Ritmo y temblor de lo visible

Vuelve a presentar en Madrid Javier Alkain (San Sebasti¨¢n, 1960) un ciclo extraordinario de obras recientes y reafirma as¨ª que se trata de uno de los creadores m¨¢s interesantes, y ajeno adem¨¢s por entero a los t¨®picos dominantes en su entorno, que ha consolidado el panorama pl¨¢stico del Pa¨ªs Vasco en este tramo del cambio de siglo. Pero si en su anterior muestra de 2004 enfrentaba todav¨ªa series donde mantiene una referencia ic¨®nica expl¨ªcita -la m¨¢s recurrente alusi¨®n al paisaje, junto a coreograf¨ªas de batallas orientales, en aquella ocasi¨®n- en paralelo a otras donde lo visible ha sido destilado ya hasta decantar, m¨¢s all¨¢ de toda resonancia ic¨®nica, su esencia ¨²ltima en el mero ritmo y temblor acumulado por una minuciosa y obsesiva constelaci¨®n de trazos, es hoy precisamente esa segunda deriva, radicalmente abstracta, la que centra por entero la oferta de su actual muestra.

Hay adem¨¢s una evoluci¨®n sensible en la sintaxis de Alkain. El entrecruzado de las rayas que tend¨ªa a conferir al despojamiento de sus trabajos una cierta resonancia de corte minimalista ha dado paso en una parte sustancial de la obra nueva a una pincelada y una materia pict¨®rica m¨¢s densas. Con ello, el resultado tiende a asimilarse a la vertiente m¨¢s efusiva del hacer de Alkain, aquella habitualmente asociada a la percepci¨®n del paisaje, de la que aqu¨ª conservan alg¨²n eco elocuente determinadas piezas. Pero la acumulaci¨®n laboriosa, precisa y obsesiva, parece tambi¨¦n, en su alucinatoria vibraci¨®n, remitir en ocasiones a una visi¨®n del microcosmos, a la percepci¨®n abismal de universos moleculares, cuyo ordenamiento estructural har¨¢ aflorar en ciertas obras, m¨¢s all¨¢ del bullir inacabable, una geometr¨ªa manifiesta.