Fusiones contradictorias
Dos ofertas de compra y fusi¨®n empresarial revelan contradicciones en el ¨¢mbito econ¨®mico europeo. En una, el Consejo de Administraci¨®n de la constructora francesa Eiffage se enfrenta a cara de perro con la OPA lanzada por la espa?ola Sacyr, que ya era propietaria del 33,2% del grupo franc¨¦s sin por ello poder entrar en el Consejo de Administraci¨®n. Los directivos franceses entienden que la oferta es hostil y que no reconoce el valor de mercado de 129,5 euros por acci¨®n, puesto que el canje de acciones propuesto equivale a unos 107 euros. En la otra, los bancos Barclays y ABN Amro, brit¨¢nico y holand¨¦s respectivamente, han llegado a un acuerdo por el cual el primero comprar¨¢ el segundo a cambio de 67.000 millones de euros. El nuevo megabanco -Barclays PLC- ser¨¢ el segundo por tama?o en Europa, administrar¨¢ el dinero de 47 millones de clientes y generar¨¢ unos ahorros de gesti¨®n de unos 3.500 millones de euros.
En el mismo espacio econ¨®mico, dos adquisiciones de empresas corren as¨ª suertes opuestas. La interpretaci¨®n liberal de esta contradicci¨®n dice que algunos pa¨ªses, como Francia, Espa?a o Italia, tienen Gobiernos intervencionistas, hostiles a la entrada de capital extranjero en sus grandes empresas, mientras que los Gobiernos brit¨¢nico y holand¨¦s deploran el intervencionismo. Este tipo de explicaciones t¨®picas suelen aclarar poco. Las causas de las distintas respuestas a la entrada de inversiones extranjeras en empresas consideradas como estrat¨¦gicas hay que buscarlas en el desarrollo tecnol¨®gico y pol¨ªtico de los diferentes mercados. En el financiero, la corriente de dinero no encuentra obst¨¢culos en las fronteras. Pero otros negocios se sostienen sobre activos enraizados -es el caso de la construcci¨®n-, con legislaciones nacionales muy restrictivas, o sobre la satisfacci¨®n de ciertas obligaciones p¨²blicas, como la garant¨ªa de suministro de electricidad y combustibles en el caso de la energ¨ªa. Las fronteras nacionales act¨²an as¨ª como barreras.
Pero no todos los mercados pueden liberalizarse al mismo ritmo; algunos requieren condiciones previas que en estos momentos no se cumplen. En el caso de Eiffage, no obstante, se trata de una operaci¨®n financiera que debe resolverse seg¨²n las condiciones estrictas de mercado; es decir, el consejo de Eiffage y los accionistas espa?oles deber¨¢n explicar sus posiciones ante las autoridades reguladoras francesas, refutar o confirmar las acusaciones de concertaci¨®n entre los accionistas espa?oles -Sacyr y otros 89 inversores- y convencer a los accionistas. No existen razones para justificar la m¨ªnima cautela estatal. Hace tiempo que la propiedad del capital de empresas constructoras dej¨® de identificarse con la posesi¨®n del suelo patrio.
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