Collar¨ªn y relajante muscular para un tumor
Una mujer de 40 a?os muere en Alcal¨¢ de Henares tras un periplo hospitalario de dos d¨ªas y un diagn¨®stico inicial err¨®neo

Mariv¨ª Mart¨ªnez, de 40 a?os, falleci¨® el pasado 20 de febrero en el hospital Universitario Pr¨ªncipe de Asturias de Alcal¨¢ de Henares. Ten¨ªa un tumor de unos cuatro cent¨ªmetros en el cerebro, diagnosticado gracias a un TAC realizado tan s¨®lo tres horas antes de su muerte. Dos d¨ªas antes, el centro hospitalario hab¨ªa despachado a la mujer con un collar¨ªn, remedio para una contractura cervical que termin¨® siendo falsa.
"No podemos hacer un TAC a todo el que le duele la cabeza", dice el director m¨¦dico
La mujer muri¨® sin que nadie en las urgencias se percatara, seg¨²n los informes m¨¦dicos
Juan Carlos Badillo, marido de la fallecida, cree que hubo una negligencia m¨¦dica. El hospital lo niega. Pero los informes del centro desvelan cierta desatenci¨®n. Los m¨¦dicos de una UVI m¨®vil que iban a trasladar a Mariv¨ª a La Princesa fueron los que la encontraron muerta. Nadie en las Urgencias del Pr¨ªncipe de Asturias se hab¨ªa dado cuenta del fallecimiento.
Juan Carlos Badillo cumpli¨® tres a?os el pasado 1 de marzo. En su fiesta de cumplea?os pregunt¨® si su madre iba a estar con ¨¦l. Durante todo el mes de marzo, Juan Carlos, su padre, le ha ido contando poco a poco que "hay que recoger las cosas de mam¨¢". Porque Mariv¨ª Mart¨ªnez, de 40 a?os, esposa y madre, nunca volver¨¢. Ella perdi¨® la vida en el hospital Pr¨ªncipe de Asturias de Alcal¨¢ de Henares, despu¨¦s de un periplo de dos d¨ªas por el centro sanitario con un dolor de cabeza intenso que s¨®lo mereci¨® un TAC cuando su vida estaba a punto de expirar. Lo que los m¨¦dicos diagnosticaron como un dolor cervical tratado con relajantes musculares y un collar¨ªn un domingo, termin¨® siendo un meduloblastoma un martes. Era un tumor de cuatro cent¨ªmetros en la parte posterior de la cabeza, detectado por el esc¨¢ner cerebral s¨®lo tres horas antes de fallecer. "Estoy convencido de que ese tumor hubiera acabado con su vida, pero ella hubiera dado lo m¨¢ximo por poder luchar, por volver a ver a su hijo", cuenta Juan Carlos.
La tr¨¢gica historia de Mariv¨ª comenz¨® el pasado viernes 16 de febrero. Se sent¨ªa mal, pero lo achac¨® a que tan s¨®lo una semana antes le hab¨ªan tenido que sacar una muela. De hecho, ya durante la semana hab¨ªa sentido incomodidades. Al d¨ªa siguiente, el fuerte dolor de cabeza no hab¨ªa remitido, as¨ª que su marido, Juan Carlos Badillo, llam¨® al 112. Un m¨¦dico fue a su casa y a la mujer le recetaron Nolotil, Augmentine y Myolastan. Es decir, un calmante, un antibi¨®tico y un relajante muscular. El domingo, Mariv¨ª hab¨ªa empeorado. Preocupado, Juan Carlos llev¨® a su mujer al hospital Universitario Pr¨ªncipe de Asturias. Entraron a las 10.16. Su informe de admisi¨®n en Urgencias dice que Mariv¨ª presentaba una "cervicalgia que cede de forma temporal tras descansar tumbada unas horas. Presenta n¨¢useas y ayer realiz¨® cinco v¨®mitos alimenticios".
Cuatro horas y cuarto m¨¢s tarde, Mariv¨ª sali¨® del hospital con un collar¨ªn, despu¨¦s de que le analizaran la sangre y le hicieran una radiograf¨ªa. Los m¨¦dicos determinaron que sus dolores eran causados "por una contractura cervical". Juan Carlos est¨¢ convencido de que en ese momento su mujer "fue sentenciada a muerte". El lunes, Mariv¨ª no mejor¨® pero soport¨® el dolor. "Te tienes que relajar", le dec¨ªa su familia, seg¨²n cuenta ahora el marido, que lamenta que "encima se ha muerto con un sentimiento de culpa por quejarse continuamente". El martes, muy dolorida, no aguant¨® m¨¢s y volvi¨® a ir al hospital. "Llevamos al ni?o al colegio, su madre le dio un beso como cada d¨ªa, y fuimos al Pr¨ªncipe de Asturias", recuerda Juan Carlos. Mariv¨ª ingres¨® a las 11.11 en el hospital, seg¨²n el propio informe del centro sanitario. En ¨¦ste se detallan los mareos de la mujer, se dice que tiene n¨¢useas y tambi¨¦n se describe su "palidez cut¨¢nea". "Ten¨ªa muy mal color, su aspecto era ya muy preocupante", asegura Juan Carlos.
A partir de ah¨ª, el calvario de Mariv¨ª iba a desencadenar en su propia muerte. Sin saber que ¨¦sta se acercaba, la paciente tuvo mucha paciencia. Durante ocho horas fue pasando de m¨¦dico en m¨¦dico. An¨¢lisis de sangre, consulta de otorrino, medicina interna... y por fin el TAC. ?ste determin¨® lo peor: un tumor en la cabeza. Tras la prueba, sobre las ocho de la tarde (nueve horas despu¨¦s de su entrada al hospital), la trasladaron al box n¨²mero 1 de Urgencias. All¨ª "la abandonan y ni se dan cuenta de que sufre una convulsi¨®n", denuncia Juan Carlos. En el informe se detalla lo siguiente: "Durante su estancia en Urgencias se cae accidentalmente, no vista por el personal, tras lo que parece tener un cuadro convulsivo con breve periodo poscr¨ªtico a las 22.05".
Tras lo sucedido, el Pr¨ªncipe de Asturias se puso en contacto con el hospital de la Princesa, para trasladar a Mariv¨ª y operarla de urgencia. La UVI m¨®vil tard¨® hora y media en llegar. Cuando lo hizo, algo que reflejan los informes, los facultativos de la ambulancia se percataron de que Mariv¨ª estaba muerta. "Muri¨® como un perro", asegura Juan Carlos. Nadie del hospital se percat¨® de que la mujer hab¨ªa fallecido. Nadie estuvo atento a ella, a pesar de que hab¨ªa sufrido convulsiones y que se hab¨ªa ca¨ªdo de la camilla anteriormente.
Juan Carlos L¨®pez Robledillo es el director m¨¦dico del hospital Pr¨ªncipe de Asturias. ?l insiste en que "no hubo mala praxis". S¨ª reconoce que siempre hay "oportunidades de mejora". Al preguntarle por c¨®mo es posible que nadie en las Urgencias de un hospital se percate, primero, de que una persona ha sufrido convulsiones y ca¨ªdo al suelo, y segundo, que esa misma persona se ha muerto un par de horas m¨¢s tarde, dice que "quiz¨¢ s¨ª hubo desamparo en algunas circunstancias". L¨®pez Robledillo explica por qu¨¦ se tard¨® en realizar la prueba del esc¨¢ner a Mariv¨ª. "No se le hace un TAC a todo el mundo que entra en Urgencias con un dolor de cabeza", dice. ?Pero cu¨¢ndo se hace? "Cuando vemos que persiste el dolor", explica. Juan Carlos, el marido, lo ve de manera muy distinta: "Se le hizo el esc¨¢ner cuando ya estaba p¨¢lida y con muchas dificultades para hablar".
El marido de Mariv¨ª se reuni¨® con el director m¨¦dico unos d¨ªas despu¨¦s de lo sucedido. Seg¨²n ambos, de ese encuentro sali¨® el compromiso de que el hospital informar¨ªa de lo sucedido a la familia. Pero un mes y medio despu¨¦s de la muerte de la mujer, Juan Carlos contin¨²a esperando. "Esta tarde tengo citados a dos m¨¦dicos y con algunos ya habl¨¦ otro d¨ªa", cuenta el director. En total, dice, "hay 10 m¨¦dicos que tienen que dar explicaciones, y no es f¨¢cil reunirse con todos, porque hay alguno que est¨¢ fuera". Aunque dice que el hospital "est¨¢ dispuesto a pedir disculpas si lo tenemos que hacer", L¨®pez Robledillo insiste en la "fatalidad" de lo ocurrido. "Pueden entrar 600 pacientes al d¨ªa. No podemos hacer 25 resonancias a toda la gente a la que le duele la cabeza", asegura. A Juan Carlos, el marido de Mariv¨ª, eso le indigna: "Si hay que hacer un esc¨¢ner a 500 personas para salvar a una sola, ya merece la pena".
"Mi suegra comienza a preguntarse cosas y mi cu?ada pienso que todav¨ªa no est¨¢ preparada para hablar; pero yo necesito contar lo que ha pasado. Se tiene que saber", explica Juan Carlos. Su abogado y amigo, Blas Antonio Garc¨ªa, est¨¢ convencido de la negligencia m¨¦dica del Pr¨ªncipe de Asturias. ?Cu¨¢nto vale la vida de una persona? "Desgraciadamente, no vamos a recuperar a Mariv¨ª, pero entendemos que deben indemnizar a la familia con alrededor de 200.000 euros", estima. Mediante el acuerdo o tras un juicio, y si finalmente la muerte de Mariv¨ª merece una indemnizaci¨®n, Juan Carlos asegura que firmar¨¢ un documento en el que ceda todo el dinero a su hijo. "Para que al menos se labre la vida. Yo tengo la m¨ªa solucionada", dice.
Seg¨²n asegura Juan Carlos, ¨¦l pelear¨¢ como siempre lo ha hecho en su vida. "A los 15 a?os me qued¨¦ sin padre y estoy acostumbrado a tener que luchar". Muy entero, no deja que sus l¨¢grimas, que asoman en sus ojos inevitablemente en ocasiones, caigan sobre sus mejillas. Eso s¨ª, no deja de preguntarse c¨®mo es posible lo ocurrido con Mariv¨ª, su mujer. Juan Carlos necesita respuestas.

"Lo hago por su memoria"
A Juan Carlos Badillo le han arrebatado la mitad de su vida. No volver¨¢ a ver a su mujer, por culpa de un tumor, pero tambi¨¦n por lo que ¨¦l cree que es una clara desatenci¨®n m¨¦dica. Con una gran serenidad, este hombre s¨®lo reclama justicia. Dice que la memoria de su mujer lo merece, as¨ª como poder decir a su hijo, el d¨ªa de ma?ana, que hizo todo lo posible porque los culpables pagaran por lo sucedido.Juan Carlos no quiere protagonismo. Al pedirle una fotograf¨ªa con su mujer e hijo, explica que ¨¦l prefiere no aparecer. "Lo hago por ellos, yo no importo", dice. Y a?ade: "Quiero poder explicar a mi hijo que su madre se ha muerto porque el TAC que tardaron demasiado tiempo en hacerle vale miles de euros. Y el hospital s¨®lo pens¨® en cuadrar las cuentas". Todav¨ªa incr¨¦dulo, Juan Carlos achaca al "dinero y la burocracia" la tragedia sufrida por su familia.Tras lo sucedido, ya se ha asegurado "en la privada". Pero en el fondo, dice, "es lo que quieren, que renunciemos a la sanidad p¨²blica". El trance vivido, sin embargo, es demasiado fuerte. "No podr¨ªa soportar tener que volver a ese hospital si un d¨ªa mi hijo enferma", reconoce.Mariv¨ª ten¨ªa una tienda de ropa compartida con su hermana en la calle Mayor de Alcal¨¢ de Henares. "Muchas personas la conoc¨ªan y se han sentido muy cercanas a ella por lo ocurrido. Lo que le ha pasado a mi mujer podr¨ªa ocurrirle a cualquiera", afirma Juan Carlos. Seg¨²n asegura, ha tratado que el consejero de Sanidad, Manuel Lamela, le reciba. No ha tenido ¨¦xito, pero promete "luchar hasta obtener justicia".
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