Osasuna y Sevilla, de pulso en pulso
El conjunto andaluz aspira a romper su mala racha frente al navarro en los ¨²ltimos a?os
La memoria es, junto a la tradici¨®n, uno de los pilares del f¨²tbol. Aunque se pierdan los referentes en el tiempo, nunca acaba de difuminarse. Esto ocurre en los enfrentamientos entre Osasuna y Sevilla, que durante los ¨²ltimos a?os se han convertido en peleas tit¨¢nicas entre dos equipos que ansiaban crecer y luchaban por un mismo espacio.
Desde que en 2002 Osasuna perdiese contra el Alav¨¦s en la ¨²ltima jornada de la Liga, lo que dej¨® al Sevilla sin plaza en la Copa de la UEFA, la animadversi¨®n entre estos conjuntos ha ido creciendo al ritmo que marcaron Javier Aguirre y Joaqu¨ªn Caparr¨®s, dos entrenadores divergentes, pero con similar exaltaci¨®n competitiva.
Cronol¨®gicamente, el primer gran duelo se produjo en los cuartos de final de la Copa de 2003. En la ida, empate (1-1) en Sevilla. La vuelta, en Pamplona. La nieve apenas dejaba transitar por la capital navarra, por lo que el Sevilla pidi¨® la suspensi¨®n. Pero se jug¨® y, en la pr¨®rroga, un penalti convertido por Mu?oz elimin¨® al cuadro andaluz tras 13 tarjetas amarillas y la expulsi¨®n de Torrado.
Ese mismo a?o, en la ¨²ltima jornada de la Liga, cuando Osasuna no se jugaba nada y los hispalenses luchaban por clasificarse para la Copa de la UEFA, los nervios volvieron a estallar: diez amarillas, tres expulsados y una de las mayores tanganas que se recuerdan con Bakayoko, Morales, Web¨® y Alfaro transformados en boxeadores. Pablo Alfaro, tras recibir un directo de Bakayoko asegur¨® con sorna: "Me he llevado la galleta de la Liga".
El azar volvi¨® a emparejar a ambos conjuntos en los cuartos de la Copa de 2005. Osasuna se impuso de nuevo en una eliminatoria tensa que convenci¨® a la directiva del Sevilla de que el proyecto de Caparr¨®s ten¨ªa marcada su fecha de caducidad y que aceler¨® la contrataci¨®n de Juande Ramos.
El memorial de agravios sevillista se cerr¨® en la ¨²ltima jornada de la pasada Liga, cuando Osasuna arrebat¨® al Sevilla la cuarta plaza, que le clasific¨® para la Champions.
Sin Caparr¨®s ni Aguirre, ya no hay morbo, aunque la memoria siga ah¨ª. "El Sevilla est¨¢ acostumbrado a jugar en escenarios hostiles", explica Daniel Alves. Mart¨ª, m¨¢s neutro, asegura: "Ante la posibilidad de jugar la final, no podemos perder un ¨¢pice de tiempo en revanchas. Ni nosotros ni Osasuna".
Pese a las llamadas a la calma, muchos jugadores, como los propios Alves y Mart¨ª o Navarro y Aitor Ocio, del Sevilla, y Cruchaga, Cu¨¦llar, Pu?al, Valdo, Mu?oz, Izquierdo o Web¨®, de Osasuna, siguen defendiendo los mismos colores y saben que, adem¨¢s de un asunto de honor y una clasificaci¨®n para una final europea, in¨¦dita para el club pamplon¨¦s, la victoria es un paso para instalarse definitivamente entre los grandes.
"El Sevilla lleva un par de a?os arriba y resiste en todas las competiciones, pero tenemos que ser ego¨ªstas y pensar en nosotros para dar el salto y lograr algo todav¨ªa m¨¢s hist¨®rico, el cambio de cach¨¦", resume Cuco Ziganda, el t¨¦cnico osasunista.
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