Las peores intenciones

Bille August recibi¨® de manos del mism¨ªsimo Ingmar Bergman el t¨ªtulo de heredero de su trono (y de su tono) cinematogr¨¢fico, pero prefiri¨® convertirse en otra cosa: un artesano de prestigio, al servicio de esa aparatosa modalidad de proyectos internacionales que, en alguna ocasi¨®n, encuentran su acomodo en los palmar¨¦s m¨¢s permeables a la correcci¨®n que al riesgo. En Adi¨®s Bafana August adapta un libro especialmente delicado: Goodbye Bafana: Nelson Mandela, My Prisoner, My Friend, de James Gregory, el que fuera carcelero del futuro presidente de Sur¨¢frica y censor de su correspondencia durante sus a?os de presidio. La obra de Gregory fue acusada de impostura por parte del bi¨®grafo oficial de Mandela, Anthony Sampson: su cr¨®nica de la progresiva huma-nizaci¨®n de un carcelero fascista frente a la altura moral de su prisionero era, seg¨²n ¨¦l, una fabricaci¨®n orientada a sacar provecho econ¨®mico del icono Mandela.

August da por cierto lo que cuenta Gregory, pero el proceso que describe encaja, de manera tan precisa, en las exigencias de gesti¨®n emocional de toda ficci¨®n dise?ada para conmover que lo extra?o ser¨ªa creerse esta pel¨ªcula al pie de la letra. Lo que queda es una mirada elocuente al sustrato funcionarial de todo fascismo, tan gris como esta misma pel¨ªcula.

Tr¨¢iler 'Adios Bafana'