Fin de siglo
Hay quien dice que, en t¨¦rminos hist¨®ricos, el siglo XX concluy¨® el 9 de noviembre de 1989 con la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn y el fin de la utop¨ªa comunista. Tambi¨¦n se puede pensar que el siglo XXI comenz¨® el 11 de septiembre de 2001 con el primer ataque terrorista a gran escala. En esos mismos t¨¦rminos, quiz¨¢ el siglo XX del calcio concluy¨® ayer, 22 de abril de 2007, con el 15? scudetto del Inter.
La historia contempor¨¢nea ten¨ªa una deuda pendiente con La Bienamada, la segunda instituci¨®n futbol¨ªstica m¨¢s popular de Italia, por detr¨¢s del Juventus y por delante del Milan. No se pod¨ªa cerrar el siglo de los horrores sin asistir a un irrepetible doble portento: el Inter campe¨®n y la Juve, su gran rival, en Segunda. Nunca m¨¢s veremos algo as¨ª. Es de suponer que el Inter se coser¨¢, alg¨²n d¨ªa, un nuevo scudetto sobre la camiseta. Pero (salvo nueva contrataci¨®n de Luciano Moggi como director general) el Juventus no volver¨¢ a caer en el pozo.
Ha sido una temporada redentora. Hac¨ªa falta que la sociedad turinesa pagara por a?os de abusos. El descubrimiento de los ama?os de Moggi fue casual (el tel¨¦fono interceptado de un mafioso) y podr¨ªa no haber ocurrido, lo que subraya su calidad casi milagrosa. La afici¨®n juventina ha soportado un castigo severo; a cambio, no tendr¨¢ que soportar reproches la temporada pr¨®xima. El Juventus ha pagado y est¨¢ limpio. La Vieja Se?ora podr¨¢ retomar con tranquilidad su vocaci¨®n victoriosa. Tambi¨¦n se ha redimido el Inter: hac¨ªa falta que ganara de una vez para terminar con cientos de chistes viejos sobre su impotencia.
Dado que la vida nunca es perfecta, el Inter ha obtenido el scudetto igual que la ¨²ltima vez. Como en 1989, La Bienamada se ha salido de la tabla. Todo estaba ya cantado en febrero. El Inter no sabe dar drama a sus victorias.
Esto ¨²ltimo es una reflexi¨®n t¨ªpicamente interista. El aficionado negriazul siempre encuentra objeciones. Esta vez hay muchas: faltaba el Juventus en el campeonato, pas¨® lo que pas¨® en Valencia, se perdi¨® el partido con el Roma, el t¨ªtulo lleg¨® en campo ajeno... Se trata, tal vez, de falta de costumbre. A ganar se aprende ganando. Y a perder, perdiendo.
En materia de derrotas, como se sabe, el interista es experto. En el pasado reciente cuenta con dos obras maestras del g¨¦nero. La del 26 de abril de 1998 se distingue por una crudeza estilizada: en el encuentro decisivo para el t¨ªtulo, a falta de tres jornadas, se enfrentan el Juventus y el Inter, separados por un punto. En el momento decisivo, el defensa Iuliano derriba a Ronaldo dentro del ¨¢rea con una fogosidad casi sexual. El ¨¢rbitro, Ceccarini, deja seguir el juego y en la misma jugada, segundos despu¨¦s, pita un penalti a favor del Juventus. Inolvidable.
Desde el punto de vista del desarrollo argumental, lo del 5 de mayo de 2002 fue todav¨ªa mejor. Jornada final del campeonato. Inter, 69 puntos; Juventus, 68; Roma, 67. El Inter debe ganar al Lazio en el Ol¨ªmpico para asegurarse el scudetto y la afici¨®n laziale desea con todas sus fuerzas la victoria del adversario: no quiere que una carambola de ¨²ltimo minuto favorezca al Roma. El Ol¨ªmpico se entrega al Inter desde el primer momento y los jugadores del Lazio cooperan. Marcan Vieri y Di Biagio para el Inter, pero Poborsky, que no entiende de las cosas romanas, marca dos goles para el Lazio. El Inter percibe la inminencia de la tragedia y, siguiendo su instinto, se arroja de cabeza hacia ella. Simeone, ex interista, casi sin querer y sin celebrarlo, firma el 3-2. La cosa acaba en 4-2 con las dos aficiones amargadas. La del Inter, m¨¢s, evidentemente. El scudetto de 2002 fue para el Juventus. El Roma qued¨® segundo.
El mal sabor de boca dur¨® hasta ayer mismo.
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