Discriminaci¨®n

En el discurrir cotidiano, cualquiera de nosotros, conocemos a alg¨²n compa?ero, amigo o vecino homosexual y nos llama mucho la atenci¨®n que, en pleno siglo XXI, haya a¨²n algunos colectivos sociales, religiosos y pol¨ªticos que no reconozcan la igualdad de derechos de todos los ciudadanos ante la Ley. En todos los lugares del mundo hay tanto personas heterosexuales como homosexuales. En muchos pueblos, estos ¨²ltimos, padecen el rechazo de sus allegados, vecinos, familiares y compa?eros de clase o de trabajo. Los tienen como bichos raros, como si su opci¨®n sexual fuese una plaga divina o una enfermedad. La Comarca del Barbanza (A Coru?a), como otras de nuestro pa¨ªs, no podr¨ªa ser diferente y estas personas, buenos profesionales, vecinos respetuosos y amigos fieles, prefieren mantenerse en el anonimato para no despertar la indiferencia de sus "respetables" vecinos. Todas esas personas que tanto desprecian a los gays y lesbianas, deber¨ªan tener un familiar directo con esa opci¨®n sexual para que pudiesen vivir, en primera persona, la "humillaci¨®n" de sentirse desplazados e incluso verse obligados a abandonar su comarca o pueblo natal para rehacer sus vidas en las grandes urbes, donde la mayor¨ªa de la gente respeta a los dem¨¢s simplemente por ser personas, sin tener en cuenta su lugar de nacimiento, el color de la piel, sus creencias o sus tendencias sexuales.