Un milagro

Chano Lobato es un aut¨¦ntico milagro. En el curso de sus 80 a?os de vida todav¨ªa canta y lo hace bien. A veces, lo hace tan bien que puede seguir siendo citado como referencia. El cante por sole¨¢ de anteanoche, por ejemplo, que fue un verdadero modelo. Un cante por sole¨¢ impecablemente dicho, medido, a comp¨¢s como debe ser. Y es que este Chano, si se halla medianamente en forma, saca las fuerzas de su cuerpo delgad¨ªsimo para hacer las cosas como hay que hacerlas.

No queremos decir que los otros cantes que hizo -tangos, canti?as, buler¨ªas, tanguillos- los cantara mal, lo que pasa es que en las soleares estuvo enorme. El cante de Chano Lobato es a¨²n en muchas ocasiones perfecto, como corresponde a un cantaor, el ¨²ltimo de esas generaciones veteranas, que tiene el oficio bien aprendido y lo saca cuando hay que sacarlo aunque s¨®lo sea para dejar testimonio de su sabidur¨ªa. Que es innegable, pues aun cuando canta regular hay en ¨¦l un poso de ciencia dif¨ªcil de explicar.

Anteanoche, o¨ªr a Chano fue una delicia -como casi siempre- y hemos de dejar constancia de ello. Tuvo momentos de verdadero esplendor, hasta en su patadita final que dio yo no s¨¦ c¨®mo; pero la dio, y con ella se march¨® alegremente. Hasta el pr¨®ximo d¨ªa, que ser¨¢ en Alcobendas en torno a San Isidro.

Diego Carrasco estuvo brillante tambi¨¦n. Es algo muy especial, pues hace todo en el flamenco y lo hace con autoridad. En sus canciones, sobre todo, hace unas cosas, unos melismas, que son nuevos en el flamenco. Nadie canta como ¨¦l, nadie vocaliza los tercios con la gracia y el comp¨¢s que ¨¦l lo hace. Cantes / canciones, algunas originales suyas, otras adaptaciones de cantes incluso tradicionales, como las gloriosas buler¨ªas del machaca mechero, a las que ahora ha a?adido unas letras dedicadas a Camar¨®n.

Manuel Molina hizo -a su estilo inconfundible, aunque repetitivo- varias de sus conocidas canciones. Mar¨ªa Jos¨¦ P¨¦rez cant¨® con gusto y con fuerza. Puede hacerse una gran cantaora; el taranto y la taranta y las siguiriyas fueron notables. Alfonso Salmer¨®n no brill¨® nada.