'Segolandia', el laboratorio de Royal
La candidata socialista a la presidencia ha convertido la regi¨®n que gobierna en un campo de experimentaci¨®n pol¨ªtica
Melle es un pueblo que parece sacado de una postal, situado en el oeste de Francia, al que lleg¨® S¨¦gol¨¨ne Royal en 1988, enviada por Fran?ois Mitterrand, para presentarse como diputada socialista. El recibimiento a la for¨¢nea catapultada desde Par¨ªs no fue precisamente caluroso. Casi 20 a?os despu¨¦s, la pasi¨®n hacia la ahora candidata a la presidencia es tan fuerte que la localidad, en la que tiene su oficina, su residencia y en la que vota, es conocida como Segolandia. Pero la intensidad de la relaci¨®n de Royal con su regi¨®n adoptiva va mucho m¨¢s all¨¢ del terreno sentimental.
"La gente habla, pero al final deciden los funcionarios", critica un l¨ªder conservador
Desde 2004, cuando contra todo pron¨®stico arrebat¨® la presidencia regional a la candidata impulsada por el entonces primer ministro conservador Jean-Pierre Raffarin, ha convertido a Poitou-Charentes en un laboratorio de nuevas iniciativas pol¨ªticas: democracia participativa para decidir una parte del presupuesto escolar, microcr¨¦ditos para personas con salarios bajos o para j¨®venes dispuestos a crear empresas, apuesta por las energ¨ªas renovables, incluso la construcci¨®n de un Liceo Kioto, un centro escolar en construcci¨®n que utilizar¨¢ en un 100% energ¨ªas limpias.
"Es verdad que somos un laboratorio experimental en algunos campos y desde luego la ecolog¨ªa es un terreno en el que la presidenta tiene un compromiso enorme", afirma en su despacho de Poitiers Marie Legrand, vicepresidenta regional por Los Verdes, con los que Royal gobierna en coalici¨®n. "Ha promovido muchas iniciativas originales e interesantes", explica Yves Jean, catedr¨¢tico de Geograf¨ªa y director del Departamento de Ciencias Humanas de la Universidad de Poitiers, una de las cuatro principales ciudades de esta regi¨®n de 1,7 millones de habitantes, la m¨¢s rural de Francia (uno de cada dos ciudadanos vive en el campo), situada entre el Atl¨¢ntico y el valle del Loira.
Naturalmente, no todo son elogios. "Antes era una regi¨®n en la que las cosas se hac¨ªan por consenso, con ella se ha pasado de lo consensual a lo conflictivo", asegura en Angulema, antes de inaugurar la reuni¨®n anual de la Sociedad de Cazadores, Henry de Richemont, l¨ªder de la oposici¨®n y senador por la Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP), el partido del candidato conservador a la presidencia, Nicolas Sarkozy. "Efectivamente, ha concebido esta regi¨®n como un laboratorio de lo que quiere hacer en Francia. Si es elegida, vamos listos", agrega.
Aunque no quieren que su nombre figure en los papeles a tan pocos d¨ªas de la primera vuelta de las elecciones, el pr¨®ximo domingo, tambi¨¦n se escuchan numerosas cr¨ªticas sobre su forma de gobernar. "Es muy personalista. No se f¨ªa de nadie. No sabe escuchar y le gusta trabajar sola", afirma una persona que conoce bien el funcionamiento de su Gobierno. Sin embargo, sobre los resultados de sus iniciativas, se escuchan menos reproches.
Dentro de un pa¨ªs tan centralista y con una estructura administrativa tan compleja como Francia, los presidentes de las regiones (22 en total) cuentan con presupuestos limitados (630 millones de euros en el caso de Poitou-Charrentes) y competencias reducidas, centradas en los terrenos de la educaci¨®n, la formaci¨®n profesional y la econom¨ªa local. Sin embargo, desde su elecci¨®n, en la primavera de 2004, S¨¦gol¨¨ne Royal ha multiplicado las iniciativas. Aunque el sistema franc¨¦s permite compatibilizar numerosos cargos p¨²blicos -caracter¨ªstica de la V Rep¨²blica que ha sido muy criticada-, si fuese elegida renunciar¨ªa a la presidencia regional, pero ha anunciado que se llevar¨ªa con ella sus ideas. "Organiz¨® multitud de debates locales sobre diferentes temas", explica el profesor Yves Jean. "El presupuesto participativo en los colegios permite al conjunto de los usuarios del centro escolar, profesores, alumnos, padres... discutir sobre el destino de una parte del presupuesto. Se trata de un 10%, en total 11 millones de euros. Es algo que queremos ampliar a m¨¢s sectores, como el Medio Ambiente", se?ala Jean-Luc Fulachier, su jefe de Gabinete.
Las iniciativas medioambientales han sido muy numerosas: desde una conferencia regional sobre el agua, en la que participaron todos los sectores implicados, hasta el aumento de la utilizaci¨®n de biocarburantes, las ayudas a las energ¨ªas renovables, la apuesta por los empleos en los sectores relacionados con la ecolog¨ªa (uno de los factores que han permitido bajar el paro hasta el 8,3% frente al 8,8% en la media francesa), la paridad entre hombres y mujeres, las ayudas a personas con salarios m¨ªnimos (800 euros) a trav¨¦s de microcr¨¦ditos (por ejemplo, si necesitan dinero para comprar un coche para ir a trabajar y no pueden recurrir a los bancos), pr¨¦stamos que tambi¨¦n se conceden a j¨®venes para fundar peque?as empresas.
El senador conservador Henry de Richemont se muestra mucho m¨¢s cr¨ªtico: "En el fondo, todo est¨¢ preparado antes. La gente habla, pero al final son los funcionarios los que deciden". "El presupuesto participativo en los colegios se ha llevado a cabo con un gran rigor", explica el profesor Yves Jean. "Pero creo que no ha producido la mutaci¨®n cultural en t¨¦rminos de comportamiento que se pod¨ªa esperar", agrega.
En general, las reformas han recibido una buena acogida por parte de una regi¨®n muy diversa, que va desde la intensa vida estudiantil de Poitiers o Angulema hasta los productores de ostras de la isla de Oleron, pasando por los peque?os pueblos rodeados de inmensos campos de colza, ahora amarillos en una primavera resplandeciente. Pero la vida en el campo es dura, y las relaciones con el poder no son f¨¢ciles.
Los s¨¢bados se instala un mercado rural en el centro de la localidad de La Rochefoucauld, a unos cientos de metros del castillo en el que el duque del mismo nombre escribi¨® en el XVII sus aceradas M¨¢ximas. "Nosotros no estamos en las 35 horas, desde luego", afirma ante un puesto lleno de ostras Cendrine Beunon, de 25 a?os. "Hay d¨ªas que empezamos la jornada a la tres de la ma?ana y acabamos por la noche. Somos como agricultores, pero no tenemos ninguna ayuda", agrega.
En Melle, cerca de la casa pintada de blanco con las ventanas azules en la que est¨¢ la oficina de diputada de Royal, Henri Martin, due?o de una florister¨ªa se muestra, en cambio, totalmente rendido. "Cuando viene por aqu¨ª, y viene mucho, siempre se pasa a saludar. Y si le dices algo, lo apunta y siempre llama para dar una respuesta".
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