La silenciosa villa del valle
En estas fechas en que se celebra el sexto centenario de la muerte del Canciller de Ayala, no hay que perder la oportunidad de visitar la capital de ese valle alav¨¦s de marcada personalidad, Artziniega, en el extremo noroccidental de ?lava, junto a las Encartaciones vizca¨ªnas y el valle burgal¨¦s de Mena. Es una localidad ajena al tr¨¢fago de las cercanas Amurrio y Llodio, y m¨¢s vinculada con la tranquilidad de Gordexola o Balmaseda.
Artziniega se conserva casi desconocida, con su casco hist¨®rico de villa cl¨¢sica, sus torres reveladoras de un pasado notable y sus barrios, poseedores todos ellos de encantos arquitect¨®nicos y paisaj¨ªsticos. Aunque las referencias m¨¢s antiguas se remontan a 1272, cuando Alfonso X extiende la carta puebla a este lugar, hay quien vincula la villa alavesa con un espacio fortificado romano, llamado Arracillum, enclave resistente en la frontera del Imperio con la denominada regi¨®n de Cantabria. No ser¨ªa de extra?ar, dada la ubicaci¨®n del lugar, al final de un valle amplio, junto al monte de la Pe?a y frente a la sierra de Ordunte.
El Santuario de la Encina tiene uno de los retablos m¨¢s interesantes de todo el Pa¨ªs Vasco
Esa colina que luego acogi¨® Artziniega era la id¨®nea para un espacio fortificado y resistente a agresiones externas, raz¨®n fundamental tambi¨¦n en la creaci¨®n de las villas. Por los relatos que han llegado hasta hoy, la muralla de la entrada del valle por el norte deb¨ªa ser pr¨¢cticamente inexpugnable, lo que colabor¨® tambi¨¦n para que, en tiempos de paz, el lugar se convirtiera en una cita imprescindible para la celebraci¨®n de mercados. Y tambi¨¦n de aquellas ferias de ganado que se celebraban, en septiembre, en las campas del Santuario de La Encina y que desde hace diez a?os se han recuperado en el c¨¦lebre mercado medieval que se organiza el primer domingo de septiembre.
La villa est¨¢ a la altura de estas c¨¦lebres ferias. Ah¨ª est¨¢ la muralla, de la que a¨²n quedan vestigios en el lado sur, a pesar de las m¨²ltiples agresiones que sufri¨® en el siglo pasado con la invasi¨®n napole¨®nica y las guerras carlistas; o el casco hist¨®rico, que tiene las calles de Arriba y de En Medio como las mejor conservadas de aquella primera configuraci¨®n g¨®tico-renacentista. En los muros de sus casas, cerca de 50 escudos confirman la importancia del enclave.
Y hay todav¨ªa m¨¢s, como ese convento de las Agustinas, conjunto arquitect¨®nico que cuenta con la torre que da a la Goiko-Plaza y dos casas m¨¢s contiguas. Sin olvidar la casa-torre Bengoa o la parroquia, que fue la primera casa-ayuntamiento de Artziniega, con un interesante retablo mayor barroco.
La localidad cuenta, adem¨¢s, con un magn¨ªfico museo etnogr¨¢fico, fundado en 1984 y remodelado 20 a?os m¨¢s tarde, que exhibe en sus 1.700 metros cuadrados una selecci¨®n de los distintos modos de vida rurales y urbanos de la villa. Las 16 salas expositivas se completan con la fragua de Pablo Respaldiza, situada en el centro del pueblo, y el molino que se encuentra a las afueras.
El lugar por excelencia de la localidad no se encuentra, sin embargo, en el recinto de la villa. El santuario de Nuestra Se?ora de la Encina, a las afueras del pueblo, cuenta con algunos elementos que dan fe de la categor¨ªa del templo desde que se levant¨® a finales del siglo XV. La que es patrona de ?lava, junto a San Prudencio, tiene uno de los retablos m¨¢s interesantes de todo el Pa¨ªs Vasco. S¨®lo por el disfrute de sus relieves merece una visita a este rinc¨®n del Valle de Ayala.
Se trata de una obra g¨®tico-flamenca, en la que se narran escenas de la vida de Jes¨²s y la Virgen, con una referencia especial al momento aquel en que se apareci¨® en el lugar, sobre una encina, y el consiguiente pleito entre la tierra de Ayala y Artziniega, entonces enfrentadas, para decidir d¨®nde se ten¨ªa que levantar el templo.
En la hospeder¨ªa del santuario se ha habilitado un museo que recoge las tradiciones locales, en las que no faltan historias vinculadas con el famoso Canciller don Pero L¨®pez de Ayala, marqu¨¦s de Santillana, un personaje que, cinco siglos despu¨¦s, contin¨²a siendo referencia hasta en Artziniega, villa con la que nunca hizo buenas migas.
El solar del Canciller
C¨®mo llegar: Artziniega se halla en el extremo noroccidental de ?lava. Desde Vitoria, el acceso se realiza por la N-622, donde se toma la A-624 que llega al pueblo tras pasar por Amurrio. Desde Bilbao, la ruta pasa por la BI-636, hasta Sudupe, donde se coge la BI-2604.
Alojamiento: Adem¨¢s del hotel Torre de Artziniega (945 3965 00), la oferta de agroturismos es m¨²ltiple en el Valle de Ayala. Entre otros, El Txakoli (945 890703) y Lekandero (630 62 98 23 / 660 37 86 15) en Amurrio, Guzurtegi en Maro?o (945 399438); Iruaritz (945 892676/609 43 91 89) y Usko (945 891967/619 46 63 43) en Lezama, o Urdinetxe en Luiaondo (670 47 77 27/945 890804/656 70 23 70).
Comer: Adem¨¢s de la Torre de Artziniega, en el pueblo tambi¨¦n sirven comidas en el Batzoki (945 396566) y en los restaurantes La Encina (945 396040), La Torre (945 396050) y Llantada (945 396641).
Actividades: La visita a Artziniega no puede terminar sin acercarse a la cercana Quejana, solar del canciller don Pero L¨®pez de Ayala, donde se vuelve a confirmar las necesidades defensivas de los se?ores del valle en los duros tiempos de la Edad Media. El lugar, sombr¨ªo, no invita a la visita hasta que se llega hasta el ¨²ltimo acceso, el puente de piedra sobre el r¨ªo Izalde, aut¨¦ntico foso natural para un conjunto fortificado ¨²nico, con torre, palacio, iglesia y convento.
Los Ayala dejaron el torre¨®n de Quejana a principios del XVI, pero ya para entonces el m¨¢s famoso de la estirpe, el canciller don Pero Lopez de Ayala (1332-1407) hab¨ªa pasado a la posteridad literaria al escribir entre sus muros el Rimado de Palacio. El paseo no puede eludir una subida a la torre del palacio, aut¨¦ntico viaje en el tiempo a las estancias medievales, ya que la de Quejana es la ¨²nica torre alavesa que se ha conservado en pie ¨ªntegramente.
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