"Qu¨¦date sentado, no toques nada"
Una regata a bordo del 'China Team', el equipo m¨¢s pobre, como tripulante 18
La bienvenida a la base del China Team la da Talah, un simp¨¢tico senegal¨¦s que trabaja desde hace un mes en el sindicato chino como recepcionista y ayudante de mantenimiento. "Es que aqu¨ª todos hacemos de todo", explica Ivo Marconi, un ex navegante "medio espa?ol, medio italiano" que ha dado la vuelta al mundo, es consultor en construcci¨®n de barcos y ahora, con 50 a?os, responsable de la log¨ªstica. Jean Ren¨¦, un suizo que trabaja como animador, acoge cada d¨ªa al tripulante 18 que vive como invitado la regata a bordo del velero asi¨¢tico. EL PA?S acompa?¨® ayer a la tripulaci¨®n china en su regata contra el Victory, una nueva derrota del equipo m¨¢s pobre de la competici¨®n, con 14 millones de presupuesto.
Los 17 navegantes, s¨®lo dos de ellos chinos, han de moverse todos a una. Tambi¨¦n, el invitado
El ritual comienza con la indumentaria. Ren¨¦ abre las puertas de un cami¨®n donde guarda la ropa para subir a bordo: camiseta, pantal¨®n, chaqueta y gorra. Una vez equipado, es el momento de la firma. El tripulante 18 acepta por escrito el riesgo que supone dar tumbos durante varias horas en la popa y renuncia a cualquier reclamaci¨®n en caso de percance f¨ªsico. Pierre Mas, el patr¨®n franc¨¦s, explica al invitado sus obligaciones: "Qu¨¦date sentado, quieto, no toques nada, sobre todo las cuerdas, puedes quemarte las manos". El barco es despedido con aplausos y una canci¨®n china de fondo. Desde la terraza-bar del edificio, llamada Drag¨®n, algunos trabajadores chinos despiden a sus compatriotas. Mejor dicho, a los tripulantes del barco asi¨¢tico. Entre los 17 navegantes, s¨®lo el carro Tang Ming Fren, de 24 a?os, y el molinillo Wang Jue, de 23, son chinos, reclutados en el puerto de Qingdao, que acoger¨¢ las pruebas de vela en Pek¨ªn 2008. El resto son 11 franceses, un australiano, un polaco y sendos representantes de Andorra y Singapur. Exotismo total.
La bandeja de pl¨¢stico con la comida llega nada m¨¢s partir. Carne, pasta, queso y fruta antes de entrar en acci¨®n. Los aficionados saludan a los tripulantes a su paso. Se nota cierto cari?o por este modesto equipo que nunca hab¨ªa participado en la Copa del Am¨¦rica. En la competici¨®n m¨¢s capitalista del mundo, un pa¨ªs de r¨¦gimen comunista se ha hecho un hueco. La comida es el ¨²nico momento de descanso antes de que comience la regata contra el Victory. El viento sopla a nueve nudos y no hay tiempo que perder. "Nada de m¨®viles ni c¨¢maras", avisa un tripulante.
En el duelo de boxeadores que es la presalida, el China Team gana la posici¨®n y cruza primero la l¨ªnea. Por poco tiempo. Antes de llegar a la primera baliza, el conjunto sueco toma la delantera y mantiene su ventaja hasta el final. Los navegantes alternan el ingl¨¦s y el franc¨¦s para comunicarse entre s¨ª. El equipo ha de funcionar como un reloj y moverse todos a una. Tambi¨¦n el tripulante 18. A izquierda o derecha, seg¨²n la inclinaci¨®n del barco. "Tres, dos, uno... ?vamos!", grita Pierre Mas para ordenar que se despliegue el spinnaker. La derrota era lo esperado. Aunque no parece importar mucho. "Esto es s¨®lo el principio. Queremos ser competitivos para la pr¨®xima edici¨®n", explica Luc Gullusseau, el jefe de operaciones. "China tiene un enorme potencial para la vela", a?ade Mas. ?Y tradici¨®n? "Durante m¨¢s de 500 a?os", asegura el fundador del equipo, Chaoyong Wang, presidente de una empresa de inversi¨®n. "Tenemos una de las l¨ªneas de costa m¨¢s largas del mundo. A medida que China ha ido creciendo, nuestro inter¨¦s en el deporte ha aumentado. La Copa del Am¨¦rica nos permite cubrir los campos del negocio, la gesti¨®n, la tecnolog¨ªa y la cultura con un ¨²nico proyecto. China no tiene experiencia, pero aprenderemos pronto", cuenta Wang.
La famosa jarra de las 100 guineas ha visitado la Gran Muralla, la Ciudad Prohibida y la Plaza de Tiananmen. Y Yago Ming, el p¨ªvot de la NBA, ha grabado un anuncio de apoyo al equipo. Wang trabajaba en Nueva York cuando la organizaci¨®n le invit¨® a unas regatas en Marsella en 2004. Entonces se enamor¨® de la prueba y decidi¨® invertir. Dinero chino y tripulaci¨®n francesa. La empresa valenciana Lladr¨®, con 15 puntos de venta en China, es uno de sus patrocinadores. "Estamos aprendiendo", dicen los navegantes mientras vuelven al puerto tras la derrota. En la base vuelven a sonar la m¨²sica y los aplausos.
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