El pol¨ªtico se retira

En estos primeros d¨ªas de descanso, Alfredo Marco Tabar se afana en recuperar parte de su jard¨ªn, da?ado por la ¨²ltima nevada. Tras 42 a?os dedicado a la pol¨ªtica, aunque viviendo fundamentalmente del ejercicio de la abogac¨ªa, quien fuese uno de los principales dirigentes de la UCD en el Pa¨ªs Vasco deja la actividad p¨²blica. "Ha llegado el momento; no hay otra raz¨®n. Ya no estoy en edad de merecer, pero cuento con una buena salud para desarrollar otras actividades", comenta. Atr¨¢s queda una trayectoria que comenz¨® en el sindicalismo franquista a mediados de los a?os 60, para llegar a concejal en 1970 y procurador en Cortes, por el tercio familiar, en 1972.

"Tengo que reconocer que nunca me he sentido m¨¢s independiente ni m¨¢s libre en el ejercicio de mi labor que cuando me eligieron como procurador; no ten¨ªa que seguir la disciplina de ning¨²n partido", explica. Ante el gesto de sorpresa del periodista, se explica. "Es cierto que las Cortes de Franco estaban compuestas por una mayor¨ªa de designados, pero yo pertenec¨ªa al llamado tercio familiar, los ¨²nicos elegidos por sufragio. Todav¨ªa he visto, ya con la democracia, mis carteles en la calle Cuchiller¨ªa".

Marco Tabar se encontraba en aquellas Cortes "como gallo en gallinero ajeno". Acudi¨® en compa?¨ªa de Luis Ibarra Landeta, una persona muy significada con la dictadura, con quien se llevaba bien. Pronto hizo buenas migas con un abulense, ¨¦ste s¨ª designado, que se llamaba Adolfo Su¨¢rez, "un hombre muy cercano, que no ten¨ªa rival en las distancias cortas", recuerda. Se viv¨ªan los ¨²ltimos a?os de la dictadura y ya se atisbaba el cambio. "Ibarra, a pesar de su vinculaci¨®n claramente falangista, siempre tuvo claro que est¨¢bamos ante el fin de un ciclo. En m¨¢s de una ocasi¨®n, me dijo que no hiciera lo que ¨¦l estaba obligado a hacer", rememora.

Ibarra consigui¨® una entrevista con Franco de aquellos dos procuradores de Vitoria. "Era un hombre que impresionaba, que infund¨ªa respeto, a pesar de encontrarse ya muy deteriorado; fue un momento en el que reconoces que nunca hay verdades completas", indica. Al final, Franco se muri¨® en la cama el 20 de noviembre de 1975 y comenz¨® la transici¨®n a la democracia. El procurador, junto con otros vitorianos, promueve una candidatura independiente y foral en la que se integra Jes¨²s Viana, un desconocido en la pol¨ªtica, pero con un carisma reconocido por todo el espectro de partidos. "En la presentaci¨®n de nuestro proyecto ya nos adscribimos a la UCD de Su¨¢rez y Viana hizo el resto. En cuatro d¨ªas, se convirti¨® en el referente del partido en todo el Pa¨ªs Vasco".

Marco Tabar tiene claro en qu¨¦ residi¨® el ¨¦xito de la UCD: "El espiritu de la Transici¨®n no lo crearon los pol¨ªticos; surgi¨® de la gente, que quer¨ªa una resoluci¨®n del cambio como el que tuvo lugar". Sin embargo, la vida de la UCD fue "efimera, como las cris¨¢lidas", en sus propias palabras. "Tengo un amargo recuerdo de su final: se pretendi¨® derivar la UCD hacia la derecha que representaba AP y eso condujo a la dimisi¨®n de Su¨¢rez. En aquellas circunstancias, todav¨ªa es m¨¢s signficativo el 23 de febrero de 1981, que dej¨® a cada cual en su lugar: fueron Su¨¢rez y Guti¨¦rrez Mellado quienes mantuvieron el tipo ante los golpistas".