Clinton en Colombia
He asistido a tres de los cuatro Congresos internacionales de la Lengua Espa?ola: el de Valladolid, Espa?a (2001), el de Rosario, Argentina (2004), y ahora el de Cartagena de Indias, Colombia. Todos han sido foros de gran calidad, pero el de Cartagena tuvo el sello de un homenaje al primer ciudadano de un pa¨ªs singular donde coexisten la violencia y la paz, la democracia y el terror, la libertad y la agresi¨®n. Ese ciudadano, sobra decirlo, se llama Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez y si sus libros reflejan las profundas contradicciones de su patria; tambi¨¦n le ofrecen a los colombianos caminos nuevos a trav¨¦s de la imaginaci¨®n, la inteligencia y el verbo.
El alma de estos Congresos ha sido un hombre ilustre, V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha, director de la Real Academia Espa?ola, quien desempolv¨® las reuniones, abri¨® las p¨¢ginas del Diccionario al flujo germinante de una lengua popular en ebullici¨®n y le dio el ment¨ªs a Rub¨¦n Dar¨ªo, "De las academias, l¨ªbranos, Se?or". En el acto final de Cartagena, cuatro mil personas llenaron el auditorio para escuchar a V¨ªctor y a Gabo, pero tambi¨¦n a los muy elocuentes Belisario Betancur, Tom¨¢s Eloy Mart¨ªnez, Antonio Mu?oz Molina y C¨¦sar Antonio Molina. El Rey Juan Carlos pronunci¨® un gran discurso de unidad transatl¨¢ntica y un elogio de la propiedad colectiva de la lengua.
Escuchando, en fin, al presidente colombiano ?lvaro Uribe, hice las cuentas de que Colombia tiene el mayor n¨²mero de ex presidentes vivos. El propio Uribe, que un d¨ªa lo ser¨¢ y que es un liberal conservador. Belisario Betancur, conservador liberal. Andr¨¦s Pastrana, centrista central. C¨¦sar Gaviria, futurista futurizable. Faltaba mi viejo e inclasificable amigo, Alfonso L¨®pez Michelsen.
Otra paradoja colombiana: si ning¨²n pa¨ªs de Am¨¦rica Latina tiene tantos ex presidentes vivos, ninguno, tampoco, tiene tantos candidatos presidenciales asesinados.
Bill Clinton, hablando de ex presidentes, asisti¨® a la ceremonia de Gabo y fue recibido por un fuerte aplauso de los cuatro mil asistentes. Dicen que las comparaciones son odiosas, pero en ese momento pens¨¦: ?c¨®mo habr¨ªa sido recibido aqu¨ª George W. Bush? La odiosa comparaci¨®n es, sin embargo, necesaria para afirmar que Clinton, al dejar la presidencia, no ha hecho m¨¢s que crecer y ello debido a que, a partir de su experiencia, ha ofrecido un proyecto pol¨ªtico de enorme valor.
Hay ex presidentes de nuestro continente que se dedican a hacer chistes, atropellar la sintaxis, exhibir ignorancia o manipular a espinosas marionetas. Los hay que viven desvelados por la p¨¦rdida de poder e intentan ejercerlo en infinitos laberintos de la peque?a y grande intriga. Los hay que, desprovistos de palancas de autoridad, se resignan a guardar silencio y compostura. Y en la propia Espa?a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar siembra ciza?a y atiza rencor.
Pero tambi¨¦n hay ex presidentes que convierten los a?os que siguen en tiempo propositivo, generaci¨®n de ideas, aportaci¨®n de soluciones. Tenemos dos claros casos en Latinoam¨¦rica. Uno es el del ex presidente brasile?o, Fernando Henrique Cardoso, proponente de un nuevo contrato internacional para globalizar la solidaridad, basado en su convicci¨®n de que la pol¨ªtica no es el arte de lo posible, sino el arte de hacer posible lo necesario. Otro es el ex presidente de Chile, Ricardo Lagos, para quien la globalidad es una realidad que debe extenderse a las mayor¨ªas con pol¨ªticas de medio ambiente, educaci¨®n, salud, derechos humanos y justicia. La globalidad, insiste Lagos, no puede depender s¨®lo del mercado, sino de la acci¨®n de sociedades democr¨¢ticas donde las pol¨ªticas p¨²blicas sean definidas por los ciudadanos.
A este alto nivel de pensamiento p¨²blico pertenece tambi¨¦n Bill Clinton. Su gran preocupaci¨®n es c¨®mo gobernar a un mundo interdependiente. Ello requiere inversiones din¨¢micas, infraestructura, capital humano y medidas de protecci¨®n social, dentro de un marco jur¨ªdico internacional claro y consensuado.
No se puede derrotar al terrorismo si no se resuelven los problemas de la marginaci¨®n, la ignorancia y la pobreza. Es m¨¢s barato poner a cien millones de ni?os en las escuelas, ha dicho Clinton, que combatir el terror. No puede haber globalidad sana con la mitad de la humanidad sumida en diversos grados de la pobreza. No puede haber globalidad sin pol¨ªticas globales de salud, educaci¨®n y protecci¨®n del medio ambiente.
Y a?ade: un mundo interdependiente exige una comunidad mundial de responsabilidades, valores y beneficios compartidos. Mientras m¨¢s naciones se asocien, menos terroristas habr¨¢. "No podemos matar a todos nuestros enemigos", ha dicho Clinton, a?adiendo: "Hasta los enemigos pueden estar de acuerdo para resolver los problemas m¨¢s graves".
Por todo esto recibi¨® Clinton una ovaci¨®n en Cartagena. Por esto pudo recorrer a pie las calles de la ciudad. Y por esto pudo pasar tres horas en conversaci¨®n con Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez.
-?De qu¨¦ hablaron, Gabo?
-De todo.
O como dice el popular vallenato de Carlos Vives, "y que se acabe la vaina".
Carlos Fuentes es escritor mexicano.
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