El Prado alcanza con Tintoretto y Moneo la cifra r¨¦cord de 24.000 visitantes
El puente de mayo habr¨¢ sido c¨®mplice. Pero Tintoretto -con 15.000 visitantes ayer- sigue despertando pasiones. Tambi¨¦n la ampliaci¨®n del Museo del Prado que acogi¨® a casi 9.000 visitantes, 4.000 m¨¢s que el s¨¢bado. En total, m¨¢s de 24.000 personas -una cifra "hist¨®rica", seg¨²n fuentes del museo- guardaron pacientemente largas colas.
"Una hora"; "m¨¢s de una hora"; "menos mal que no llueve"; "qu¨¦ bien, avanzamos unos pasos", fueron comentarios muy escuchados en una fila que serpenteaba hasta la puerta trasera del Hotel Ritz, en la calle de Felipe IV. Alrededor de las dos de la tarde, centenares de personas, sobre todo turistas, aguardaban tranquilamente para llegar a la puerta de Goya, el acceso principal al Museo. "He tenido suerte. Llevo s¨®lo media hora esperando. Todo, gracias a un amigo que me ha cedido su sitio en la cola", comentaba Oreste, argentino, deseoso de visitar la muestra de Tintoretto antes de que cierre, el pr¨®ximo 13 de mayo.
"A ver si dentro de 20 minutos conseguimos llegar a la puerta", auguraban los estudiantes mexicanos Carlos Bret¨®n y Carlos Molina. Algunos reci¨¦n llegados ped¨ªan informaci¨®n a los guardias de seguridad, que intentaban organizar la cola. Y es que ni siquiera los m¨¢s madrugadores se ahorraron la espera. Much¨ªsimos amantes del arte se despertaron muy pronto. "Han empezado a llegar incluso antes de abrir. Ya desde las 8.30 de la ma?ana esperaban centenares de personas", aseguraba una empleada del museo.
Clases de lujo
M¨¢s llevadera fue, en cambio, la espera para visitar el nuevo edificio dise?ado por el arquitecto Rafael Moneo. La fila llegaba hasta la puerta de Goya, pero el acceso era mucho m¨¢s r¨¢pido. "No llevamos ni siquiera 20 minutos en la cola", explicaban dos se?oras a punto de entrar. Los visitantes, que en su mayor¨ªa proced¨ªa de Madrid, supieron aprovechar las explicaciones de lujo que les brindaron 24 j¨®venes voluntarios del ¨²ltimo curso de arquitectura o precolegiados de la Fundaci¨®n del Colegio de Arquitectos de Madrid.
Unas cuantas personas escuchaban en silencio un comentario sobre el techo "a espina de pez" de la Sala de las Musas. "Esta estructura ofrece una sensaci¨®n mucho m¨¢s estable y serena", precisaba una gu¨ªa. Otro voluntario, C¨¦sar Caparr¨®s, apuntaba: "Moneo nos dio una clase y nos ense?¨® el edificio... Es muy interesante el acceso peatonal por los Jer¨®nimos. La ampliaci¨®n a?ade valor a la parte trasera del museo".
"?A nosotras nos parece todo divino!", dec¨ªan con ¨¦nfasis dos se?oras del madrile?o barrio de Pueblo Nuevo. "No sabemos mucho de arte, pero lo importante es lo que transmite", contaban Pilar del R¨ªo y Jovina Garc¨ªa. Tambi¨¦n hubo quien ayer repiti¨® la visita a la ampliaci¨®n. Es el caso de Aurelio Rodr¨ªguez: "El s¨¢bado vine para una primera toma de contacto, pero hoy lo quiero ver todo con m¨¢s calma".
Babelia
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