Tripartidismo
Estas elecciones municipales traen novedades ya antes de realizarse: Galicia ha cambiado. No es solamente el relevo en la Xunta, es un cambio en la estructura pol¨ªtica del pa¨ªs. El PP de Galicia al perder el gobierno no s¨®lo perdi¨® el poder, tambi¨¦n su hegemon¨ªa pol¨ªtica sobre el pa¨ªs. Todo su poder¨ªo se ha volatilizado, es un partido m¨¢s entre los tres partidos existentes.
El PP naci¨® de una opa hostil, la absorci¨®n de UCD por AP, y en Galicia se construy¨® desde las viejas estructuras franquistas, desde las diputaciones hasta las antiguas c¨¢maras agrarias con toda su red de mediadores y caciques locales. Eso le dio una implantaci¨®n territorial ¨²nica, era la expresi¨®n partidaria de las mismas viejas estructuras pol¨ªticas. El PP parec¨ªa algo natural, lo de siempre. De ese mismo modo que los l¨ªderes de la derecha espa?ola dicen de s¨ª mismos que son la gente normal, los de siempre, lo natural. Porque, efectivamente, su Espa?a es si no exactamente la "de siempre", s¨ª la que nos lleg¨® del franquismo. Eso se vio reforzado por el liderazgo de Fraga Iribarne, que demostraba sin lugar a duda que se trataba de "los de siempre". Ese ser la continuaci¨®n de lo ya existente le confiri¨® una gran fuerza: la continuidad. Y la continuidad le dio legitimidad.
El PP lleg¨® a tener cautivo el voto de los territorios m¨¢s d¨¦biles del mundo rural, tan en declive pero tan decisivo en Galicia, ello lo llev¨® a cultivar una ret¨®rica populista que expresaba de un modo paternalista la cultura de sus votantes. Pero tambi¨¦n consigui¨® el voto de amplias capas urbanas, la distribuci¨®n de su voto en determinados barrios de las ciudades dibuja un respaldo muy clasista e ideol¨®gico. Lo ten¨ªa todo, la TVG, la calle y el rueiro. El PP parec¨ªa expresar netamente a Galicia.
Esa hegemon¨ªa parec¨ªa un poder omn¨ªmodo cuando Aznar L¨®pez consigue la mayor¨ªa absoluta en Madrid. El poder del PP lleg¨® a ser abrumador y su apisonadora electoral se expresaba en las elecciones municipales m¨¢s que en ninguna otra. Galicia tiene una poblaci¨®n dispers¨ªsima y gran n¨²mero de ayuntamientos, es un pa¨ªs dif¨ªcil de abarcar pero el PP, y solamente el PP, consegu¨ªa presentar listas en todos los ayuntamientos. El PSdeG quedaba a bastante distancia, hab¨ªa zonas del pa¨ªs a las que renunciaba de antemano, eran territorio de los otros. Y el BNG ni so?aba con algo semejante, limitado a ciudades, villas grandes, comarcas m¨¢s din¨¢micas y algunas salpicaduras en el mapa. Pero el mapa del reino era del PP.
Ya no. Se acab¨®. La gran noticia de estas elecciones es que las tres fuerzas pol¨ªticas se presentan en todo el territorio, ya no hay zonas liberadas, no hay un partido que posea territorio. Es una verdadera conquista democr¨¢tica, creo que no alcanzamos a ver su importancia. Los vecinos de esos lugares hasta ahora no han podido vivir cabalmente como ciudadanos, han estado bajo el dominio de un ¨²nico partido. A partir de ahora ser¨¢n ciudadanos de un modo m¨¢s efectivo, tendr¨¢n la oportunidad de eligir verdaderamente a sus alcaldes. Empezar¨¢n a disfrutar de la democracia. Con sus l¨ªmites, los l¨ªmites de lo humano, pero podr¨¢n escoger.
El PP ya no es el PP. En todo caso ya no es el de hace dos a?os. Es otra cosa. Y, por fuerza, cuando eso se vea, despu¨¦s de las elecciones ante el resultado electoral, va a desencadenar cambios. Probablemente una crisis. Aunque la crisis del PP gallego seguramente se vea inscrita en una crisis m¨¢s amplia de todo el PP.
Pero tambi¨¦n el PSdeG y el BNG ya no son los de hace dos a?os, son otra cosa. Ahora son dos partidos verdaderamente gallegos, en el sentido de extenderse verdaderamente por el territorio y la sociedad. Hasta ahora no hab¨ªan conseguido serlo. Y no debe caber duda de que eso tambi¨¦n va a desencadenar cambios internos profundos, por fuerza. Cambios que debieran abrir los partidos a la sociedad.
El mapa dibujado con pespuntes, y que las elecciones confirmar¨¢n o no, es el de un juego pol¨ªtico de tres partidos. Aunque l¨®gicamente no todos tendr¨¢n el mismo poder. Pero, pol¨ªticamente, Galicia es Galicia. Aqu¨ª no hay el bipartidismo que existe en el territorio espa?ol fuera de las tres nacionalidades. Queda claro que Galicia es un espacio nacional propio y eso, que se expresa de muchos modos, tambi¨¦n se expresa en la pol¨ªtica.
Creo que debemos alegrarnos, Galicia existe.
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