Un dirigente m¨¢s popular que su partido

Alexander Elliot Anderson Salmond, Alex Salmond para los amigos, es un pol¨ªtico de verbo afilado y reflejos r¨¢pidos que lo mismo puede encandilar a una audiencia entregada a sus pies en un programa de televisi¨®n que provocar la ira de sus rivales pol¨ªticos por su potencial arrogancia. Nacido el 31 de diciembre de 1954 en Linlithgow (unos 20 kil¨®metros al oeste de Edimburgo), se gradu¨® por la Universidad de Saint Andrews en Arte, en Historia y en Econom¨ªa. De joven trabaj¨® como economista para el Departamento de Agricultura y Pesca escoc¨¦s y luego como experto en petr¨®leo para el Royal Bank of Scotland.

Como pol¨ªtico ha sido siempre amigo de la controversia y de las puestas en escena teatrales. Empez¨® a militar en el Partido Nacionalista Escoc¨¦s (SNP en sus siglas en ingl¨¦s) en 1973 y seis a?os despu¨¦s, encuadrado en una facci¨®n izquierdista y republicana llamada Grupo de los 79, fue expulsado durante varios meses junto a otros dirigentes rebeldes. Poco m¨¢s de 10 a?os despu¨¦s, en 1990, se hizo con el liderazgo del SNP. Aunque independentista hasta la m¨¦dula, convenci¨® al partido para que aceptara el sistema auton¨®mico promovido por el Nuevo Laborismo de Tony Blair por entender que pod¨ªa acabar convirti¨¦ndose en un camino hacia la independencia.

En 2000 dej¨® el liderazgo del partido y favoreci¨® la elecci¨®n de John Swinney como su sucesor. Pero tuvo que volver tras los malos resultados del SNP en las auton¨®micas de 2003 y las europeas de 2004. Salmond, m¨¢s bien conservador en lo social, adopt¨® una agresiva posici¨®n contra la guerra de Irak que le ha dado buen r¨¦dito entre un electorado contrario a la invasi¨®n. Dicen de ¨¦l que la gente le quiere m¨¢s a ¨¦l que a su partido, lo que le puede convertir en el ministro principal de Escocia, pero no parece que pueda darse el gusto de llegar a ser el primer ministro de una Escocia independiente.