacional y n¨²mero dos del partido, Marine Le Pen. La manifestaci¨®n que varios colectivos parisienses hab¨ªan organizado en contra del mitin de Le Pen consigui¨® reunir a algo m¨¢s de un millar de personas.
Tanto Le Pen como Sarkozy han insistido este fin de semana en rechazar la posibilidad de un pacto no escrito entre ambos, algo que parec¨ªa deducirse de las numerosas miradas de reojo que en los ¨²ltimos d¨ªas se han cruzado ambos candidatos. En una entrevista en Le Parisien Dimanche, Le Pen dejaba claro que "no hay ning¨²n acuerdo, ni conversaci¨®n" con la Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP), y que "s¨®lo hab¨ªa dicho" que Sarkozy no le ten¨ªa "la misma aversi¨®n visceral" que le dispensa el presidente Jacques Chirac.
Sarkozy, por su parte, rechaz¨® cualquier pacto con el FN, pero insisti¨® en su derecho a lanzar su anzuelo en el caladero xen¨®fobo. "Ir¨¦ a buscar a los electores uno a uno, ir¨¦ a decirles que sus votos no sirven para nada cuando van a Le Pen", dijo en un mitin.
Si en la derecha se habla de pactos, en la izquierda sucede otro tanto, pero de forma m¨¢s abierta e incluso antes de la primera vuelta. El ex ministro de Sanidad socialista Bernard Kouchner se uni¨® a la propuesta lanzada el viernes por el ex primer ministro Michel Rocard para que Royal llegue a un acuerdo previo con el centrista Bayrou. Rechazada de plano esta posibilidad por el primer secretario socialista, Fran?ois Hollande, fue tambi¨¦n descartada tajantemente por la candidata.
La Uni¨®n por la Democracia Francesa (UDF), el partido de Bayrou, dijo Royal, "forma parte de la mayor¨ªa, est¨¢ presente en el Gobierno y ha votado en las regiones y los ayuntamientos con la UMP de Sarkozy". Y sobre Rocard y sus pulsiones socialdem¨®cratas ironiz¨®: "Tiene el m¨¦rito de la constancia, hace muchos a?os que intenta, por medio de alianzas, meter el centro en el socialismo. Yo creo en la fuerza de las ideas que arrastran y despiertan las esperanzas populares".
A menos de una semana de la cita con las urnas, los candidatos se concentran exclusivamente en la primera vuelta del domingo que viene. S¨®lo los dos primeros pasan, y aunque a veces parezca lo contrario, los pactos y componendas para la segunda vuelta quedan muy lejos. El lunes 23 de abril todo volver¨¢ a comenzar en un paisaje completamente diferente y el perfil de los dos candidatos cambiar¨¢ sustancialmente. Las encuestas, pese a que han perdido mucha credibilidad, muestran tercamente que Sarkozy y Royal est¨¢n muy lejos de los dem¨¢s candidatos.
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