La patronal de 'botiguers' ficha a los chinos

Las tiendas y almacenes textiles de la calle de Trafalgar hace a?os que han dejado de pertencer a empresarios catalanes. Mejor dicho: s¨ª lo son, pero proceden de China. El auge de esta comunidad en Catalu?a, especialmente en Barcelona y muy particularmente en esta zona de la ciudad -conocida ya como el Chinatown del Eixample-, ha llevado a la Uni¨®n de Asociaciones Chinas de Catalu?a, que agrupa a 4.000 empresas, a adherirse a la patronal Pimec. "La realidad es que hay unos comerciantes sin representanci¨®n", explica Alejandro Go?i, presidente de Pimec Comercio.

Es la primera vez que una asociaci¨®n de empresarios chinos se integra en una patronal espa?ola, seg¨²n Go?i, que no descarta repetir la experiencia con otras comunidades, como la paquistan¨ª. "Digo ¨¦sta porque parece que est¨¢ empezando a organizarse, faltan m¨¢s se?ores Lam", se?ala el directivo de Pimec. Lam Cheun Ping es el presidente de la Uni¨®n y el impulsor del acuerdo, que llega tras un a?o conversaciones.

La Uni¨®n agrupa a 18 entidades, que abrazan tanto lo econ¨®mico como la cultura. Desde la asociaci¨®n textil -?c¨®mo no?- de Barcelona, y la de intercambio comercial entre Catalu?a y China, a la Asociaci¨®n de mujeres del comercio y la industria china en Espa?a. Pasando por dos casals: la asociaci¨®n de paisanos de Qingtian y la de paisanos de Zhejiang.

No es casualidad. El 90% de los alrededor de 200.000 chinos que se han afincado en Espa?a -mayoritariamente durante la d¨¦cada de 1990- proceden de la provincia de Zhejiang, que tiene 45 millones de habitantes. Y de ¨¦stos, 160.000 son originarios de Qingtian, explica Lam Chuen. Un cuarto de los vecinos de esta localidad agr¨ªcola residen en Espa?a. En algunos casos, familias enteras.

El efecto llamada no es otro que la bonanza econ¨®mica y la posibilidad de abrirse camino por su cuenta. "Primero llega uno, que se hace cargo de un restaurante traspasado -relata el presidente de la Uni¨®n de Asociaciones Chinas-. Cuando ya empieza a marchar, mete a su mujer y a dos o tres parientes, y los ni?os se encargan de llevar el ordenador del local cuando salen de la escuela. Mientras, el cabeza de familia ya est¨¢ abriendo otro negocio, un almac¨¦n de ropa, por ejemplo". Hasta el punto de que una sola familia puede poseer m¨¢s de tres negocios.

Trabajar y ahorrar, y en familia, nada nuevo en la sociedad catalana. As¨ª es como del rollito de primavera se ha pasado al local de ropa, en cuyos r¨®tulos aparece el correspondiente venda a l'engr¨°s (venta al mayor) debajo del nombre del establecimiento. Para que no se diga. "Poco a poco nos estamos abriendo paso en todos los sectores, para dar respuesta a nuestras necesidades: peluquer¨ªas, inmobiliarias, agencias de viaje... Tenemos un esp¨ªritu muy emprendedor", asegura Lam Chuen.

Las cifras cantan. El Ayuntamiento de Barcelona cuenta 11.100 ciudadanos chinos empadronados. Seg¨²n estimaciones de la Uni¨®n, de las 4.000 peque?as y medianas empresas chinas que hay en Catalu?a, 2.500 se ubican en Barcelona. Uno de cada cuatro chinos que viven en la capital catalana es botiguer.

"No podemos cerrar los ojos a la realidad: hay unos comerciantes en Catalu?a que est¨¢n sin representaci¨®n. Queremos ser la patronal de todos los comerciantes", justifica Alejando Go?i, que no esconde la voluntad de Pimec de establecer mesas de interlocuci¨®n para trabajar en los "dos principales problemas: la integraci¨®n y las acusaciones de comerciantes y vecinos" de competencia desleal y de haber convertido zonas como la calle de Trafalgar en un mon¨®logo.

Lam Chuen responde recordando que "tras una reciente inspecci¨®n por parte de la Generalitat que dur¨® seis meses, s¨®lo se encontr¨® un caso sin los papeles en regla".