La ministra de Exteriores israel¨ª dice que Olmert "debe irse"
Veinticuatro horas despu¨¦s de darse a conocer el demoledor informe de la comisi¨®n independiente -que investig¨® la actuaci¨®n del Gobierno y de las Fuerzas Armadas en la guerra del verano pasado contra Hezbol¨¢-, Ehud Olmert atraviesa una situaci¨®n cr¨ªtica. Primero, porque el descr¨¦dito del primer ministro israel¨ª entre la opini¨®n p¨²blica alcanza cotas in¨¦ditas en un gobernante hebreo; y segundo, porque sus propios correligionarios de Kadima -un partido sin ideolog¨ªa definida constituido en torno a la figura del carism¨¢tico Ariel Sharon en noviembre de 2005- se rebelan contra su liderazgo. Todos se han quitado las m¨¢scaras. La ministra de Exteriores, Tzipi Livni, asegur¨® ayer al Canal 10 de la televisi¨®n israel¨ª: "Olmert debe irse". ?ste respondi¨® desafiante: "Livni no puede sucederme".
No hay tiempo que perder. Quince de los 29 diputados de Kadima han comenzado a exigir que Olmert deje paso a Livni, que nunca ha salido a defender a su jefe cuando ¨¦ste ha sido atacado por varios esc¨¢ndalos de corrupci¨®n. La responsable de la diplomacia aparece en todas las quinielas como la ¨²nica miembro del Ejecutivo capaz de salvar a Kadima de la desaparici¨®n del mapa pol¨ªtico.
Una opci¨®n que nadie descarta si no se adoptan urgentemente medidas dr¨¢sticas. Livni apenas sale manchada del informe de la Comisi¨®n Winograd y no esconde sus apetencias por convertirse en la segunda mujer, despu¨¦s de Golda Meir, que accede al cargo de primer ministro de Israel.
Con u?as y dientes
El primer ministro se aferra al cargo con u?as y dientes al tiempo que la mitad de los 29 diputados de Kadima apoyan a Livni. Es la guerra civil en Kadima. El presidente de esta formaci¨®n, Avigdor Yitzhaki, advirti¨® que ma?ana, en una reuni¨®n del grupo parlamentario, reclamar¨¢n al primer ministro que arroje la toalla, seg¨²n Radio Israel. Tratan de evitar el derrumbamiento del partido porque consideran que Olmert es un cad¨¢ver pol¨ªtico.
El informe de la Comisi¨®n Winograd, que responsabiliza al jefe del Gobierno y al ministro de Defensa, el laborista Amir Peretz, de un estrepitoso fracaso en el manejo de la guerra de L¨ªbano, ha creado una tormenta pol¨ªtica descomunal. Los acontecimientos se suceden a velocidad de v¨¦rtigo. Por la ma?ana, el ministro sin cartera, el laborista Eitan Cabel, anunciaba su renuncia y a?ad¨ªa: "El p¨²blico ha perdido la fe en el primer ministro. Debe dimitir porque la responsabilidad no se comparte". Salvo algunos ministros fieles a Olmert, hay unanimidad respecto a su porvenir.
Mientras, los partidos de derecha y el izquierdista Meretz exigen la dimisi¨®n inmediata y la convocatoria de elecciones anticipadas. Las manifestaciones se suceden e infinidad de organizaciones se movilizan para que la protesta convocada para ma?ana en Tel Aviv sea gigantesca. Pudiera ser que para entonces Olmert, que ayer se dorm¨ªa en un acto oficial, sea historia.
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